16 de abril del 2024
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Preguntas frecuentes sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria
Sí. Los TCA son enfermedades mentales. Para un buen pronóstico es fundamental detectarlos a tiempo y, por eso, son primordiales las actuaciones dirigidas a la prevención y contar con la motivación de las personas afectadas y sus familias.
Los TCA sí se pueden tratar. Existen unidades hospitalarias especializadas en el tratamiento de estas enfermedades. En caso de existir sospecha de tener un TCA se debe acudir al médico de cabecera donde se realizan las valoraciones pertinentes para derivar a la persona, en caso de ser necesario, a una unidad especializada.
La duración del tratamiento de un TCA depende del tiempo de evolución de la enfermedad y del deterioro físico y psicológico que presente el paciente al inicio del tratamiento. También depende del apoyo familiar con el que cuentan las personas que tienen esta enfermedad. Al ser enfermedades muy complejas los tratamientos no son cortos y suelen durar varios años, por eso la conciencia del paciente con respecto al problema y la determinación por curarse es crucial para una adecuada recuperación.
En muchos casos la apariencia física de la persona que tiene un TCA es normal. Es decir, no necesariamente está delgada o excesivamente delgada. Creer erróneamente que todo el mundo que tiene un TCA está delgado puede dificultar su detección. De hecho una persona con TCA puede tener incluso sobrepeso, como en algunos casos de personas con Bulimia Nerviosa o con Trastorno por Atracones. Es importante recordar que se trata de enfermedades mentales cuyas principales alteraciones son los pensamientos, las emociones y la conducta.
No hay culpables ni responsables en la aparición de un TCA. Son enfermedades multicausales en los que no puede buscarse una única causa que origine dicho trastorno. Los padres deben buscar ayuda profesional tan pronto como empiecen a detectar sintomatología en su hijo o hija y acudir a un centro especializado. En los TCA influyen factores tanto genéticos, biológicos, psicológicos como socio-culturales.
Los TCA son trastornos mentales que nadie elige tener. Son trastornos que provocan un intenso sufrimiento tanto a la persona afectada como a su entorno familiar. Siempre tienen un origen multicausal en el que intervienen varios factores de tipo individual, familiar y social, por lo que puede haber personas más o menos vulnerables de tener un TCA, nunca personas que deciden desarrollarlo.
Los TCA son más habituales en mujeres (9 de cada 10 casos son mujeres), aunque afectan también a hombres. También se diagnostican en personas de todas las edades, aunque lo más habitual es que la edad de inicio se sitúe en la adolescencia o adultez joven.
Los TCA pueden afectar a cualquier persona a cualquier edad. La mayoría de casos se sitúan entre los 12 y 25 años, siendo el grupo de mayor incidencia el de 14 a 18 años. Sin embargo, aunque el comienzo se inicia con frecuencia en la adolescencia, e incluso preadolescencia, también puede iniciarse en personas adultas. El hecho de que los TCA suelan comenzar habitualmente en la adolescencia se debe a que es un momento en el que se producen una serie de cambios físicos, biológicos, psicológicos y sociales, así como la reestructuración de la identidad personal que, con mayor o menor intensidad, experimentan las personas durante esta etapa vital.
En ocasiones puede resultar difícil hablar sobre este tema con la persona afectada, ya que es habitual que reaccione con respuestas de negación, ocultamiento o rechace la ayuda. Pero a pesar de esto, es importante que siendo su amigo se ofrezca para ayudarle, ya que este apoyo resulta muy eficaz para confrontar la enfermedad y buscar tratamiento. Por tanto, si efectivamente se observa que un amigo tiene comportamientos que le hacen sospechar este problema, es importante mantener la calma y buscar un momento adecuado para poder hablar del tema. Es importante darle tiempo a la persona afectada para hablar, mostrarse abierto a escuchar e intentar no juzgarle, ya que la persona puede desconfiar y encerrarse más en sí misma. Si se trata de un menor, es importante poder contactar con un adulto de referencia para poder explicar la situación y la sospecha de la presencia de un TCA.
La actitud que debe seguir la familia es seguir las pautas e indicaciones dadas por el equipo terapéutico. Es indispensable aplicar el programa de tratamiento. Para ello se requiere comprensión por parte de la familia a la vez que seguridad para aplicar las pautas en el domicilio. Es muy importante mostrar apoyo y comprensión, sin juzgar a las personas que tienen un TCA.
Cuando hablamos de Bulimia Nerviosa y Trastorno por Atracón hablamos de trastornos mentales que se caracterizan por el hecho de que la persona afectada no tiene la capacidad de controlar su ingesta. De ninguna manera se trata de falta de voluntad.
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Publicado: 14 de enero del 2019
Actualizado: 14 de enero del 2019
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