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La resonancia magnética es una prueba de imagen que permite visualizar el interior de una zona del cuerpo y permite diagnosticar o valorar el estado de salud de un paciente. 

¿Qué es una Resonancia Magnética?

La resonancia magnética es una técnica que utiliza un potente imán y ondas de radiofrecuencia para visualizar con detalle las estructuras internas del cuerpo. La prueba se realiza en una mesa móvil, donde se tumba el paciente, que se introduce dentro del equipo.

¿En qué consiste?

A diferencia de las radiografías y de la tomografía computarizada (TC ), la resonancia magnética utiliza imanes y ondas de radiofrecuencia en vez de rayos X o elementos radioactivos.

Las señales del campo magnético que se generan rebotan en el cuerpo y el ordenador registra las diferentes respuestas que devuelve cada tejido. De esta manera, se pueden generar muchas imágenes durante un mismo examen.

¿Para qué sirve?

La resonancia magnética se utiliza para conseguir imágenes anatómicas o funcionales del cuerpo humano para realizar un diagnóstico o valorar el estado de salud de un paciente. Se emplea en una gran variedad de dolencias, desde rupturas de ligamentos hasta tumores. También son muy útiles para explorar el cerebro y la médula.  

¿Cómo se realiza?

Durante la prueba, el paciente se coloca en la mesa móvil que se introduce en el interior del equipo. Es importante que el paciente no se mueva para que el aparato pueda captar bien las imágenes. Los profesionales que atienden a la persona le hablarán y le controlarán hasta que pueda salir. A veces, para poder ver mejor algunas partes del cuerpo puede que se necesite administrar un contraste por vía intravenosa en el brazo o en la mano. Asimismo, cabe mencionar que la prueba puede durar entre veinte y cuarenta minutos.

En todo momento, el personal sanitario informará sobre la prueba y aclarará cualquier duda que se tenga. El paciente debe firmar un documento de consentimiento informado o rellenar un cuestionario de seguridad (entre el médico y el paciente) que garantice que no hay contraindicaciones para introducirle en un campo magnético.

En las exploraciones pediátricas, o cuando el paciente no colabore, se valorará si se administra sedación.

¿Cómo hay que prepararse?

En la mayoría de los casos, no se necesita ninguna preparación especial. Hay situaciones que pueden requerir la administración de un contraste, por lo que se debe consultar con el profesional sanitario si hay que estar en ayunas.

Es muy importante comunicar al médico y/o al especialista en radiología si se tiene un marcapasos, ya que en ese caso no se puede realizar la prueba. Si se tiene algún otro tipo de prótesis metálica, elemento ferromagnético o incluso alguna prótesis dental, también se debe avisar para que se considere si es adecuado realizar o no la prueba.

Antes de entrar en la sala se recomienda no llevar objetos metálicos (como joyas, piercings, reloj, clips y agujas en el pelo, cremalleras, botones, tarjetas, etc.). No se debe llevar maquillaje ni las uñas pintadas.

Situaciones de especial atención

Es posible que no se pueda realizar la prueba si se lleva:

  • un marcapasos
  • grapas por aneurisma cerebral
  • algunos tipos de válvulas cardíacas artificiales
  • implantes en el oído interno (cocleares)
  • articulaciones artificiales recientemente implantadas
  • ciertos tipos de stents vasculares

Siempre se debe comunicar al profesional sanitario o al personal técnico cualquiera de estas situaciones:

  • embarazo
  • lactancia
  • alergia al contraste
  • se sufre de claustrofobia
  • insuficiencia renal grave
  • Trasplante de Hígado 
  • se ha practicado una intervención

¿Quién realiza la prueba?

Los profesionales técnicos en radiología se encargan de hacer y controlar la prueba en todo momento. Aunque haya ruido, se puede hablar en las pausas entre una toma de imágenes y otra. Además, se tiene a mano un timbre para avisar en caso de necesidad.

¿Quién interpreta los resultados?

Un médico especialista en radiología.

¿Qué sensaciones tendré durante la prueba?

Es una prueba indolora. Aunque se administre contraste, no se nota nada especial. En todo caso puede sentirse una ligera sensación de calor por todo el cuerpo. Durante la prueba se aconseja que el paciente esté quieto. Además, para amortiguar el sonido que produce el aparato, se pone una protección auditiva.

En caso de tener claustrofobia, debe comunicarse al profesional sanitario para que valore como abordar la prueba. Se puede administrar una pequeña sedación o realizarse la prueba con un aparato abierto.

Información documentada por:

Laura Oleaga Zufiría

Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 22 de febrero del 2024

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