Diagnóstico de la Cefalea

Tiempo de lectura: 3 min

Pruebas para diagnosticar la Cefalea

Carpeta con la historia clínica de un paciente

Historia clínica. Es el pilar fundamental para el diagnóstico de las cefaleas para definir las características del dolor (continuo, pulsátil), la localización (hemicraneal, frontal, periocular o en la nuca), la duración, si es episódica, la intensidad del dolor, la forma de instauración (brusca o progresiva), el tiempo de evolución (desde cuando hace que apareció la cefalea), si hay síntomas asociados como vegetatismo (náuseas y vómitos), fotofobia, fonofobia, síntomas neurológicos que precedan al dolor como alteraciones de la visión (luces brillantes, halos o espectros de fortificación, manchas negras, pérdida de visión), de la sensibilidad, del lenguaje o de la fuerza. También hay que preguntar si existen factores que lo agravan (menstruación, inicio reciente de toma anticonceptivos u otros fármacos, estrés, alteración en el ritmo del sueño, vino tinto, especias de los restaurantes chinos), lo desencadenan (puntos gatillo como la presión en un punto específico de la cara, cepillarse los dientes, al morder) o lo alivian. Es importante saber si hay antecedentes familiares de cefaleas.

Doctor de pie señalando con la mano un bloque con notas representando una historia clínica

Exploración física y neurológica. Para detectar alteraciones que descarten causas secundarias de la cefalea se usan pruebas, como el estudio del fondo de ojo, para evaluar la presencia de hinchazón o edema de papila (prominencia que forma la entrada del fondo de ojo) que sugiere la presencia de presión intracraneal.

Pruebas complementarias

Se realizan cuando se sospecha o se quiere descartar una causa secundaria:

diagnóstico:  analítica de sangre general para diagnóstico

Analítica. Tiene interés en la sospecha de arteritis de la arteria temporal, más frecuente en mujeres de más de 60 años.

Persona a la cual le hacen una radiografía de tórax

Radiografía. Solo cuando se sospecha de sinusitis o fracturas.

Aparato de Resonancia Magnética Nuclear o RMN

Pruebas de neuroimagen. Hay dos pruebas principales: la tomografía computarizada craneal (TC craneal) y la resonancia magnética craneal (RM craneal). Se realizan cuando el paciente presenta una cefalea atípica, crisis epilépticas o signos/síntomas de focalidad neurológica.

  • TC craneal. Permite detectar la mayoría de las afecciones que pueden causar cefalea secundaria. Es una prueba rápida, de primera elección en situaciones de urgencia. También es la prueba idónea para evaluar hemorragias agudas, los traumatismos craneales y las anomalías óseas.
  • RM craneal. Ayuda a una mejor caracterización de las alteraciones observadas en la TC y en algunas ocasiones permite detectar pequeñas lesiones que no se visualizan en una TC craneal inicial como múltiples microinfartos o microhemorragias en la trombosis venosa cerebral o en la vasculitis cerebral (inflamación de vasos sanguíneos).
Angio-TAC cerebral o angiografía por tomografía computarizada

Angio-RM y Angio-TC. Son técnicas especiales con contraste intravenoso de RM o de TC útiles para estudiar los vasos sanguíneos (angiología) y sus alteraciones como los aneurismas,  otras malformaciones vasculares o trombosis venosas cerebrales. Son pruebas no invasivas y seguras. Algunas técnicas y secuencias de RM permiten realizar estudios de angiología sin contraste.

Extracción de médula ósea de la zona lumbar

Punción lumbar. Permite identificar si hay una inflamación o infección en el líquido cefalorraquídeo (LCR) que recubre el cerebro y la médula espinal y medir su presión. Las principales indicaciones son cuando el paciente presenta una cefalea en trueno (es aquella que llega a la máxima intensidad en un minuto) sin evidencia de sangrado en la TC, cefalea persistente de reciente aparición con neuroimagen normal, sospecha de meningoencefalitis infecciosas o inflamatorias (cefalea, fiebre, alteración nivel de conciencia, rigidez de nuca), procesos infiltrativos meníngeos por cáncer o presión intracraneal idiopática (aumento de la presión del líquido cefalorraquídeo).

TAC o RNM

Cisternografía isotópica y Mielografía-TC. Se utilizan, excepcionalmente, en el estudio de la hipotensión de líquido cefalorraquídeo (LCR) para detectar fugas de LCR después de un traumatismo craneal.

Información documentada por:

Neus Fabregat i Fabra
Víctor Obach Baurier

Publicado: 16 de mayo del 2018
Actualizado: 16 de mayo del 2018

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