Preguntas frecuentes sobre la Cirrosis hepática

Tiempo de lectura: 4 min
¿Cómo puedo saber si tengo cirrosis hepática?

La prueba de referencia para establecer el diagnóstico definitivo de una cirrosis hepática es la biopsia del hígado. Sin embargo, existen otras pruebas que combinadas entre sí permiten el diagnóstico de cirrosis hepática, como son la analítica, la ecografía y la elastografía hepática de transición. 

¿La cirrosis hepática es un cáncer?

No, la cirrosis hepática no es un cáncer. La cirrosis hepática se define por la presencia de tejido fibroso o cicatrices que alteran la estructura normal del hígado y su funcionamiento. Sin embargo, la cirrosis hepática se ha asociada a un incremento del riesgo de desarrollar un tipo particular de cáncer en el hígado, el hepatocarcinoma, por lo que hay que hacer un seguimiento especial en aquellas personas que presentan cirrosis hepática. 

¿Puedo tener cirrosis si no bebo alcohol?

Sí. La cirrosis hepática se produce por cualquier daño prolongado en el tiempo sobre las células del hígado. Todas aquellas enfermedades que provocan una inflamación crónica del hígado pueden acabar provocando una cirrosis. El consumo de alcohol es una de las principales causas de cirrosis, aunque no es la única. Las hepatitis virales, la enfermedad por hígado graso no alcohólico o la patología autoinmunitaria también pueden provocar cirrosis. Además, las dos últimas han aumentado en los últimos años. 

¿Puedo beber alcohol si tengo cirrosis?

Se desaconseja el consumo de alcohol en pacientes que presentan una enfermedad hepática crónica, y especialmente si ésta ya está en fase de cirrosis. Los pacientes con cirrosis hepática, sea cual sea su causa, tienen un mayor riesgo de tener una complicación derivada del consumo de alcohol, además de ser un factor que favorece la progresión de la enfermedad. 

¿El hígado se puede regenerar si tengo cirrosis hepática?

La eliminación o control de los factores desencadenantes de la cirrosis (como el consumo de alcohol, los factores metabólicos o autoinmunes o las hepatitis virales) pueden detener la progresión de la enfermedad hepática y que ocurra una regresión de los cambios que se han producido hasta al momento. Sin embargo, el desarrollo de la cirrosis requiere un largo tiempo de lesión continuada sobre las células del hígado, lo que hace muy difícil que estas lesiones se puedan revertir completamente. Por tanto, una vez establecida, en la mayoría de los casos, la enfermedad no es reversible. 

¿Tengo que hacer alguna dieta especial ahora que me han diagnosticado de cirrosis?

De forma general, se aconseja una dieta variada y equilibrada. En las fases avanzadas, cuando la enfermedad se encuentra descompensada, puede ser necesario realizar una dieta baja en sal, pero siempre será supervisada por el equipo médico. 

¿Puedo tomar complementos dietéticos que protejan mi hígado?

Actualmente, no existe evidencia que ningún complemento dietético o producto de parafarmacia ejerza un efecto beneficioso sobre el hígado. Se debe tener en cuenta que algunos productos de parafarmacia o de herboristería pueden tener un potencial efecto tóxico sobre el hígado. Por todo esto, de forma general se desaconseja el uso de estos tipos de productos.

¿Con quién y cómo debo realizar el seguimiento si tengo una cirrosis hepática?

Se aconseja que el seguimiento de los pacientes con cirrosis hepática se realice por médicos y médicas especialistas, idealmente hepatólogos, o bien especialistas en medicina interna o digestólogos. De forma general, los pacientes con cirrosis hepática deberían visitarse regularmente cada 6 meses para hacer un control y cribado de las complicaciones. En el caso de aquellos que se encuentren en una fase descompensada, este control se realizará con intervalos de tiempo más cortos. En cualquier caso, si un paciente con cirrosis hepática presenta una inflamación rápida de la barriga y las piernas, desorientación, heces negras o fiebre, debe dirigirse rápidamente a su hospital de referencia. 

¿Qué puedo tomar por el dolor si tengo cirrosis?

El uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) está desaconsejado en todos los pacientes con cirrosis hepática, pues puede provocar el empeoramiento de la función renal y la aparición de complicaciones como las ascitas. Por el mismo motivo, se desaconseja el uso del metamizol (Nolotil). Para el tratamiento sintomático del dolor, es aconsejable para los pacientes con cirrosis el uso de paracetamol en dosis moderada de no más de 2-3 gramos al día. 

¿Existe algún tratamiento que cure la cirrosis?

El trasplante hepático es el único tratamiento curativo para la cirrosis y puede ser adecuado sólo en algunos casos. Por su parte, eliminar o reducir el factor desencadenante de la enfermedad es esencial para controlar y evitar la progresión de la enfermedad. Otros fármacos como las estatinas o la albúmina estando siendo evaluados como posibles nuevos tratamientos para los pacientes con cirrosis. 

Información documentada por:

Adrià Juanola Mayos
Elisa Pose Mendez
Isabel Graupera Garcia-Milà
Martina Perez Guasch
Pere Ginès Gibert

Publicado: 5 de enero del 2023
Actualizado: 5 de enero del 2023

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