Los medicamentos que popularmente se conocen como “protectores gástricos” o “protectores del estómago” son Omeprazol, Esomeprazol, Pantoprazol, Lanzoprazol y Rabeprazol, constituyen la familia de los inhibidores de la bomba de protones.
Los recetan los profesionales médicos para reducir la cantidad de ácido que produce el estómago, evitando las enfermedades que provocan estos ácidos como, por ejemplo, el reflujo gastroesofágico.
En los últimos años su uso se ha generalizado entre muchos pacientes, que toman de forma regular estos medicamentos por su asociación errónea a la protección del estómago.
¿Cuándo se debe tomar Omeprazol?
Estos fármacos sólo están indicados en el caso de enfermedades como el tratamiento y la prevención de úlceras gástricas o duodenales, enfermedades por reflujo, y cuando se toman medicamentos que puedan provocar úlceras (como los antiinflamatorios, los antiagregantes o los anticoagulantes) en pacientes con otros factores de riesgo como la edad o antecedentes de alguna úlcera.
Será el médico quien indicará si una persona debe tomarlos o no y durante cuánto tiempo. Hay que insistir en que el hecho de tomar muchos otros medicamentos no justifica el uso de Omeprazol y similares. La acidez no siempre es una enfermedad, y puede no ser necesario el uso de estos fármacos.
¿Cuáles son sus efectos secundarios?
Dado que son conocidos popularmente como protectores gástricos, estos fármacos pueden generar una sensación falsa de seguridad e inocuidad. Pero si se toman cuando no son necesarios, no aportarán beneficio alguno. Sin embargo, pueden generar efectos adversos negativos y contribuir a la polimedicación.
La polimedicación ocurre cuando una persona toma demasiados medicamentos y puede dificultar el correcto seguimiento del tratamiento, así como aumentar el riesgo de interacciones entre los fármacos.
Por lo general, los inhibidores de la bomba de protones son medicamentos seguros y bien tolerados si se toman durante poco tiempo. Pero si se utilizan continuamente durante años pueden provocar efectos nocivos como:
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Fracturas óseas.
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Infecciones digestivas como la diarrea o la inflamación intestinal.
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Infecciones pulmonares como la neumonía.
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Problemas de absorción de la vitamina B12.
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Disminución del magnesio en sangre, que puede generar temblores o latidos irregulares del corazón.
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Inflamación en los riñones.
¿Cómo dejar de tomarlos?
El estómago puede haberse acostumbrado a los efectos de estos medicamentos y por tanto no deben dejarse de tomar de forma repentina, porque pueden provocar un efecto rebote con mayor secreción de ácido. Si hace mucho tiempo que se toman, se recomienda retirarlos de forma progresiva.
¿Cómo evitar la acidez o el ardor de estómago?
Para reducir la acidez o el ardor de estómago se aconseja realizar algunos cambios en los hábitos alimentarios y en el estilo de vida, como:
- Reducir el consumo de alcohol.
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Dejar el tabaco.
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Evitar las comidas abundantes.
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Evitar alimentos ricos en grasas y el chocolate.
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Evitar bebidas con gas o cafeína.
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Evitar tumbarse justo después de comer.
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Evitar la ropa que apriete la zona del estómago.
De forma puntual, para combatir el ardor de estómago se pueden tomar antiácidos de venta libre en la oficina de farmacia, en lugar de inhibidores de la bomba de protones.
Información documentada por:
Jose Miquel Sotoca y Marina Rovira, Área del medicamento, hospital Clínic Barcelona.