Pronóstico de la Epilepsia

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El riesgo de experimentar nuevas crisis dependerá de si la primera crisis es provocada por una causa externa, es decir, son crisis agudas sintomáticas, o si es debida a una lesión estructural del cerebro o a una epilepsia de causa genética. En el segundo caso el riesgo de recurrencia de las crisis es mucho mayor. El riesgo siempre aumenta si el electroencefalograma es anormal y muestra descargas epileptiformes o si se ve una lesión en las pruebas de neuroimagen.

Respecto al tratamiento médico, el 70% de las personas con epilepsia se controlan adecuadamente con fármacos y en el 30% restante las crisis continúan a pesar de los fármacos. En estos casos hay que probar otras alternativas como la cirugía o la neuroestimulación. Entre un 60 y un 80% de los pacientes pueden llegar a estar sin crisis durante 5 años, con fármacos o sin ellos.

Existen algunos tipos de epilepsias que se inician en la infancia y remiten de forma espontánea en la adolescencia o en el adulto joven. También se han descrito epilepsias del lóbulo frontal, temporal y parietal de inicio en la infancia o en la edad adulta que pueden remitir espontáneamente.

Complicaciones agudas de la Epilepsia

La complicación aguda más grave de la epilepsia es el estatus epiléptico. Son crisis prolongadas (más de 30 minutos) o crisis repetidas sin recuperación del estado basal entre las crisis. Las manifestaciones clínicas son muy variadas, desde crisis generalizadas motoras (estatus epiléptico generalizado) hasta crisis focales con alteración de conciencia (estatus no-convulsivo) o crisis focales sin alteración de conciencia (estatus de auras epilépticas o estatus focal motor). La incidencia de estatus epilépticos varía entre 15 a 50 episodios por 100.000 persona al año. Son más frecuentes en las edades extremas de la vida (niños y ancianos).

Entre los factores precipitantes más frecuentes destacan un mal cumplimiento del tratamiento farmacológico, accidentes cerebrovasculares, anoxia, alteraciones metabólicas, tumores, infecciones o fiebre. El estatus epiléptico, sobre todo el estatus epiléptico convulsivo generalizado, es una complicación muy grave que puede poner en riesgo la vida del paciente. Por tanto, se debe ser atendido de manera urgente por personal especializado con el fin de controlar las crisis lo antes posible. La mortalidad asociada a los estatus epilépticos varía entre un 4% y un 37%.

No es infrecuente que puedan quedar secuelas tras estatus epilépticos prolongados. El pronóstico tras un estatus epiléptico dependerá sobre todo de su causa, de la edad del paciente y de su duración.

La epilepsia se asocia con un riesgo de mortalidad ligeramente superior al de la población general. Las causas de muerte relacionadas directamente con la epilepsia son: la muerte súbita relacionada con la epilepsia (SUDEP), un accidente durante una crisis o un estatus epiléptico. En el caso del SUDEP, la muerte se produce generalmente tras una crisis generalizada tónico-clónica debido a una arritmia cardíaca o a un fallo respiratorio. El SUDEP sucede con mayor frecuencia en crisis que ocurren durante el sueño o si la persona no está supervisada en el momento de la crisis.

El riesgo de SUDEP es de 1 por cada 1.000 personas/año, pero el riesgo cae a un 0% si la epilepsia está en remisión y aumenta hasta el 1% en pacientes con crisis generalizadas tónico-clónicas frecuentes. El riesgo de SUDEP disminuye si se mejora el control de las crisis, si se evitan los factores precipitantes de las crisis o si el paciente es estimulado tras la crisis.

Complicaciones crónicas de la Epilepsia

Las crisis producen alteraciones transitorias de las redes neuronales cerebrales que ocasionan alteraciones cognitivas o sensitivo-motoras transitorias justo después de las crisis. Sin embargo, la epilepsia puede también producir alteraciones permanentes de estas redes neuronales que dan lugar a trastornos cognitivos y del comportamiento de carácter crónico. En la mayor parte de los pacientes con epilepsia, particularmente aquellos que se controlan bien con la medicación antiepiléptica, los efectos cognitivos crónicos de la epilepsia van a ser muy leves.

En el lado opuesto, se encuentran los pacientes que van a tener trastornos cognitivos más severos. En estos casos, las alteraciones cognitivas pueden ser muy focales; por ejemplo, los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal secundaria a una esclerosis del hipocampo, mostrarán un déficit selectivo de memoria visual o verbal. Las complicaciones psiquiátricas (sobre todo la ansiedad y la depresión) son también frecuentes, especialmente, en epilepsias graves. Es importante tratar estas alteraciones para mejorar la calidad de vida del paciente.

También puede asociarse a complicaciones crónicas el tratamiento antiepiléptico, sobre todo los fármacos antiguos, produciendo problemas en la salud sexual, el metabolismo, la salud ósea y cardiovascular.

Información documentada por:

Antonio Jesús Donaire Pedraza
Francisco Gil López
Maria del Mar Carreño Martínez

Publicado: 22 de mayo del 2018
Actualizado: 22 de mayo del 2018

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