¿Qué es la Cirrosis hepática?

La cirrosis hepática se produce por un daño sobre el hígado prolongado en el tiempo. Existen diferentes factores que pueden lesionar el hígado, por ejemplo: infecciones víricas, sustancias tóxicas como el alcohol, enfermedades metabólicas como la diabetes o enfermedades autoinmunes, que causan una inflamación crónica del hígado. Así pues, todas las enfermedades que afectan de forma crónica al hígado pueden acabar dando lugar a una cirrosis hepática. 

El desarrollo de la cirrosis sucede a lo largo de los años y depende de varios factores, como el tipo de desencadenante, la presencia de más de un factor de riesgo, o el tiempo de exposición a ese factor. No todas las personas con enfermedades hepáticas crónicas desarrollan cirrosis, sino que existen factores de predisposición individual que también intervienen. La progresión de otras enfermedades hepáticas hasta la cirrosis sucede de forma muy lenta y asintomática, por lo que las personas afectadas no presentan síntomas hasta fases avanzadas de la enfermedad. Además, la cirrosis hepática es una enfermedad que a menudo se agrava debido a la aparición de complicaciones. 

Anualmente se producen 2 millones de muertes al año por enfermedades hepáticas en todo el mundo, 1 millón de ellas como consecuencia de la cirrosis hepática, que representan la undécima causa de muerte a nivel mundial. En el caso del España, se calcula que se producen 8.000 muertes anuales por cirrosis hepática.