¿Qué son los Cuidados Centrados en el Desarrollo?

Tiempo de lectura: 3 min

Los Cuidados Centrados en el Desarrollo (CCD) son unas medidas instauradas en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCINs) con el fin de disminuir los agentes estresantes para el recién nacido y fomentar la activa participación de los padres en los cuidados de sus hijos, favoreciendo así su desarrollo.

Los recién nacidos prematuros, debido a la inmadurez anatómica y funcional de sus órganos y sentidos, tienen una capacidad limitada de adaptación al medio. Son muy vulnerables y sensibles a estímulos como la luz, el sonido/ruido, las manipulaciones, el dolor o la gravedad, que les llegarían amortiguados si estuvieran en el útero materno.

En este sentido, hoy en día se sabe que los factores ambientales a los que están expuestos estos pacientes en la UCIN constituyen un aspecto decisivo en su evolución a largo plazo.

La implementación de los CCD conlleva un cambio en la forma de trabajo, ya que la individualización de las necesidades de cada paciente y su familia pasan a ser el centro de atención, y no las rutinas estrictas.

Medidas para reducir el impacto de agentes estresantes

Ondas de sonido

El sonido. El intraútero amortigua el sonido que recibe el feto entre 20 y 50 dB. En este sentido, al neonato los ruidos intensos le pueden provocar mucho estrés e incluso pérdida auditiva. Hay que tener en cuenta que el oído es muy importante para el desarrollo del lenguaje, la atención y la percepción del entorno.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que el nivel de ruido en una Unidad Neonatal debe estar por debajo de 45 decibelios (dB) (entre 10 y 55 dB), siendo de 60 dB el ruido máximo para el día y 35 dB para la noche.

Se deben adoptar medidas de control ambiental como no poner música fuerte, disminuir sonidos de los teléfonos, bajar el volumen de las alarmas o, en su defecto, apagarlas rápido, utilizar sonómetros para alertar del ascenso de los decibelios, evitar cerrar de manera brusca las ventanas de las incubadoras, utilizar cobertores de incubadoras que amortigüen el sonido, trabajar con un volumen de voz bajo para favorecer el descanso del neonato y facilitar la transición lenta a la vigila.

Sol

Luz. Hasta las 37 semanas no es necesaria la luz para el desarrollo visual. Todo exceso de luz provoca un importante estrés sensorial en el neonato.

Se recomienda que el prematuro no esté expuesto a más de 60 luxes (en función de la edad gestacional); que no se le exponga a mayor intensidad lumínica en las exploraciones/manipulaciones; se usen luces indirectas; fuentes de luz natural; se utilicen cobertores de incubadoras y protección ocular específica, cuando sea necesario, y se use luz de más intensidad.

Mínima manipulación del bebé prematuro

Mínima manipulación. Se debe intentar agrupar las exploraciones y cuidados que haya que realizar al recién nacido y adaptarse a sus despertares y descansos.

Posición del bebé prematuro

Cuidados posturales. Tras el nacimiento, el neonato prematuro está sometido a una importante influencia de la gravedad y pierde los límites espaciales y la contención que le proporcionaba el útero. Por ello, es posible observar la aparición de movimientos desorganizados del cuerpo. En este sentido se recomienda:

  • simular la posición intrauterina: flexionado, recogido, simulando la posición fetal. Proporcionarle límites y contención es fundamental para su estabilidad global y para el desarrollo musculoesquelético.
  • mantener la contención y posición correcta. Con la intención de evitar el estrés desencadenado por la pérdida de la contención, se emplean “nidos” que simulan el útero materno. Las manipulaciones de estos pacientes se deben agrupar y realizar de manera extremadamente cuidadosa entre dos personas, siempre que sea posible. Se deben observar los signos de estrés del paciente para adaptarse a su tolerancia.

La contención y el control postural incrementan la seguridad y tranquilidad del paciente, mejoran la tolerancia a las manipulaciones, y disminuyen la percepción del dolor y el estrés. Además, favorecen la función respiratoria, la tolerancia gastrointestinal, el sueño, estimula el desarrollo sensorial y motor, y previene las deformidades musculoesqueléticas y las lesiones cutáneas.

Información documentada por:

Ana Herranz Barbero
Erika Sánchez Ortíz
Maria Teresa Cobo Cobo
Marta Arnal Ahulló
Mª Dolors Salvia Roiges

Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 20 de febrero del 2018

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