Son muchos los estudios que demuestran que la falta de movilidad durante largos periodos de tiempo conlleva: pérdida de fuerza muscular, aparición de rigidez articular y disminución de las capacidades coordinativas y funcionales, lo que afecta a la salud emocional y mental.
En caso de que una persona esté aislada en su domicilio por ser contacto estrecho con un caso de COVID-19, se recomienda seguir haciendo ejercicio físico y mantenerse activo para reforzar la respuesta inmunológica. Para las personas que tienen alguna enfermedad crónica como hipertensión arterial, diabetes, altos niveles de colesterol y/o enfermedad cardíaca, les ayudará a controlar mejor su estado de salud.
Hacer bien a los ejercicios disminuye la preocupación que genera la situación de confinamiento y ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad que provoca esta situación.
Agiliza la memoria el hecho de recordar la correcta realización de los ejercicios, las series y contar las repeticiones.
Mejora la movilidad de las articulaciones y el nivel de condición física.
Mejora la circulación arterial de todo el cuerpo.
Ayuda a mantener el peso corporal.
Se consigue una sensación de bienestar físico y emocional.
Favorece el descanso.
Ayuda a mantener el hábito de tener un estilo de vida activo y saludable.
Hay que recordar también la importancia de seguir una alimentación saludable, dormir bien y saber gestionar el estrés.
Se recomienda no hacer ejercicios que nunca se han hecho o que supongan un gran esfuerzo y que sean difíciles.
Se aconseja dedicar un mínimo de tiempo cada semana, no todos los días, de 2,5 horas de actividad física moderada y/o 1,5 horas de actividad vigorosa.
Son consejos dirigidos a personas sin enfermedad, sin sintomatología o diagnóstico de enfermedad respiratoria aguda.
Bailar un rato y/o caminar por toda la casa. Se pueden recorrer todas las estancias y variar los recorridos; hacer la acción de caminar sin que haya desplazamiento; ir a diferentes velocidades (rápido, lento) en periodos de 10 minutos y hacerlo 3 o 4 veces al día. Cambiar las zapatillas por las bambas.
Aprovechar a los espacios publicitarios mientras se mira la televisión para estar de pie, hacer movilidad de tobillos o estirar las piernas.
Combinar el mobiliario para estar sentado: el sofá, el sillón, la silla, el taburete, puf o similar. No estar sentados más de dos horas seguidas.
Poner una alarma (despertador, avisador de cocina, aplicación móvil, pulsera de registro de actividad física, etc.), para recordar que debemos movernos (caminar, estirar las piernas, etc.).
Aprovechar para ponerse de pie o medio apoyado cuando se lee la prensa, las redes sociales, ... y caminar o hacer pequeños desplazamientos cuando se escucha la radio.
Aprovechar para ponerse de pie o caminar, si se puede, cuando se habla por teléfono o se hace alguna videoconferencia con amigos y/o familia.
Hacer tramos de escaleras, si se tiene la posibilidad, en periodos de 10 minutos subiendo y bajando uno o dos pisos y repetir la serie dos o tres veces el día. De esta manera, se reparte el esfuerzo que supone para las piernas el hecho de bajar o subir las escaleras. (Si se está entrenado se pueden hacer más pisos de bajada y subida seguidos).
Si las escaleras son comunitarias, evitar las superficies de contacto con barandillas, pomos y botones de ascensor. Al llegar a casa lavarse las manos con jabón o desinfectante y, en caso de encontrarse con vecinos, mantener la distancia de seguridad.
Planificar una rutina de ejercicios de fuerza muscular, coordinación y flexibilidad para realizar tres o cuatro veces a lo largo de la semana, siguiendo vídeos online de los profesionales con los que ya se haga ejercicio habitualmente.
Para garantizar la salud se han de buscar vídeos realizados exclusivamente por profesionales de la actividad física y el deporte. No todos los ejercicios son válidos para todos.
Aprovechar las tareas de casa como una rutina de activación diaria (hacer las camas, ventilar las habitaciones y sacudir alfombras, quitar el polvo, barrer o pasar la aspiradora, limpiar cristales, planchar, cuidar plantas, hacer jardinería, etc..).
Hacer las actividades que siempre se aplazan como organizar armarios, reorganizar el trastero o la despensa, reorganizar espacios de casa, hacer una elección selectiva de los juguetes, objetos, ropa, etc.
Ser prudente o evitar riesgos innecesarios como subir a una escalera para descolgar cortinas, limpiar cristales altos u ordenar un altillo, por ejemplo.
Sentimos que este contenido no haya sido útil para ti. Haznos llegar tu comentario y lo tendremos en cuenta para seguir mejorando.
¡Gracias por tu ayuda!
Ha ocurrido un error y no hemos podido enviar tu valoración, por favor, vuelve a intentarlo más tarde.
Información documentada por:
Antoni TrillaConsultor Sénior del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología
Eduard Vieta PascualPsiquiatraJefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología
Gema Maria Lledó IbáñezMédico internistaServicio de enfermedades autoinmunes
Jacobo Sellarés TorresNeumólogoServicio de Neumología y Alergia Respiratoria
Josep M. Miró MedaMédico Enfermedades Infecciosas, HCBPresidente
Josep Maria PeriPsicólogo clínico
Maica RubinatEspecialista en Medicina del DeporteSecretaria General del Deporte y la Actividad Física de la Generalitat de Catalunya
Mariona ViolanEspecialista en Medicina del DeporteSecretaria General del Deporte y la Actividad Física de la Generalitat de Catalunya
Publicado: 12 de marzo del 2020
Actualizado: 12 de marzo del 2020
La donaciones que pueden realizarse desde esta página web son exclusivamente en beneficio del Hospital Clínic de Barcelona a través de la Fundació Clínic per a la Recerca Biomèdica, y no para la Fundación BBVA, colaboradora del proyecto PortalClínic.