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Tratamiento de la EPOC - Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica
La piedra angular del tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es el abandono del hábito tabáquico y la adopción de hábitos saludables generales como seguir una alimentación equilibrada y realizar de manera regular actividad física. También es importante evitar ambientes que irriten las vías aéreas como zonas con humos, la contaminación, bajas temperaturas, entre otras.
Dejar de fumar es, probablemente, la mejor decisión que se puede tomar. Aunque es difícil, no es imposible y tiene muchos efectos beneficiosos. Se recomienda acudir a un centro de atención primaria donde los profesionales de la salud se encargan de ayudar a las personas a conseguir dejar de fumar.
Por dónde empezar
- ¿Por qué fumo? Plantearse por qué se fuma cada vez que se enciende un cigarrillo y recordar que el tabaco es la primera causa de muerte evitable en los países desarrollados.
- Buscar motivación. Escribir una lista con los motivos, recapacitar sobre cuánto y cuándo se fuma y realizar una hoja de registro diario: día, hora, lugar/actividad, motivo.
- Evitar las situaciones que se asocian con fumar.
- Momento de tomar la decisión de dejar de fumar. Repasar la lista de motivos para dejar de fumar, pensar en una fecha dentro de las cuatro próximas semanas, procurar no escoger una fecha conflictiva y señalar un día para dejarlo.
- Comunicarlo al círculo más íntimo. Una vez tomada la decisión comunicárselo a los familiares, amigos, compañeros de trabajo.
- Calcular el ahorro. Es aconsejable calcular el dinero que se gasta en fumar, pensar qué se podrá hacer con lo que se ahorre.
- Apoyo. Buscar apoyo en algún familiar o amigo fumador para intentar dejarlo al mismo tiempo.
- Evitar la tentación. Eliminar todo lo relacionado con el tabaco: ceniceros, mecheros, cigarrillos.
¿Qué debo hacer?
- Levantarse un poco antes de lo habitual, hacer un poco de ejercicio físico y beber abundante agua y zumos. Se ha de intentar estar activo durante todo el día y tomar la decisión de no fumar cada día.
La constancia de no fumar
- Practicar alguna actividad física. Es aconsejable tomar una dieta rica en frutas y verduras. Intentar no beber, por ahora, bebidas que se acostumbran a acompañar con el tabaco, como por ejemplo el café.
- Si el deseo de fumar es muy fuerte. No hay que preocuparse. Hay que relajarse, respirar profundamente, concentrarse en lo que se está haciendo y recordar que el deseo de fumar solo dura 2 minutos, después, desaparece.
- Sustitutivos. Existen chicles, parches o medicamentos que pueden ayudar, pero hay que tener en cuenta que para conseguir el éxito lo más importante es el compromiso personal. En todo caso, si se necesita ayuda siempre se puede consultar a los profesionales sanitarios.
- No ceder ni por un solo cigarrillo. El deseo de fumar disminuye después de la segunda o tercera semana
- Felicitarse cada día que se pasa sin fumar.
Los objetivos generales del tratamiento de la EPOC se resumen en:
- Reducir los síntomas crónicos de la enfermedad;
- Disminuir la frecuencia y gravedad de las agudizaciones;
- Mejorar el pronóstico.
Se deben alcanzar tanto los beneficios a corto plazo; control de la enfermedad, como los de medio y a largo plazo; reducción del riesgo de agudizaciones, caída acelerada de la función pulmonar o muerte.
La administración de fármacos por vía inhalatoria va en aumento. La posibilidad de utilizar fármacos en dosis muy pequeñas y hacerlos llegar al aparato respiratorio (órgano diana), lugar donde van a desarrollar su acción, proporcionan tranquilidad al paciente y al médico prescriptor. Lo efectos positivos son rápidos y eficaces y presentan escasos efectos indeseables.
Los dispositivos comerciales utilizados para la administración del fármaco son múltiples, lo que permite una atención más personalizada a la hora de proponer el dispositivo que mejor se adapte a las necesidades del paciente, junto a una adecuada instrucción de la técnica.
Además, cada dispositivo de inhalación dispone en su interior de uno o varios fármacos. La duración de la toma de cada fármaco es diferente, por lo tanto, conocer los diferentes sistemas de inhalación y las diferentes posibilidades de fármaco disponibles son aspectos importantes a tener en cuenta.
- Broncodilatadores. Aumentan el diámetro de los bronquios cuando estos se han estrechado. Los de acción corta se toman cada cuatro o seis horas y los de acción prolongada, cada doce horas.
- Anticolinérgicos. Actúan como los broncodilatadores de acción corta (cada 4 o 6 horas) o bien de acción larga (cada 24 horas).
- Antiinflamatorios.
- Corticoides. Desinflaman la mucosa bronquial. No se nota el efecto de estos medicamentos hasta pasados varios días y tienen una duración de 12 horas.
En el caso de las enfermedades respiratorias crónicas, es importante tomarse la medicación prescrita, evitar automedicarse y no abandonar el tratamiento, así como tampoco aumentar o disminuir las dosis. El equipo médico le indicará cuándo debe tomárselos.
Un aspecto importante es que se debe tomar la medicación cada día, pero además de una manera correcta. Muchos pacientes creen que como hace muchos años que toman espráis ya saben cómo se hace. Pero eso no es cierto. Solo un grupo pequeño de pacientes sabe realizar de manera correcta la técnica de los inhaladores.
La bullectomía, la reducción de volumen pulmonar y el trasplante pulmonar son las intervenciones quirúrgicas que se pueden practicar en pacientes con EPOC muy seleccionados. Estos tratamientos pueden proporcionar mejorías en algunos casos, incluyendo una mejora de la capacidad funcional y de la calidad de vida.
Bullectomia. Es un procedimiento quirúrgico indicado desde hace años para el enfisema bulloso. Una de las consecuencias de la EPOC es el “atrapamiento aéreo”. Las dificultades en el movimiento del aire durante la fase de espiración provocan que el pulmón no se vacíe adecuadamente y quede un remanente de aire que, en condiciones normales, sería exhalado, es decir, este aire queda “atrapado”. Este “atrapamiento aéreo” suele ser difuso, aunque en algunos casos es irregular y es más grande en unas zonas que en otras. Este fenómeno explica las bullas (o “burbujas” de aire atrapado).
En casos extremos, en algunas bullas se produce una especie de sistema valvular que permite la entrada de aire con la inspiración, pero no la salida durante la espiración. Estas bullas pueden llegar a ser muy grandes.
Actualmente, hay evidencias que demuestran que en algunos pacientes con EPOC grave y bullas gigantes, la bullectomía resulta beneficiosa. Resecar una bulla gigante descomprime el parénquima pulmonar adyacente y permite reducir el ahogo y dificultad para respirar (disnea) y mejorar la función pulmonar.
Cirugía reductora de volumen pulmonar. Una vez optimizado el tratamiento médico, la cirugía de reducción de volumen pulmonar puede ser una opción terapéutica en pacientes seleccionados con EPOC y predominio de enfisema.
Los mejores candidatos para la cirugía de reducción de volumen son aquellos con enfisema de predominio en lóbulos superiores y con baja capacidad de ejercicio.
Los resultados de un amplio estudio sobre más de 1.200 pacientes con enfisema grave mostraron que la cirugía de reducción de volumen tiene un efecto significativo aunque transitorio sobre el nivel de síntomas o el empeoramiento de la calidad de vida, lo que indica que tiene fundamentalmente un papel paliativo.
Trasplante pulmonar. El trasplante pulmonar se lleva realizando desde hace más de 30 años en pacientes con EPOC en fase terminal. La EPOC es la indicación principal para el trasplante del pulmón. Pero aunque esta intervención ha mostrado en pacientes con EPOC un impacto claramente positivo en la función pulmonar, la capacidad de ejercicio y la calidad de vida, el beneficio en términos de aumento de supervivencia es incierto. Sin embargo, evidencias indirectas y convincentes muestran que cuando se aplican criterios apropiados de selección de pacientes para el trasplante, mejora la calidad de vida tras el trasplante y también la supervivencia.
El trasplante de pulmón puede plantearse en pacientes de menos de 65 años y EPOC avanzada. Los criterios que debe reunir el paciente candidato a trasplante pulmonar según la Guía internacional son un índice BODE de 7 a 10, o algunos de los siguientes: historia de ingresos hospitalarios por descompensación e insuficiencia respiratoria aguda, hipertensión pulmonar y una baja capacidad pulmonar.
Oxígeno domiciliario. Existe evidencia científica de que la administración de oxígeno durante más de 15 horas al día mejora la supervivencia de los pacientes con EPOC que presentan una insuficiencia respiratoria crónica (con valores bajos de oxígeno en sangre arterial -PaO2-).
Rehabilitación. El ejercicio es uno de los pilares básicos del tratamiento de la EPOC, por lo que el paciente debe cambiar sus hábitos y evitar el sedentarismo. Hay estudios que demuestran que programas de rehabilitación que incluyen múltiples elementos (entrenamiento al ejercicio, educación terapéutica…) con intervenciones interdisciplinares mejoran los síntomas, la calidad de vida y tienen impacto en los ingresos hospitalarios. No obstante, no hay trabajos que muestren la manera de escalar estos programas de manera que puedan extenderse a toda la población de pacientes con EPOC.
Por otra parte, los pacientes que han realizado entrenamiento a lo largo del tiempo van perdiendo los beneficios obtenidos, por lo que es necesario realizar programas de refuerzo.
Los programas de rehabilitación son muy importantes para grupos seleccionados de pacientes como, por ejemplo, los candidatos a un trasplante pulmonar o pacientes relativamente jóvenes con mala respuesta al tratamiento. En algunos casos, se han planteado programas de rehabilitación domiciliarios.
La oxigenoterapia domiciliaria es una terapia que se administra siempre a partir de los resultados de una gasometría arterial en el momento en que el paciente se encuentra en una situación clínica estable. La muestra de sangre se toma cuando el paciente respira aire ambiente (por lo menos después de 30 minutos de haber dejado el oxígeno).
Las recomendaciones actuales para la indicación de oxigenoterapia domiciliaria se realiza en pacientes que presentan oxígeno en sangre arterial (PaO2) inferior a 55 mmHg o entre 55 y 60 mmHg, si cursan un aumento de glóbulos rojos por volumen sanguíneo (poliglobulia), cardiopatía e insuficiencia cardiaca. En cualquier caso, todos los pacientes con EPOC deben recibir el oxígeno un mínimo de 15 horas/día (incluyendo las horas de sueño). El médico que prescribe oxigenoterapia indica la cantidad necesaria que se mide en litros por minuto (L/m) y el tiempo que se debe usar. Los flujos de oxígeno que se utilizan de una manera más habitual oscilan entre 1-3 litros/minuto.
No existe evidencia que la oxigenoterapia domiciliaria tenga beneficio a largo plazo, si se administra a los pacientes con EPOC que presentan únicamente disminución nocturna de la presión de oxígeno o inducida por el ejercicio. El oxígeno no crea adicción ni es tóxico, por lo que es muy importante hacer un uso continuado del mismo, tal como prescribe el médico.
La ventilación mecánica domiciliaria (VMD) es una modalidad de ventilación que puede usarse con seguridad fuera del hospital y se utiliza para reforzar o incluso sustituir la ventilación espontánea. La administración de oxígeno es pasiva, es decir, se ofrece una concentración más elevada de oxígeno de la que el paciente inhala mediante su propio esfuerzo. En la ventilación mecánica los diversos tipos de aparatos asisten activamente la respiración espontánea.
Para realizar la VMD es preciso disponer de un aparato que genere el flujo de aire (llamado ventilador) y un mecanismo que conecte el aparato con las vías aéreas. En la mayor parte de los casos esta conexión se consigue mediante una máscara nasal o facial o de una pieza bucal. En otros, este tipo de ventilación debe realizarse a través de una traqueotomía.
La VMD mejora la supervivencia de pacientes con enfermedades neuromusculares y de la caja torácica, mejora las anomalías en el intercambio gaseoso y la calidad de vida en pacientes con síndrome de hipoventilación-obesidad (SHO).
Su papel en la EPOC es controvertido y estudios recientes no parecen mostrar mejoría en la supervivencia. Sus efectos sobre la mecánica pulmonar, el ahogo o dificultad en la respiración (disnea) o la calidad de vida están en investigación.
La hospitalización domiciliaria representa una alternativa asistencial para pacientes con EPOC que sufren descompensaciones. Hay evidencias que ponen de manifiesto que atender en el domicilio las descompensaciones de la EPOC en pacientes bien seleccionados es tan seguro como hacerlo en el hospital. El impacto sobre el paciente es muy positivo y, asimismo, tiene un gran impacto sobre el sistema sanitario. La ausencia de un cuidador competente o la inestabilidad clínica contraindican esta alternativa.
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Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 20 de febrero del 2018
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