Tratamiento de la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico

Los medicamentos más empleados y de elección son los inhibidores de la bomba de protones (IBP) como el omeprazol, lansoprazol, rabeprazol, esomeprazol, etc. Estos medicamentos reducen la producción de ácido al estómago y reducen la capacidad dañina del material gástrico que puede refluir al esófago. En principio, estos fármacos se toman de forma diaria durante un periodo de tiempo, pero cuando la clínica mejora o se resuelve se pueden emplear de forma intermitente.

Otros fármacos antisecretores como los antagonistas de los receptores de la histamina (famotidina, ranitidina…), de eficacia menor que los IBP, pueden emplearse en casos leves o como alternativa a los IBP en casos concretos. También se pueden emplear los fármacos procinéticos (domperidona, metoclopramida, eritromicina…) que favorecen el vaciamiento gástrico. Estos son indicados en pacientes con predominio de clínica de regurgitación y retraso en este vaciamiento.

Hay muchos tratamientos endoscópicos, pero todavía no hay bastante evidencia científica para recomendarlos de manera generalizada. Para el caso concreto de los pacientes que tienen una disminución del diámetro del esófago (estenosis pépticas), se pueden hacer dilataciones endoscópicas para mejorar la ERGE.

La funduplicatura es un procedimiento quirúrgico utilizado para tratar el reflujo gastroesofágico. En este procedimiento la parte superior del estómago, denominada fundus, se dobla y se cose alrededor de la válvula muscular que se encuentra a la parte inferior del esófago (esfínter esofágico inferior). Esto aumenta la presión del esfínter esofágico inferior y evita que el ácido vuelva al esófago.

Tiene una efectividad similar al tratamiento médico en relación al control de los síntomas, la curación de la esofagitis y la calidad de vida. Este tratamiento se aconseja en pacientes con:

• Buena respuesta sintomática al tratamiento médico que prefieren la cirugía a un tratamiento crónico o son intolerantes a este.
• Síntomas persistentes por regurgitación, sobre todo si aparecen complicaciones respiratorias.
• Disminución del diámetro del esófago (estenosis pépticas esofágicas) repetidas en personas jóvenes.