¿Qué es un electroencefalograma?

Tiempo de lectura: 8 min

El electroencefalograma (EEG) es una prueba que evalúa la actividad eléctrica de las células nerviosas (neuronas) que están situadas en la corteza cerebral (tejido nervioso que recubre el cerebro). Es una prueba neurofisiológica que evalúa y mide la función de las neuronas desde el punto de vista eléctrico, mediante electrodos que se colocan en el cuero cabelludo de una persona.

Esta prueba permite detectar la actividad cerebral de las neuronas de los dos hemisferios cerebrales y de sus cuatro lóbulos (frontal, temporal, parietal y occipital). No puede detectar la actividad de las neuronas de las áreas profundas del cerebro, ni del cerebelo ni del tronco del encéfalo. Las neuronas cerebrales se comunican a través de impulsos eléctricos y están siempre activas, tanto si la persona está despierta como dormida. Esta actividad eléctrica se manifiesta en forma de ondas de distinta intensidad: baja, moderada y alta.

¿Para qué se recomienda?

El electroencefalograma es uno de los estudios principales para diagnosticar la epilepsia. En los pacientes con epilepsia el electroencefalograma suele detectar figuras anormales que destacan frente a las ondas normales alfa y beta. El EEG servirá para saber si la epilepsia es generalizada.

Las ondas cerebrales anormales pueden aparecer en los dos hemisferios y los cuatro lóbulos, o focal, en un lóbulo de uno de los dos hemisferios. En los pacientes con epilepsia, esta prueba, además de utilizarse para el diagnóstico, puede utilizarse para el seguimiento clínico o para la retirada o introducción de la medicación antiepiléptica.

El EEG también sirve para detectar múltiples trastornos cerebrales como:

  • Estatus epiléptico no convulsivo
  • Estatus epiléptico convulsivo
  • Síndromes epilépticos específicos como las ausencias
  • Pseudocrisis: de ataques epilépticos sin disfunción del sistema nervioso
  • Síndrome de Lennox-Gastaut: un tipo de epilepsia infantil.
  • Síndrome de West: encefalopatía epiléptica que se inicia en el primer año de vida.
  • Epilepsia Rolándica: epilepsia focal infantil.
  • Encefalopatías de cualquier origen (metabólico, infeccioso, tóxico)
  • Encefalitis herpética: grave infección del sistema nervioso central.
  • Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob: trastorno degenerativo de progresión rápida que provoca demencia.
  • Comas de origen incierto
  • Hipoxias cerebrales: falta de oxígeno en el cerebro.  

El electroencefalograma también se realiza para el diagnóstico de la muerte encefálica. Ésta suele confirmarse con un “EEG plano”, que no es reactivo a estímulos dolorosos ni a estimulación luminosa intermitente.

¿Cómo prepararse?

Los días antes de la prueba el paciente debe:

Fármacos azules y verdes correctos

Tomar la medicación habitual, sin cambiar la frecuencia ni la dosis (esto es especialmente importante respecto a los medicamentos antiepilépticos).

Seguir una rutina

Mantener unos horarios regulares

Fármaco tachado

Evitar introducir nuevos medicamentos

Cannabis, pastillas y jeringuilla tachados

Evitar consumir drogas

Dos jarras de cerveza tachadas indicando que se prohíbe el alcohol

Evitar el exceso de alcohol

Café tachado

Evitar el consumo de cafeína.

Persona duchándose

Lavarse el cabello la noche anterior al día del estudio, sin utilizar aerosoles con lacas, ni crema tipo brillantina. Estos productos para el cabello pueden dificultar que los electrodos se adhieran al cuero cabelludo correctamente y hacer que se caigan a la mitad del registro.

Persona con insomnio

En algunas ocasiones, el médico pedirá que el electroencefalograma se realice después de una privación de sueño de un día. Esto supone que el paciente no debe dormir la noche anterior a la prueba, que en estos casos se realiza a primera hora de la mañana.

¿Cómo se realiza?

Para poder realizar un EEG se necesita material adecuado y un técnico experto en la técnica.

El material consiste en:

  • Cinta métrica
  • Lápices de color de punta gruesa
  • Bastoncillos
  • Electrodos de superficie
  • Pasta lavadora del cuero cabelludo
  • Pasta conductora
  • Gasas
  • Caja de entradas a un amplificador de la señal
  • Aparato digital de adquisición y revisión del registro

Los electrodos deben ser colocados de tal modo que permitan registrar la actividad eléctrica de manera eficiente y con el mínimo de distorsión. Los electrodos se colocan en el cuero cabelludo de forma que no causen dolor ni se desplacen durante toda la prueba. Deben colocarse cubriendo todas las regiones de la corteza cerebral y la línea media. Se colocan 21 electrodos y cada uno recibe un nombre (frontopolar, frontal, central, parietal y occipital) y una localización (izquierda, derecha, línea media).

Para garantizar que los electrodos se encuentran en las áreas anatómicas en posición correcta y simétrica, la colocación requiere unos 15-30 minutos. Se coloca un electrodo en cada lóbulo de la oreja y en los lados de los ojos, que permitirá realizar un electrooculograma, para valorar también el estado de la retina. Es muy útil que el registro del EEG se encuentre sincronizado con un registro audiovisual, para detectar conductas anormales.

La duración de la prueba suele ser de 30 minutos, como mínimo, y el paciente suele estar tumbado en una cama o sentado en un cómodo sofá. Se le pide que abra y cierre los ojos, y que haga una respiración rápida y profunda durante 3 minutos. Al principio o al final de la prueba se le pondrá frente a los ojos una luz de alta intensidad y se producirán descargas de luz sobre los ojos cerrados a diferentes frecuencias.

¿Puedo tomar mi medicación?

Sí. La prueba debe realizarse en las condiciones habituales del paciente, para que sea representativa de lo que le ocurre últimamente. Por ello, el paciente debe seguir tomándose los medicamentos habituales (mismo número de pastillas y mismas horas), especialmente los que se utilizan contra la epilepsia.

¿Qué sucede durante la prueba?

Antes de la prueba, el técnico medirá la cabeza del paciente y marcará la superficie del cuero cabelludo con un lápiz especial de punta gruesa en unos puntos concretos, para indicar dónde deben colocarse los electrodos. También aplicará un gel sobre el cuero cabelludo para colocar los electrodos junto con una pasta conductora, para que se adhieran de forma correcta y para mejorar la calidad del registro.

Durante la prueba, los electrodos se conectan con cables conductores a la caja de entradas que amplifica la señal de las ondas cerebrales, y se realiza el registro en un ordenador.

Al paciente se le invita a estar relajado con los ojos cerrados, en una posición cómoda en una cama o en un sillón. En varios momentos, el técnico pedirá que abra y cierre los ojos. Se le pedirá que respire de forma rápida y profunda durante 3 minutos.

Se le colocará una luz delante de los ojos que emitirá ráfagas intermitentes a diferentes frecuencias durante 2 minutos (entre ráfaga y ráfaga se pedirá al paciente que abra los ojos). Si el paciente ha realizado una privación de sueño la noche anterior, se bajará la intensidad de la luz de la habitación y se invitará al paciente a relajarse y dormirse en la cama.

En situaciones especiales, dependiendo de las características del paciente y del registro, se le pedirá que realice algunos cálculos simples, que lea un párrafo, observe una imagen fija u abra y cierre la mano.

Toda la prueba está supervisada por un técnico que será responsable de la calidad del registro y anotará cualquier incidencia. Al paciente se le pide que si nota alguna anormalidad durante el registro avise al técnico.

¿Cuánto dura?

El registro del EEG convencional suele ser de 30 minutos y la preparación del paciente para la prueba también dura una media hora.

El registro del EEG con privación de sueño tiene una duración de 60 minutos. Consiste en dos partes. La primera parte es la misma que el EEG convencional. En la segunda parte se apaga tenuemente la luz de la habitación y se invita a dormir al paciente durante 30 minutos. En estos casos la estimulación luminosa intermitente puede realizarse al final del registro.

El registro EEG para el diagnóstico de muerte encefálica debe durar 30 minutos e incluirá la estimulación luminosa intermitente en dos ocasiones y la aplicación de estímulos dolorosos al paciente, para ver que el registro no cambia. En situaciones especiales, el médico puede solicitar un registro EEG durante varias horas o durante varios días (monitoraje EEG), por lo que deberá aplicarse una solución al cuero cabelludo para que los electrodos no caigan.

¿Qué sucede después del electroencefalograma?

Al finalizar la prueba, el técnico retira los electrodos con unas gasas y alcohol, de una forma ordenada y esmerada para no dañar el cuero cabelludo al paciente. Durante este período de tiempo, que suele durar 5-10 minutos, el técnico preguntará al paciente si ha notado algo anormal durante la prueba. Posteriormente, el paciente puede abandonar su centro hospitalario.

El registro queda almacenado digitalmente y será revisado por un médico que deberá realizar un informe. En el informe debe constar el nombre del paciente, su edad y sexo, la medicación que toma, el motivo de consulta y la fecha de la realización e informe de la prueba. En el informe deben aparecer las condiciones técnicas, los resultados, su interpretación, y las conclusiones. El informe del EEG debe llegar al médico que ha solicitado la prueba, y de acuerdo con el resultado se actuará de la forma más conveniente dentro del contexto de cada paciente.

¿Cuáles son las posibles complicaciones?

El electroencefalograma es una prueba segura que se utiliza desde hace más de 100 años. Durante un EEG los electrodos no transmiten ninguna sensación, ni producen dolor, ni emiten descargas, sólo registran las ondas cerebrales. El gel adherente y la pasta conductora no producen alteraciones ni provocan alergias. Es posible, que si los electrodos no se han colocado de forma delicada puedan producir una pequeña irritación en el cuero cabelludo que desaparecerá al cabo de algunas horas.

Situaciones de especial atención

Los EEG permiten detectar actividad epiléptica y, por ello, durante la prueba se efectúan técnicas de provocación, como la hiperventilación durante tres minutos, la estimulación luminosa intermitente y la aparición de sueño después de su privación en la noche anterior. Estas técnicas pueden provocar crisis epilépticas, por tanto, es posible que durante la prueba el paciente presente convulsiones o pérdida de conciencia. En este caso, el técnico deberá pulsar un botón de alarma para que acuda un médico.

En caso de que se produzca una crisis epiléptica, lo primero que debe hacerse es actuar con profesionalidad y mantener la calma, ya que habitualmente el paciente se recuperará por completo unos minutos después de la crisis. Se deben apartar objetos con los que se pueda golpear y aflojar la ropa demasiado ajustada (cinturón, cuello de la camisa, corbata). No debe ponerse ningún objeto entre los dientes. Cuando ya han cesado las convulsiones es aconsejable tumbarle de lado. De esta forma si se produce un vómito éste no se quedará en la boca ni pasará al sistema respiratorio. También es importante asegurarse de que las vías respiratorias estén libres. Hay que observar lo que ocurre durante la crisis (desviación de la cabeza, secuencia de movimientos...). Durante los EEG se graba de forma rutinaria en vídeo al paciente, lo que permitirá posteriormente repasar las características de la crisis y correlacionarlas con el registro EEG simultáneo.

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Información documentada por:

Alejandro Iranzo de Riquer

Publicado: 27 de abril del 2022
Actualizado: 27 de abril del 2022

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