Tratamiento del Cáncer de Mama
Una vez diagnosticado el cáncer de mama un comité multidisciplinar evalúa de manera individual cada caso y determina el tratamiento más indicado para el paciente.
El comité está compuesto por todos los profesionales directamente vinculados con el proceso diagnóstico y de tratamiento de la enfermedad con cirujanos ginecólogos, radiólogos, especialistas en medicina nuclear, patólogos, radioterapeutas, oncólogos, cirujanos plásticos, enfermería de proceso de oncología y cirugía.
Una vez consensuado, el especialista se encarga de comunicar la decisión y explicar al paciente el tratamiento.
Años atrás, en los estadios iniciales, el tratamiento del cáncer de mama se iniciaba con la cirugía y, posteriormente, se administraba la quimioterapia (tratamiento sistémico) y la radioterapia (tratamiento adyuvante). En la actualidad, se puede iniciar la quimioterapia con anterioridad a la cirugía y la radioterapia. Esta estrategia puede facilitar una cirugía conservadora en aquellos casos en los que de entrada no es posible.
En los estadios avanzados el tratamiento principal es la quimioterapia, aunque puede emplearse la cirugía o la radioterapia en situaciones concretas.
Para decidir el tratamiento es necesario conocer bien las células que forman el tumor y el tipo de recetores.
- Tipos de células. ¿Cómo son las células sanas? Las células sanas tienen receptores que cuando se estimulan por sustancias que llegan a la célula desde la sangre, favorecen su crecimiento. Las células tumorales pueden utilizar estos receptores para acelerar su crecimiento. Si la célula conserva los receptores, y no los ha perdido en su proceso hacia la formación del tumor, se pueden utilizar en el tratamiento ¿Cómo? Dirigiendo fármacos contra los receptores.
- Tipos de receptores. Los receptores de los que se dispone en estos momentos para dirigir el tratamiento en cáncer de mama son:
Los receptores hormonales. En todas las mujeres, los receptores hormonales detectan el nivel de hormonas femeninas, estrógenos y progesterona, que hay en la sangre. De esta manera, cuando una niña llega a adolescente se elevan sus niveles de estrógeno en la sangre que provocan la crecida de las mamas y todos los cambios que se producen en su cuerpo. En cambio, en la menopausia, la disminución de los estrógenos en sangre provoca una atrofia de la mama. En los tumores que conservan estos receptores se puede usar la hormonoterapia, un tratamiento a menudo en pastillas que bloquea el receptor hormonal y no permite que los estrógenos estimulen el crecimiento de la célula maligna.
El receptor HER2. Es una proteína que participa en el crecimiento de las células. Solo está sobreexpresado en 1 de cada 5 tumores de mama. Si las células del tumor tienen muchos más receptores HER2 de los que son habituales en una célula normal, esta célula maligna crece con mucha más facilidad que otras. Los tratamientos anti-HER2 bloquean este receptor e impiden el crecimiento del tumor.
El Dr. Aleix Prat, oncólogo especialista en cáncer de mama del Hospital Clínic, responde preguntas frecuentes sobre el cáncer de mama.
Existen diferentes abordajes terapéuticos en el cáncer de mama: el tratamiento quirúrgico y el tratamiento no quirúrgico.
La elección de una o la combinación entre ellas debe realizarse según el grado de extensión de la enfermedad. No obstante, el tratamiento propuesto puede variar en cada paciente según su estado general y enfermedades de base.
Cirugía de la mama. Su objetivo es eliminar el tumor y conocer si los ganglios de la axila están o no afectados por la enfermedad. Según los resultados, se extirpan más o menos ganglios. La cirugía puede ser:
- Radical. Se extirpa toda la mama (mastectomía).
- Conservadora. Se elimina el tumor con un margen de seguridad y se conserva el resto de la mama siempre que el resultado estético sea adecuado.
Realizar una u otra cirugía depende del tamaño del tumor, del tamaño de la mama y de los deseos de la paciente. Pueden existir otros factores que influyan en la decisión que el cirujano y el médico deben valorar.
Cirugía de los ganglios de la axila. La operación sobre la axila varía si los ganglios están o no afectados por el tumor.
- Ganglios afectados. Se realiza una limpieza más radical de la axila para eliminar toda la enfermedad. Estudios recientes aconsejan no realizar el vaciamiento ganglionar completo si el número de ganglios afectados es pequeño y las condiciones de la paciente lo permiten. Uno de los efectos secundarios más molestos a nivel de axila es el linfedema del brazo. Se refiere a la hinchazón del brazo debido a la mala circulación de la linfa tras la eliminación de un buen número de ganglios axilares.
- Ganglios no afectados. Se extirpan solo los primeros ganglios de la cadena, los llamados ganglios centinela. De esta manera, se reduce el linfedema del brazo.
En la operación donde se extirpa el tumor, se sacan también algunos ganglios de la axila. Esto se hace para comprobar si las células cancerígenas han llegado a afectarlos. Cuanto más tiempo se tarda en detectar la enfermedad, mayor es la probabilidad de que las células lleguen a los ganglios de la axila. Sin embargo, esto no siempre es así, ya que algunos tumores más agresivos invaden de forma más precoz los ganglios. Estudios clínicos recientes han demostrado que, a veces, cuando son pocos los ganglios centinelas afectados, tampoco es necesario realizar un vaciamiento ganglionar. Sin embargo, en cada paciente puede ser necesario un planteamiento distinto.
Según el grado de extensión de la enfermedad, se extirpa solo el primer ganglio de la cadena, el llamado ganglio centinela. Las probabilidades de que las células del tumor puedan formar micrometástasis en otros órganos aumentan, cuanto mayor es el número y el tamaño de los ganglios afectados por la enfermedad.
La axila se divide en tres niveles de ganglios, desde los que están más cerca del pecho, hasta los que están más arriba. En principio, en el vaciamiento ganglionar se intentan extirpar solo los dos primeros niveles ganglionares axilares, incluso cuando hay afectación de los ganglios por el cáncer, para reducir el riesgo de linfedema, es decir, que se inflame el brazo.
Aunque la técnica del ganglio centinela ha aportado un detrimento significativo de la morbilidad y la calidad de vida de las pacientes, a menudo es necesario el vaciado de los ganglios de la axila o linfadenoctomía que puede abocar en un linfedema crónico y una posible espalda dolorida con reducción de la calidad de vida.
Radioterapia. Es, junto a la cirugía, un tratamiento local que tiene como objetivo eliminar cualquier pequeño resto de tumor en el pecho o en la zona de la axila. Después de la cirugía, pueden quedar células tumorales microscópicas que no son perceptibles para el ojo humano y tampoco se obsevan en una mamografía o en una resonancia mamaria. A veces, también, es necesario realizar radioterapia sobre la zona supraclavicular, el espacio que queda entre el hombro y el nacimiento del cuello.
Quimioterapia. La quimioterapia es un tipo de tratamiento que destruye las células que crecen muy rápido. Ataca a la célula cuando se divide y reproduce. Cuanto más rápido crecen y se dividen las células, más eficaz es el tratamiento con quimioterapia.
Hormonoterapia. Es el primer tratamiento dirigido contra los receptores hormonales. Su uso se indica en pacientes con tumores que poseen receptores hormonales, es decir tumores con receptores hormonales positivos. Un tumor expresa o tiene receptores hormonales positivos cuando más del 1% de las células del tumor los presentan. Normalmente, la hormonoterapia se administra en forma de pastillas y la duración del tratamiento suele ser de 5 años. Los fármacos más importantes son:
- El tamoxifeno. Puede ser útil tanto en mujeres más jóvenes, que aún tienen la regla, como en pacientes posmenopáusicas.
- Los inhibidores de la aromatasa. Están solo indicados en mujeres posmenopáusicas.
Tratamientos anti-HER2. El objetivo de este tratamiento es bloquear el receptor HER2. Este receptor está localizado en la superficie de la célula en uno de cada cinco tumores de mama. Si el tumor posee un número excesivo de receptores HER2 se dice que es un cáncer HER2 positivo. Cuando se consigue bloquear el receptor con alguno de los fármacos dirigidos contra HER2, como trastuzumab o lapatinib, la célula del carcinoma sufre un gran daño y puede llegar a morir. Es un tratamiento de gran ayuda que ha demostrado reducir en casi la mitad el número de recaídas de la enfermedad.
Antes de iniciar el tratamiento o después de la primera dosis de quimioterapia es necesario colocar un catéter venoso central para hacer más fácil la administración de los tratamientos y evitar dañar las venas periféricas. Este catéter se inserta en un quirófano, con anestesia local y no requiere de ingreso previo.
El catéter se debe llevar durante el tratamiento. Su retirada es decisión del oncólogo y del médico quienes tienen en cuenta el diagnóstico inicial y los factores pronóstico al inicio del tratamiento, lo que puede suponer conservar el dispositivo durante 1 año.
Una vez finalizado el tratamiento de quimioterapia y pasados 3 meses desde la última administración de quimioterapia, se debe revisar el catéter. Esta revisión se debe hacer cada 3 meses desde la finalización del tratamiento. Si el catéter central insertado es del tipo PICC, se puede retirar el mismo día de la última dosis del tratamiento.
Existen diferentes efectos secundarios al tratamiento que dependen del tipo específico de la quimioterapia administrada. Es muy importante que el médico informe sobre ellos antes del inicio del tratamiento.
Entre los síntomas que pueden aparecer se encuentra: cansancio (astenia), cambio en el gusto de los alimentos, náuseas, vómitos, caída de pelo, inflamación de la mucosa de la boca, fiebre, estreñimiento/diarrea, dolor abdominal y muscular, urticaria y lesiones en las uñas. Ante cualquier duda, es recomendable consultar con el médico.
La radioterapia puede estar asociada a una irritación cutánea, inflamación de la mucosa esofágica (esofagitis - dificultad para tragar), cansancio y neumonitis o inflamación del tejido pulmonar, que suelen aparecer meses después de haber completado el tratamiento.
Existen diferentes técnicas de reconstrucción mamaria que dependen de si se puede conservar o no la mama.
En el caso de que se conserve la mama se utilizan técnicas de mejora estética que no requieren la implantación de prótesis, ya que se utilizan injertos de grasa de la propia paciente (muslos, abdomen, espalda o pierna) para corregir pequeños defectos de volumen tras la extirpación del tumor.
En el caso de una extracción total de la mama el método más sencillo para su reconstrucción es el implante de prótesis de silicona. Se coloca una prótesis temporal llamada expansor, una estructura similar a un globo que tras su colocación se hincha poco a poco para distender la piel y colocar después una prótesis o tejido de la paciente. La silicona es un material que se emplea en muchos otros dispositivos médicos que se introducen dentro del cuerpo, como marcapasos, válvulas, catéteres, entre otros, y su seguridad ha sido más que demostrada en su empleo y reconstrucción mamaria.
Para conseguir todavía un mejor resultado final, es necesario en ocasiones tratar la mama sana para elevarla o disminuir su volumen para que quede más parecida a la mama reconstruida.
Pasados unos tres o cuatro meses de la reconstrucción mamaria, se realiza la reconstrucción de la areola y el pezón con una técnica muy sencilla que se realiza con anestesia local y que no implica el ingreso hospitalario de la paciente.
Es importante tener en cuenta que la reconstrucción mamaria no dificulta las posteriores revisiones y controles.
Las complicaciones agudas de la reconstrucción son la infección de la herida quirúrgica, la infección de la prótesis o del músculo implantado y la deshicencia de la sutura (fallo de la unión de los dos bordes de la herida). A largo plazo pueden presentar dolor en las zonas donde se ha extraído músculo, limitación de la movilidad o problemas (rechazo) con la malla.
La reconstrucción no dificulta la exploración física, la realización de pruebas radiológicas o el seguimiento de las pacientes. En algunos casos de prótesis parciales, cuando es complicado realizar una mamografía, se utiliza la resonancia nuclear magnética (RNM).
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Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 20 de febrero del 2018
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