Tratamiento del Trastorno Depresivo

Tiempo de lectura: 8 min

El tratamiento se tiene que plantear de forma totalmente individualizada, ya que existen diferentes tipos de trastorno y los síntomas se pueden presentar de manera diferente de una persona a otra.

Las principales alternativas terapéuticas disponibles son el tratamiento psicológico y farmacológico. Ambas no son excluyentes entre sí, todo lo contrario, puesto que un amplísimo porcentaje de personas con un trastorno depresivo se benefician del tratamiento combinado psicológico y farmacológico.

Tratamiento psicológico

La terapia psicológica cognitivo-conductual y, en menor medida, la terapia psicológica interpersonal, han demostrado científicamente su eficacia en el tratamiento a corto y largo plazo de la mayor parte de los trastornos depresivos.

Los objetivos esenciales del tratamiento psicológico:

Tratamiento psicológico de síntomas depresivos

El tratamiento de los síntomas depresivos.

Persona sonriente con episodios de hiperactividad o manía por trastorno bipolar

Modificación de los rasgos de personalidad que predisponen a la aparición de los trastornos depresivos.

Persona a la que se la ocurrido una idea

Aprendizaje de estrategias de identificación precoz de los síntomas y de prevención de recaídas.

Cuando se utiliza la palabra “tratamiento” se refiere a un proceso de intervención (en este caso con técnicas psicológicas) dirigido a modificar una condición patológica o desadaptada, para así conseguir mejorar el estado de la persona que la tiene. En base a esta definición, el apoyo, el consejo, el acompañamiento o el hablar, son alternativas que por sí solas, aunque pueden tener su utilidad sobre la persona (por ejemplo, sobre el estado de ánimo), no son tratamientos psicológicos.

Tratamiento farmacológico

De entre los diversos grupos de fármacos que pueden prescribirse en el contexto de un trastorno depresivo, los fármacos denominados antidepresivos representan el eje principal del tratamiento farmacológico.

La eficacia de este tratamiento está muy bien demostrada para los casos moderados o graves de depresión mayor. Por el contrario, no se dispone de una adecuada base científica como para sugerir una elevada eficacia en las personas que tienen un episodio leve de depresión mayor, de una distimia o de un trastorno adaptativo. A pesar de ello, la experiencia clínica sugiere que en determinadas situaciones sí puede ser recomendable en este amplio subgrupo de pacientes la prescripción de un fármaco antidepresivo en combinación con el tratamiento psicológico.

Los fármacos antidepresivos suelen hacer efecto a partir de la 3ª o 4ª semana de tratamiento. Asimismo, es importante comentar que se dispone de muchos fármacos antidepresivos, cada uno de ellos con características particulares en cuanto a eficacia y, especialmente, en cuanto al perfil de efectos secundarios. 

Complicaciones del tratamiento

El tipo y la intensidad de los efectos secundarios se presentarán de una u  otra manera en función de la persona y del fármaco antidepresivo.

Disminución del apetito sexual

Reducción del deseo sexual y/o dificultad para alcanzar el orgasmo. En el sexo masculino, ocasionalmente puede motivar dificultad para obtener una erección plena.

Persona llevándose una mano a la cabeza, con un símbolo que indica mareo y malestar general

Molestias digestivas, en particular sensación nauseosa o de opresión leve en la boca del estómago.

Báscula con una flecha hacia arriba indicando un aumento de peso

Discreto aumento de peso.

Sequedad de boca

Sequedad de boca.

Sueños recurrentes

Mayor tendencia a soñar, con sensación de que los sueños son más vivos o reales y que se recuerdan mejor.

Reducción de la autoestima

Anestesia” afectiva. La persona explica que frente a situaciones de marcado componente emocional tiene una respuesta menos emocional, con una capacidad mayor de la habitual para afrontar este tipo de situaciones de una forma más relajada/distendida.

Todos estos efectos secundarios se suelen tener mientras se toma el fármaco antidepresivo. La única excepción son las molestias gástricas tipo náuseas, que suelen remitir en un máximo de una semana.

En contra de la creencia general, la mayor parte de los fármacos antidepresivos no producen somnolencia.

Información documentada por:

Joana Guarch Domenech
Victor Navarro Odriozola

Publicado: 3 de abril del 2018
Actualizado: 3 de abril del 2018

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