Tipo de Quimioterapia

Existen diferentes quimioterapias que pueden clasificarse en función de su vía de administración, el número de fármacos que se administran a la vez, su mecanismo de acción, o bien su intención.  

Según su mecanismo de acción encontraremos diferentes familias de fármacos quimioterápicos (alquilantes, antimetabolitos, inhibidores de la topoisomerasa...) que actúan de forma diferente sobre la célula tumoral. Además, es importante mencionar que no todos los fármacos han demostrado eficacia en todos los tipos de cáncer, por tanto, puede que dos personas con cáncer en el mismo órgano reciban un tratamiento de quimioterapia diferente, en función del tipo de tumor del cual hayan sido diagnosticados.  

Según su vía de administración podemos dividir la quimioterapia en:

• Oral: se puede administrar el fármaco de la quimioterapia en formato de píldora, comprimido o cápsula, al igual que medicamentos habituales como el paracetamol o el ibuprofeno. En función de la quimioterapia seleccionada por ese tumor se puede tomar con diferentes pautas: cada día, o bien sólo 3, 5, 15 días seguidos, cada 8 –12 o 24 horas, en ayunas o bien con las comidas. No se preocupe, su equipo referente (médicos, enfermeras, farmacéuticos) le resolverán las dudas previamente al inicio del tratamiento.  
• Intramuscular: se administra con una inyección directamente en una zona muscular, como podría ser el brazo, de forma similar a una vacuna.  
• Endovenosa: se administra directamente en el torrente sanguíneo mediante una vena (normalmente en el brazo) como si se tratara de un suero. Antes de la primera administración será necesario que el paciente sea valorado por la enfermera referente del equipo de oncología para que le recomiende cuál es el mejor método para disminuir posibles complicaciones (dolor, infección, extravasación). Estos métodos de administración pueden ser por una vía periférica, un puerto-a-cath o bien un PICC (catéter venoso central de inserción periférica) en función del tipo de quimioterapia y su acceso venoso.  
• Intraperitoneal: en cánceres muy seleccionados, la quimioterapia puede administrarse directamente a la cavidad abdominal mediante un catéter.

Cabe decir que, contrariamente a lo que se suele pensar, los efectos secundarios y la tolerancia a las diferentes quimioterapias no depende exclusivamente de su vía de administración: una pastilla no necesariamente tiene menos efectos secundarios que una quimioterapia que se administre por vía endovenosa.    

Según la cantidad de fármacos que se administran en cada ciclo se clasifica en:  

Monoterapia: administración de un único fármaco en cada ciclo.

Poliquimioterapia: consiste en la administración de más de un fármaco de quimioterapia combinado. Puede ser en un mismo día o en días distintos dentro de un mismo ciclo. En ocasiones, se pueden combinar la quimioterapia con otros agentes, como la inmunoterapia u otros tratamientos.  

Por último, los tratamientos de quimioterapia también se pueden clasificar según su intención en el control de la enfermedad tumoral:

• Curativa: como dice el su nombre tiene como objetivo conseguir erradicar el cáncer, ya sea por sí sola o bien administrada de forma complementaria a otros tratamientos como pueden ser la cirugía o la radioterapia. Este tipo de quimioterapia, a su vez, la podemos dividir en diferentes subtipos en función del momento de la secuencia de tratamientos en los que se administra.  
• Neoadyuvante: la quimioterapia se administra antes de una cirugía o una radioterapia con la intención de reducir el tamaño del tumor para facilitar su extracción; y a su vez comprobar la sensibilidad del tumor a la quimioterapia.  
• Adyuvante: la quimioterapia se administra posteriormente a un tratamiento radical como puede ser la cirugía. Su intención es el tratamiento de posibles micrometástasis (células cancerosas no detectables por ninguna prueba de imagen) que hayan podido quedar después de la cirugía y reducir el riesgo de que el cáncer vuelva a aparecer.  
• Concomitante: se administra conjuntamente con el tratamiento de radioterapia para mejorar la eficacia que tendría la radioterapia por sí sola.  
• Paliativa: contrariamente a la creencia popular de que el tratamiento paliativo es sólo para aquellos pacientes a los que ya no se les puede ofrecer nada más, la quimioterapia con intención paliativa tiene la capacidad de alargar la supervivencia, incluso durante años en algunos tipos de tumores. Se utiliza en aquellos pacientes que se les ha diagnosticado un tumor que no tiene cura en la mayoría de casos. Por tanto, si bien este tipo de quimioterapia no cura, permite alargar la supervivencia, controlar y reducir el volumen tumoral y/o mejorar síntomas que produzca la enfermedad (sangrado, dolor, ahogo...)