Una vez diagnosticado el cáncer de colon y recto, un comité multidisciplinar evalúa cada caso de manera individual, para ofrecer el tratamiento con mayor posibilidad de curación.

El comité está formado por todos los profesionales directamente vinculados en el proceso diagnóstico y de tratamiento de la enfermedad, como radiólogos, especialistas en medicina nuclear, patólogos, radioterapeutas, oncólogos, cirujanos digestivos, cirujanos hepáticos, especialistas en digestivo, anestesistas y enfermeras de procesos de colorrectal.

Una vez consensuado, el médico responsable se encarga de comunicar la decisión al paciente y explicarle el tratamiento.

El tipo de tratamiento se establece en función de los siguientes factores:

  • Características del paciente. Edad, otras enfermedades que dificulten algún tratamiento y estado funcional.
  • Localización del tumor. Colon derecho, colon izquierdo o recto.
  • Tipo de tumor. Estado del gen RAS o estado del gen BRAF.
  • Fase o estadio en el que se encuentra la enfermedad (TNM).

Existen varios tipos de abordajes terapéuticos en el cáncer colorectal que pueden realizarse de forma individual o combinados:

Tijeras y bisturí

La cirugía es el tratamiento más efectivo en muchos casos de cáncer colorrectal.El tratamiento más común para el cáncer colorrectal es la extirpación del tumor y del tejido graso circundante, donde se encuentran los ganglios linfáticos. 

Una vez resecado, la muestra quirúrgica se envía a analizar y los resultados permitirán valorar si son necesarios tratamientos adicionales (quimioterapia o radioterapia) después de la operación.

Actualmente, muchos centros hospitalarios realizan este tipo de intervención por vía laparoscópica. Esta técnica evita las grandes incisiones y con ello la recuperación es más rápida. 

  • Complicaciones de la cirugía del Cáncer de Colon y Recto

La cirugía colorrectal puede presentar complicaciones postopeartorias como hemorragia, fallo en la zona de sutura de los dos extremos del colon (dehiscencia anastomótica), infección de la herida, etc. Estas pueden requerir una nueva intervención y un aumento de la estancia hospitalaria.

La cirugía del cáncer de recto puede precisar la realización de una ostomía, bien transitoria o definitiva. Una ostomía (o estoma) es una abertura quirúrgica que se hace en la piel para permitir que los productos de desecho salgan de los intestinos (ileostomía o colostomía). Se denomina colostomía cuando la abertura se ubica en un extremo del colon (intestino grueso), e ileostomía, cuando la abertura está situada en el extremo terminal del íleon (la parte más baja del intestino delgado). 

Los efectos a medio-largo plazo de la cirugía incluyen dolor y sensibilidad en la zona de la operación. También puede provocar cambios en el hábito deposicional que suelen desaparecer con el paso del tiempo.

Como consecuencia de la resección del recto, algunos pacientes experimentan problemas de disfunción urinaria (incontinencia urinaria o retención de orina), disfunción sexual y disfunción ano-rectal (incontinencia fecal, múltiples deposiciones diarias, urgencia, etc.). En la mayoría de los pacientes estos problemas mejoran con el paso de los meses hasta resolverse aproximadamente al año de la cirugía.

Bolsa para aplicar quimioterapia intravenosa

Quimioterapia. La quimioterapia es el tratamiento aplicado con más frecuencia en el cáncer colorrectal. La quimioterapia se administra generalmente de forma endovenosa, aunque, en algunos casos, se puede administrar por vía oral.

La quimioterapia inhibe el crecimiento de las células en división, tanto de las células tumorales como de las sanas, de ahí que puedan aparecer síntomas asociados al tratamiento, los denominados efectos adversos o efectos secundarios.

La quimioterapia puede administrarse en combinación de dos fármacos (poliquimioterapia) o de un fármaco (monoterapia). Entre los fármacos más utilizados se encuentran las fluoropirimidinas (5- fluororacilo, capecitabina), el irinotecán, el oxaliplatino y el TAS-102 (trifluridina/tipiracil).

El número de ciclos depende de cada paciente y estadio tumoral, aunque por lo general se administran 6 - 12 ciclos de tratamiento durante 3-6 meses de tratamiento. A lo largo del tratamiento se realizan diferentes pruebas (analíticas, pruebas de imagen,…) para evaluar si este es efectivo.   

Símbolo de radioterapia

Radioterapia. La terapia por radiación o radioterapia administra rayos X de alta energía para destruir las células cancerosas. Tiene diferentes usos en cáncer colorrectal y puede administrarse de forma única o en combinación con la quimioterapia para reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía (en cáncer de recto) o para tratar el cáncer colorrectal que se ha diseminado fuera del colon/recto como los huesos o el cerebro.

Existen diferentes efectos secundarios al tratamiento que dependen del tipo específico de la quimioterapia administrada. 

Entre los síntomas que pueden aparecer se encuentra: cansancio (astenia), cambio en el gusto de los alimentos, náuseas, vómitos, caída del pelo, inflamación de la mucosa de la boca, fiebre, estreñimiento/diarrea, dolor muscular, neurotoxicidad (dolor, hormigueo o perdida de sensibilidad en dedos manos/pies), enrojecimiento, dolor y heridas en manos /pies, erupción acneiforme y lesiones en las uñas.

La quimioterapia usada en cáncer colorrectal no suele producir alopecia (caída del cabello) ni vómitos.

La quimioterapia con capecitabina puede producir edema y enrojecimiento en las plantas de los pies y en las palmas de las manos. También puede producir diarreas y, de forma infrecuente, llagas en la boca (mucositis). Es importante si se producen estos efectos secundarios, comentarlo con el médico habitual y, ante la duda, dejar de tomar el fármaco.

La combinación de oxaliplatino con fluoruracilo en infusión continua (FOLFOX) puede producir también mucositis, diarreas y fiebre por bajada de defensas. El tratamiento suele producir también un cansancio moderado, especialmente los primeros días tras el tratamiento. El oxaliplatino puede producir también neurotoxicidad (sensación de adormecimiento de manos y pies), especialmente a partir de los 8-12 ciclos de tratamiento. Este efecto secundario puede perdurar aunque se deje de administrar el tratamiento.

La otra combinación de quimioterapia (FOLFIRI) puede producir diarreas, dolor abdominal y un mayor grado de alopecia que el FOLFOX, aunque no produce neurotoxicidad.

Por otro lado, bevacizumab o aflibercept son antiangiogénicos y actúan sobre los vasos que alimentan el tumor y pueden producir subida de la tensión arterial, sangrados o problemas en la coagulación. Por otro lado, panitumumab y cetuximab actúan sobre el receptor de membrana EGFR (receptor del factor de crecimiento epidérmico) y suelen producir erupción cutánea de distinta intensidad.

El regorafenib produce cansancio intenso, subida de la tensión arterial y problemas cutáneos en manos y pies; enrojecimiento, dolor y heridas.

El TAS-102 se tolera bastante bien y solo cabe destacar anemia, la bajada de las defensas y de las plaquetas.

Hay cinco fármacos biológicos actualmente aprobados para el cáncer colorrectal con metástasis (estadio IV):

  • Los tratamientos dirigidos contra el receptor de EGFR (cetuximab y panitumumab) son endovenosos, se usan en combinación con quimioterapia o en monoterapia, y solo son activos en pacientes sin mutaciones del gen RAS (KRAS y NRAS), también denominado RAS nativo o RAS wild type.  
  • El tratamiento con anti-angiogénicos (bevacizumab o aflibercept) está indicado en pacientes con metástasis en combinación con quimioterapia, y también es endovenoso.
  • El regorafenib, un fármaco oral que inhibe diferentes vías de crecimiento tumoral, está aprobado en 3ª línea o posteriores en monoterapia, pero produce importantes efectos secundarios, por lo que se están estudiando nuevas dosis para mejorar el perfil de toxicidad.  

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Información documentada por:

Antonio Maria Lacy Fortuny
Estela Pineda Losada
Francesc Balaguer Prunes
Mª Rosa Costa Quintàs

Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 20 de febrero del 2018

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