Tipos de Cefalea
Cefaleas primarias
Las cefaleas primarias se diagnostican en base a los criterios recogidos en la clasificación de la Sociedad Internacional de Cefaleas (International Headache Society). La más frecuente es la cefalea de tensión o tensional, pero es la migraña la que motiva mayor número de consultas al neurólogo, según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud. Es posible que en algunos pacientes coexistan diversos tipos de cefaleas, que no cumplan todos los criterios diagnósticos, o bien que esté enmascarando una cefalea secundaria, por lo que es conveniente consultar al médico para que realice el diagnóstico correcto e indique el tratamiento adecuado, ya que no suele ser el mismo para cada paciente.
Cefalea tensional. Es la más frecuente. Está causada por tensión muscular, generalmente de la frente y de la nuca, y suele coincidir con periodos de estrés. Este tipo de cefalea se manifiesta como una tensión o presión constante, a modo de casco, en ambos lados de la cabeza con predominio en la frente y la nuca. En muchos casos, la palpación de los músculos afectados puede provocar dolor. La intensidad del dolor en las cefaleas tensionales suele ser más leve y son menos incapacitantes si se compara con la cefalea de la migraña o de las cefaleas secundarias. El dolor suele aparecer durante el transcurso del día y es más intenso por las tardes, pero puede cronificarse y estar presente todo el día y durante varios días.
Migraña o jaqueca. Se caracteriza por episodios repetidos o recurrentes de dolor de cabeza. La intensidad es variable en los diferentes episodios, pero puede ser intensa. El dolor, generalmente, se inicia en uno u otro lado de la cabeza (hemicraneal) y se extiende a toda la cabeza, suele ser pulsátil, como si se notara el latido del corazón, y puede ir acompañada de náuseas y vómitos, y un malestar que empeora con la luz (fotofobia), los ruidos (fonofobia) o los olores (osmofobia). El dolor empeora con la actividad física y mejora con el reposo y puede ser desencadenada por periodos de estrés, alteración del ritmo de sueño (dormir menos o, incluso, más de lo habitual), la menstruación, los cambios climáticos, el ayuno o el hambre o algunos alimentos.
La migraña tiene un carácter hereditario y es frecuente encontrar antecedentes familiares de migraña. Se distingue entre migraña con aura (20%), en las cuales el dolor de cabeza viene precedido por síntomas visuales, sensitivos, lenguaje o motores. Y migraña sin aura (80%). Un paciente con migraña con aura también puede tener episodios de cefalea sin aura.
También se distingue una forma crónica, es decir pacientes que sufren de cefalea durante más de 15 días al mes (puede ser migraña o de tensión), de los cuales al menos 8 cumplen criterios de migraña. Un 2,5% de pacientes al año pasan de la forma episódica a la crónica. Hay unos factores predisponentes a desarrollar esta forma crónica de cefalea y que se agrupan en:
- factores no modificables como ser mujer, tener bajo estatus económico o antecedentes de traumatismos en la cabeza.
- factores modificables como la elevada frecuencia de crisis, la obesidad, el abuso de medicación analgésica, el estrés, la ansiedad, la depresión, el abuso de cafeína, la presencia de otros síndromes dolorosos como la fibromialgia.
Cefaleas trigémino-autonómicas. Agrupan diversas situaciones con características clínicas comunes: dolor unilateral localizado en el territorio inervado por el nervio trigémino y síntomas autonómicos craneales (lagrimeo, ojo rojo, congestión o taponamiento nasal, flujo de líquido por la nariz o rinorrea, sudoración facial). Son cefaleas de corta duración, muy intensas y con varios episodios al día.
El dolor y los síntomas autonómicos son debidos a la activación del nervio trigémino y del sistema nervioso parasimpático debido a la activación patológica del reflejo trigémino-facial en el tronco cerebral. El hipotálamo es la región del cerebro que actúa como generador que activa dicho reflejo.
Se distinguen tres situaciones, cuya duración y frecuencia de los ataques ayudan a distinguirlas y así poder dar el tratamiento específico:
- Cefalea en racimos (o Clúster). Es la más frecuente del grupo. Afecta a menos de 1 de cada 1.000 adultos, siendo tres veces más frecuente en el hombre que en la mujer y suele inicarse hacia los 30 años de edad. Se presenta en forma de episodios muy intensos al día (entre 1 y 8 veces, y de 15 a 180 minutos de duración cada episodio) a diario o casi a diario y también aparecen por la noche. El paciente se muestra inquieto, a diferencia del ataque de migraña que prefiere estar estirado y quieto. La duración de los periodos de brotes de dolor oscila entre pocas semanas y varios meses, con intervalos libres de cefalea, repitiéndose anualmente o cada pocos años y, en ocasiones, se hace crónico con brotes seguidos durante más de 1 año. Como desencadenantes hay que evitar el estrés, el tabaco, el alcohol y las siestas en los periodos de las crisis de dolor.
- Cefalea hemicránea. Afecta a 1 de cada 50.000 adultos y es tres veces más frecuente en la mujer que en el hombre, y habitualmente en la edad adulta. Se presenta en forma de episodios muy intensos y breves de 2-30 minutos de duración (en general menos de 15 minutos) más de 5 veces al día. La localización es siempre unilateral y responde al fármaco antiinflamatorio indometacina. Existen dos variantes: la paroxística (20% de los pacientes) con periodos largos libre de crisis y la crónica (80%).
- Cefalea neuralgiforme unilateral con inyección conjuntival y lagrimeo (SUCNT). Es una situación muy poco frecuente y su prevalencia es desconocida. Es un poco más frecuente en los hombres y suele aparecer sobre los 50 años. Se presenta en forma de episodios de intensidad moderada-severa muy breves, entre 5 segundos y raramente minutos, de forma repetida hasta incluso 200 veces al día. Pueden aparecer espontáneamente o desencadenarse al tocarse la cara o el cuero cabelludo, lavarse los dientes, estornudar, afeitarse, etc.
Cefalea tusígena. Es aquella ocasionada por la tos o por una maniobra de Valsalva (aumento de la presión intratorácica y secundariamente también intracraneal al presentar un estornudo, defecar, levantar pesos, etc). Dura entre 1 segundo y 30 minutos, persistiendo una molestia posterior durante unas horas. Aunque la mayoría son primarias, es importante realizar una prueba de imagen como una tomografia computarizada (TC) craneal o una resonancia magnética cerebral para descartar lesiones intracraneales que hacen aumentar la presión.
Cefalea por esfuerzo físico. Es aquella ocasionada por la práctica de ejercicio muy intenso. Suele ser de tipo pulsátil y dura entre 5 minutos y 48 horas. Ocurre más frecuentemente en lugares donde hace mucho calor o a una altitud elevada. Mejora al parar la actividad. Aunque la mayoría son primarias, es importante realizar una prueba de imagen para descartar causas secundarias, las más frecuentes son hemorragia cerebral o hemorragia subaracnoidea.
Cefalea asociada a la actividad sexual. Es aquella desencadenada por la actividad sexual. Puede ser preorgásmica u orgásmica, esta última es más frecuente. El dolor se produce en los dos lados de la cabeza, alcanzando su punto máximo cuando llega al orgasmo y dura de minutos a horas. Al igual que en la cefalea por esfuerzo físico, hay que realizar una prueba de imagen pera descartar lesiones intracraneales o vasculares cerebrales.
Cefalea por crioestímulo. Es aquella desencadenada por algo muy frío, bien sea porque toca la parte exterior de la cabeza, porque se inhala o porque se ingiere, como sucede con los helados. El dolor de la cefalea por crioestímulo tiende a ser punzante, unilateral y de corta duración.
Cefalea hípnica. Es aquella que aparece solo durante el sueño, haciendo que el paciente se despierte. Afecta normalmente a personas de más de 50 años y tiende a ser persistente, entre 30-180 minutos. Es inespecífica aunque comparte algunas características con la migraña, como la sensación de náusea. Es importante descartar una causa secundaria cuando es de aparición reciente.
Neuralgia del trigémino. Se define por ataques de dolor facial en un lado de la cara, y afecta a una o más de las tres ramas del nervio trigémino sin irradiación a otras zonas. Se caracteriza por un dolor agudo, punzante o eléctrico, con inicio y fin inesperado. Dura segundos y suele desencadenarse por estímulos externos en “zonas gatillo” como afeitarse, lavarse la cara, sonarse la nariz, hablar, masticar.
En la mayoría de casos la causa es desconocida y afecta más a mujeres mayores de 40 años. El 5-10% está causado por enfermedades como tumores, anomalías de la base del cráneo, infarto cerebral, malformaciones arteriovenosas, esclerosis múltiple, etc. Para su diagnóstico es necesario realizar una resonancia magnética cerebral con reconstrucción en 3 dimensiones.
Diferencia entre cefalea y migraña
¿Quién sufre de migraña?
Puede aparecer a cualquier edad, también en la infancia, aunque lo habitual es en la segunda década de la vida. En los niños es más frecuente en el varón, mientras que en la edad adulta afecta tres veces más a las mujeres (15-20% de la población general) que a los hombres (5%). La migraña se hereda. En un 80% de los pacientes existen antecedentes familiares.
Fases de la migraña. La migraña se divide en cuatro fases, algunas de las cuales pueden estar o no presentes durante el ataque.
Pródromos. Se producen hasta 24 horas antes de desarrollar una migraña. Estos incluyen antojos de comidas, cambios del estado de ánimo sin causa aparente (depresión o euforia), bostezos incontrolables, retención de líquidos o aumento de la micción.
Aura. La más frecuente es la visual (puntos ciegos, pérdidas en el campo visual, destellos, distorsiones). La segunda más frecuente es el aura sensitiva (habitualmente se presenta conjuntamente con la anterior, suelen aparecer hormigueos en la punta de los dedos, que van ascendiendo en minutos por la extremidad hasta llegar a la cara). También puede haber un transtorno del lenguaje o la pérdida de fuerza en un lado del cuerpo. Su duración es menor de 1 hora, habitualmente entre 15-30 minutos.
Dolor de cabeza. Es unilateral, comienza gradualmente y aumenta en intensidad hasta poder hacerse incapacitante con náuseas y vómitos. Empeora con el movimiento y con la luz, el ruido y los olores. Es posible tener una migraña con aura y sin dolor de cabeza (equivalente migrañoso), pero es poco frecuente y primero obliga a descartar un ictus o una crisis epiléptica parcial.
Postdromo. El 80% de los pacientes presenta fatiga posterior al control del dolor, así como también confusión y problemas de concentración. Puede durar hasta un día.
Cefaleas secundarias
Por traumatismo. Golpes en el cráneo o en las cervicales, como los producidos por accidentes de tráfico, pueden provocar cefaleas pasajeras o crónicas (si duran más de tres meses desde el traumatismo). No solo los golpes pueden provocar cefaleas por traumatismo, sino que otras causas, como explosiones pueden provocar la entrada de fragmentos de cuerpos extraños dentro de la cabeza. En general, estas cefaleas aparecen conjuntamente con otros síntomas causados por el mismo traumatismo como pueden ser problemas de concentración o memoria, mareos y fatiga. En la fase inicial de un traumatismo importante se tiene que descartar una hemorragia subdural o epidural que puede causar la muerte del paciente si no se interviene quirúrgicamente a tiempo.
Por patología vascular cerebral. Este tipo de dolor de cabeza es consecuencia de la oclusión de una arteria cerebral (ictus isquémico), o la rotura de una arteria cerebral (hemorragia cerebral), o de un aneurisma (hemorragia subaracnoidea) o malformación arteriovenosa cerebral o la trombosis de senos venosos cerebrales. La cefalea que suele ser intensa se asocia a otros síntomas neurológicos.
Por consumo o abstinencia de sustancias. El consumo abusivo o la inhalación de sustancias como el alcohol, la cocaína, el monóxido de carbono o el óxido nítrico también puede provocar y agravar dolores de cabeza. Asimismo, la supresión de sustancias que se consumen de forma habitual, como puede suceder con el alcohol y las drogas, es otra de las causas de cefalea.
Por ansiedad o depresión. Cuando no se cumplen los criterios de las cefaleas anteriormente descritas, se han descartado otras cefaleas secundarias y hay patología psiquiátrica, en ocasiones, se puede atribuir a ansiedad o depresión, si existe una relación temporal identificable entre ambos fenómenos.
Por aumento de la presión intracraneal idiopática o por tumor cerebral. El dolor de cabeza se suele acompañar de vómitos bruscos, en escopetazo, y el dolor empeora cuando el paciente se tumba (en decúbito).
Por hipotensión del líquido cefaloraquídeo cerebral. El dolor de cabeza típicamente aparece cuando la persona se pone en pie (bipedestación) y empieza por la parte de la nuca, luego se extiende a toda la cabeza, a veces con zumbido de oidos, y desaparece, en este caso, a los pocos minutos de tumbarse. Se debe a la pérdida de líquido cefalorraquídeo después de una punción lumbar o una anestesia peridural o un traumatismo craneal.
Información documentada por:
Publicado: 16 de mayo del 2018
Actualizado: 16 de mayo del 2018
Podcasts relacionados
Mantente al día sobre este contenido
Suscríbete para recibir información sobre las últimas actualizaciones relacionadas con este contenido.
¡Gracias por tu suscripción!
Si es la primera vez que te suscribes recibirás un mail de confirmación, comprueba tu bandeja de entrada.