Causas del Trastorno Depresivo
A pesar de los innumerables esfuerzos por conocer las causas de los trastornos depresivos, a día de hoy, no hay una respuesta.
Lo que sí se puede afirmar es que, a diferencia de la idea ampliamente extendida en la sociedad, los trastornos depresivos no son causados directamente por la falta o escasez de serotonina en el cuerpo. Se sabe que ingerir alimentos o productos químicos que aumentan la cantidad de serotonina en la sangre, no mejora la enfermedad depresiva.
En base a la prevalencia superior en el sexo femenino que en el masculino, también ha sido ampliamente estudiada la posible implicación causal de algún factor hormonal en el desarrollo de un trastorno depresivo, pero por el momento tampoco esta vía de investigación ha dado resultados favorables.
Otra vía ampliamente explorada ha sido y es la posible existencia de una alteración biológica en el cerebro, pero nuevamente los resultados que no han permitido sugerir una alteración concreta a este nivel.
Factores de riesgo del Trastorno Depresivo
Presencia de niveles de estrés o ansiedad elevados por un período de tiempo prolongado.
Maltrato físico o psíquico en los primeros años de vida.
Otros factores que aumentan el riesgo de padecer un trastorno depresivo son:
Genéticos. Tener uno o más familiares de primer o segundo grado afectados por un trastorno depresivo, un trastorno bipolar o un trastorno de ansiedad. Es posible que también sea un factor de riesgo el tener un antecedente familiar de abuso de alcohol.
Personalidad. Tener algún rasgo de personalidad muy extremo, por ejemplo, inseguridad intensa, perfeccionismo elevado, etc.
Enfermedades no psiquiátricas. En especial, algunas enfermedades endocrinológicas, reumatológicas, cardiovasculares y neurológicas.
Uso de fármacos. En especial los corticoides, el interferón y algunos antihipertensivos.
Abuso de alcohol.
No obstante, es muy importante destacar que no todas las personas que tienen un trastorno depresivo presentan uno de estos factores de riesgo. La excepción es el subtipo de trastorno depresivo denominado trastorno adaptativo que, por definición, si requiere de la presencia de un factor estresante grave como desencadenante de la enfermedad.
También es muy relevante destacar que la idea ampliamente extendida de que la persona que tiene un trastorno depresivo es que es un “inmaduro” o debe estar muy preocupado por algo, es totalmente errónea; la distimia y el episodio depresivo (o depresión mayor) puede ser de aparición espontánea.
Los cambios hormonales y el Trastorno Depresivo
Desde hace varias décadas existe en medicina la hipótesis, no demostrada, de que los cambios hormonales que experimenta la mujer durante el ciclo menstrual, el embarazo, el posparto y la menopausia, podrían ser una de las causas de la elevada incidencia de trastornos depresivos en el sexo femenino.
Contrariamente a lo que se pensaba, el embarazo, al igual que el posparto y la menopausia, son etapas de la vida de las mujeres en las que hay un aumento en la incidencia de trastornos depresivos. Asimismo, en el contexto del ciclo menstrual femenino, hasta un 5% de las mujeres presenta un subtipo de trastorno depresivo “menor” denominado trastorno disfórico premenstrual. Este trastorno consiste en la presencia durante los últimos 7-10 días del ciclo y los primeros 2-4 días del siguiente ciclo de irritabilidad, labilidad afectiva (facilidad para presentar cambios de humor bruscos), tristeza y sensación de tensión mantenida.
Por el momento, se desconoce el mecanismo por el que estos cambios hormonales predisponen a la aparición de los trastornos depresivos; lo que sí se sabe es que las diferentes hormonas sexuales femeninas (progesterona y estrógenos) tienen receptores propios en diversas áreas del cerebro.
Hay mujeres más vulnerables que otras a estos cambios hormonales, por lo que quien ha experimentado un trastorno disfórico premenstrual u otro tipo de trastorno depresivo coincidiendo con un cambio hormonal (embarazo o posparto), tiene un mayor riesgo de padecer en el futuro recaídas clínicas coincidiendo con intensas fluctuaciones hormonales (embarazo, período posparto, menopausia).
El uso de métodos anticonceptivos hormonales no parece predisponer al desarrollo de ningún trastorno depresivo, aunque sí se puede asociar, de manera ocasional, al desarrollo de síntomas depresivos leves.
La Depresión Postparto
Una de las etapas de la vida en las que existe un riesgo especialmente elevado de desarrollar un trastorno depresivo es el postparto. Existen dos tipos de trastornos depresivos postparto: la llamada baby blues y la depresión postparto.
- Baby blues. Se define baby blues o síntomas blues posparto a la existencia de una alteración leve en el estado de ánimo de la madre después de parir (puérpera). Estos síntomas depresivos leves son muy frecuentes. La persona que padece síntomas blues postparto, más que presentar sentimientos de incapacidad o falta de motivación, lo que suele manifestar es mucha inestabilidad del humor con gran tendencia al llanto. Con frecuencia, además, presenta irritabilidad, ansiedad, cefalea, insomnio y quejas subjetivas de falta de concentración. Estos síntomas suelen remitir espontáneamente en un plazo máximo de dos semanas. No se considera una enfermedad y no es necesario tratamiento alguno.
- Depresión posparto. Se refiere a un episodio depresivo (no trastorno adaptativo o trastorno distímico) que se inicia en las primeras doce semanas tras el parto. La sintomatología que se observa es similar a la de cualquier episodio depresivo (depresión mayor): tristeza, sentimientos de desesperanza y de minusvalía, insomnio, pérdida de apetito, enlentecimiento psicomotor, pensamientos recurrentes de muerte, síntomas físicos varios (molestias digestivas, cefalea, fatiga), ansiedad elevada, etc. La depresión posparto sí requiere tratamiento. Si no se realiza el tratamiento adecuado el episodio depresivo postparto suele prolongarse por un período de entre 6 y 12 meses. El tratamiento de la depresión postparto es similar a la de cualquier episodio depresivo. A pesar de la creencia ampliamente extendida de que con frecuencia la paciente de depresión postparto tiene tendencia a agredir al hijo recién nacido, este hecho es en realidad excepcional.
Se desconoce qué motiva la elevada incidencia de trastornos depresivos durante el postparto. En las horas y días posteriores al parto se producen en el cuerpo de la mujer intensos y bruscos cambios hormonales. Dichos cambios afectan especialmente a las hormonas sexuales (estrógenos, progesterona), a la prolactina, a las hormonas tiroideas y al cortisol. Estos cambios, probablemente, tienen un papel clave en el desarrollo de los trastornos depresivos después del parto.
Aunque no se puede predecir al 100% quién padecerá un trastorno depresivo postparto, sí se conocen diversos factores de riesgo de tener un trastorno depresivo después del parto. Entre todos los factores de riesgo conocidos, el haber padecido un episodio previo de depresión postparto es el que tiene una mayor poder de predicción de futuras recaídas.
Principales factores de riesgo de padecer un trastorno depresivo postparto |
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Antecedente personal de trastorno depresivo (riesgo especialmente elevado si el antecedente personal es de depresión posparto) |
Presentar sintomatología ansiosa y/o depresiva durante el embarazo |
Tener escaso apoyo socio-familiar durante el embarazo |
Información documentada por:
Publicado: 3 de abril del 2018
Actualizado: 3 de abril del 2018
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