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Vivir con Sordera
La pérdida de audición ocasiona problemas de comunicación que pueden tener efectos importantes en la vida cotidiana y generar sensación de soledad, aislamiento y frustración, sobre todo, en las personas mayores.
Las complicaciones psicológicas más habituales son: vergüenza, culpabilidad e ira; pena; problemas de concentración; preocupación y frustración; ansiedad y desconfianza; inseguridad y autocrítica y baja autoestima/confianza en sí mismo.
En cuanto a las complicaciones sociales las más frecuentes son aislamiento y retraimiento; pérdida de atención; distracción/falta de concentración; problemas en el trabajo; problemas para participar en la vida social; problemas de comunicación; pérdida de intimidad o problemas sexuales.
Respecto a las consecuencias físicas de la sordera puede provocar cansancio; cefalea; vértigo; tensionar la musculatura; producir estrés; problemas de alimentación y/o sueño; problemas estomacales o aumentar la presión sanguínea.
Aparte de estas complicaciones agudas, también pueden aparecer complicaciones crónicas relacionadas con el pánico; fobia social; trastorno compulsivo obsesivo y/o de personalidad; trastorno de estrés post-traumático (por ejemplo, para un veterano de guerra que utiliza audífonos, el sonido de un helicópetero puede provocar una respuesta emocional), así como diferentes tipos de ansiedad.
Cómo vivir con Sordera
Muchos factores del entrono pueden afectar en cómo la persona con pérdida de audición oye y entiende lo que otros están diciendo. Estos abarcan:
El tipo de cuarto o espacio en el que se está y cómo está distribuido.
La distancia entre emisor-receptor. El sonido pierde intensidad con la distancia, así que siempre se oirá mejor si se está más cerca del interlocutor.
La presencia de ruidos distractores de fondo como calentadores o aire acondicionado, ruidos del tráfico o la televisión.
Los pisos u otras superficies duras que provocan que los sonidos reboten y produzcan eco. Es más fácil oír en cuartos alfombrados y que tengan muebles tapizados.
También hay que tener en cuenta:
Que haya iluminación suficiente para ver los rasgos faciales y otras señales visuales.
Colocar la silla de tal manera que la espalda esté ante una fuente luminosa en vez de los ojos.
Si la audición es mejor en un oído, situar la silla de manera que la persona que habla vaya a estar, con mayor probabilidad, en el lado por donde escucha mejor.
Para seguir mejor una conversación:
Informar a la persona con quien se está hablando sobre el problema de audición.
Mantenerse alerta y prestar mucha atención a lo que la otra persona está diciendo.
Pedir al interlocutor que hable de frente, que vocalice y sin prisas. Que pronuncie claramente las consonantes. También es importante que el interlocutor no chille, no es necesario, y puede transmitir la sensación de que está enfadado. No se trata de hablar más alto, sino más claro.
Intentar seguir el flujo de la conversación durante un tiempo, por si hay cosas que no se captan al principio. Ciertas palabras o frases a menudo aparecen de nuevo en la mayoría de las conversaciones. Si este se pierde, detener la conversación y pedir que se repita.
La lectura labial puede ayudarle a integrarse mejor en la conversación.
Utilizar una técnica llamada "lectura del habla" que ayuda a entender lo que se dice. Este método consiste en observar la cara, la postura, los gestos y el tono de voz de una persona para entender el significado de lo que está diciendo. Es diferente de la lectura de labios. Es necesario que haya luz suficiente en la habitación para ver la cara de la otra persona.
Anotar las palabras o frases clave si no se entienden.
Hábitos saludables
Alcohol. Varios estudios demuestran que consumir alcohol en exceso de forma prolongada puede producir daños en la corteza auditiva central del cerebro y provocar una reducción del volumen cerebral. Al deteriorarse el cerebro, los nervios auditivos también se ven afectados. Así, incluso los bebedores moderados corren el riesgo de dañar estos nervios y tener una pérdida de audición.
Tabaco. No hay estudios que demuestren que el tabaco afecte a la audición.
Obesidad. Tiene un impacto negativo en la audición, en particular, en la capacidad de oír altas frecuencias.
Alimentación. El aumento del consumo de ácidos grasos omega 3 y del pescado que lo contiene, puede reducir el riesgo de pérdida de audición relacionada con la edad, según un estudio de la Universidad de Sydney, Australia. De la misma manera, tener altos niveles de vitamina A está asociado a una baja incidencia de pérdida de audición. Estos son los resultados de un estudio realizado por investigadores japoneses.
Ejercicio. Muchos estudios médicos han demostrado que existe una correlación entre la salud del sistema cardiovascular y la audición. El ejercicio hace que se tenga un sistema cardiovascular sano. Cuando los oídos trabajan, las células ciliadas dentro del oído interno transforman las vibraciones acústicas en señales eléctricas que van al cerebro. La presión sanguínea alrededor de las células del oído es más alta en personas con una buena forma física. Esto podría explicar por qué el ejercicio es bueno para la audición.
El ejercicio es bueno para la audición. La presión sanguínea alrededor de las células del oído es más alta en personas en buena forma física.
Sexualidad. La pérdida de audición no solo perjudica la comunicación, también tiene efectos negativos en la calidad de vida, el perfil psicosocial y la vida sexual de las personas. Hay que tener en cuenta que la pérdida de audición no es solo un problema de audición, sino un fuerte indicador de la pérdida de calidad de vida.
Viajes. Cuando se vaya a realizar un viaje se aconseja:
- Observar a los demás, y hacer lo mismo.
- Llevar siempre lápiz y papel.
- Preparar el viaje con antelación.
- Llevar itinerarios.
- No conversar mientras se conduce.
- Quitarse el audífono si se viaja en avión.
Sueño. En ocasiones la pérdida auditiva va asociada con zumbidos en los oídos (tinnitus), que consiste en la percepción de ruidos en la cabeza que pueden afectar el descanso.
Consejos para descansar
- Realizar ejercicios de relajación.
- Hacer ejercicio regularmente. Las personas que están en forma suelen dormir mejor. Sin embargo, hay que evitar hacer ejercicio justo antes de acostarse.
- Acostarse cuando se tenga sueño y no porque sea la hora de dormir. Si no se consigue dormir en 20-30 minutos, levantarse, ir a otra habitación y hacer algo tranquilo y relajante. Volver a la cama cuando se tenga sueño de nuevo.
- Levantarse a la misma hora todos los días. Esta es una de las pautas más importantes para mejorar el sueño.
- Intentar limitar la cantidad de cafeína y nicotina por la noche, ya que son estimulantes.
- Mantener la habitación a una temperatura adecuada, sin demasiado frío ni demasiado calor.
- No leer o ver la televisión en la cama antes de acostarse.
- Reducir el nivel de actividad al menos una hora antes de ir a la cama.
- Utilizar un despertador o almohada con radio, que emita sonidos relajantes en la habitación como, por ejemplo, el sonido de las olas o de pájaros cantando.
Apoyo social i emocional. Es importante para quienes convivan con una persona con sordera sigan las siguientes pautas:
- Antes de empezar a hablar, asegurarse de que se le está prestando atención.
- Empezar a hablar cuando la persona esté mirando.
- Si se trata de una conversación en grupo, respetar los turnos entre los interlocutores e indicar quién va a intervenir.
- Hablar de frente y poner énfasis en el lado en que la otra persona oye mejor.
- Permitir que pueda ver bien la boca mientras se le habla.
- Hablar claro, vocalizar bien y no muy rápido, con naturalidad.
- No gritar. Hablar con un volumen normal, a menos que indiquen lo contrario.
- Evitar los lugares ruidosos para conversar con alguien que tiene problemas de sordera. Hay que saber que el ruido ambiente causa interferencias en el audífono.
- Aclarar la frase usando palabras más sencillas cuando no se entienda lo que se dice. Escribirlas en caso de ser necesario.
- Usar gestos para explicarse. Dar claves o pistas visuales cuando se quiera cambiar el tema de la conversación.
- Repetir el mensaje si no se ha entendido. Decir lo mismo con frases más sencillas, pero correctas, y con palabras que tengan el mismo significado.
- Utilizar gestos naturales, palabras escritas o dibujos para facilitar la comprensión del mensaje.
- Sobre todo, ser muy paciente, positivo y alegre.
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Publicado: 18 de mayo del 2018
Actualizado: 18 de mayo del 2018
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