El VPH afecta a millones de mujeres cada año, y al menos el 80% de las mujeres sexualmente activas estarán expuestas al virus en algún momento de su vida. Aunque muchas infecciones son transitorias y asintomáticas, los cambios inmunológicos y hormonales que ocurren durante el embarazo pueden alterar la dinámica del virus.
Factores que hacen al VPH relevante durante el embarazo:
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Alteraciones inmunológicas: El sistema inmunitario pasa por modificaciones naturales para evitar el rechazo del feto, lo que puede favorecer la persistencia o progresión del VPH.
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Cambios en el tejido cervical: El cuello uterino se vuelve más susceptible a las lesiones que pueda causar el virus durante el embarazo.
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Riesgo de transmisión vertical: El virus puede transmitirse al recién nacido durante el parto o, en casos menos frecuentes, a través de la placenta.
Complicaciones durante el embarazo asociadas al virus del papiloma humano
Un metaanálisis publicado en The Journal of Infectious Diseases analizó cómo el VPH puede influir en los resultados del embarazo y el parto. Este estudio reveló que la infección materna por VPH está asociada a:
- Aborto espontáneo: Las infecciones persistentes aumentan el riesgo de pérdida del embarazo, probablemente debido a inflamaciones crónicas del tejido cervical.
- Parto prematuro: La inflamación cervical inducida por el VPH puede debilitar la estructura del cuello uterino, aumentando las probabilidades de un parto prematuro.
- Restricción del crecimiento intrauterino (RCIU): Se ha observado que la disfunción placentaria en infecciones de VPH puede afectar el desarrollo fetal.
Aunque no todas las mujeres infectadas desarrollarán complicaciones, este estudio subraya que el VPH puede tener un impacto significativo en el curso del embarazo.
Transmisión vertical del VPH: ¿Cómo afecta al bebé?
El riesgo de transmisión del VPH de madre a hijo ha sido ampliamente estudiado. Una investigación reciente confirmó que la transmisión vertical es posible y depende de varios factores:
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Tasa de transmisión vertical: Puede oscilar entre el 5% y el 72%, dependiendo del tipo de VPH y la carga viral en la madre.
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Vías de transmisión: El virus puede transmitirse durante el parto vaginal, por contacto directo con lesiones activas, o incluso de forma transplacentaria.
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Persistencia neonatal: Algunos neonatos infectados pueden mantener el virus durante los primeros años de vida, lo que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas, como la papilomatosis respiratoria recurrente.
Aunque la transmisión vertical no ocurre en todos los casos, identificar infecciones activas en la madre es esencial para reducir los riesgos y garantizar un seguimiento pediátrico adecuado.
Cribado y tratamiento en mujeres embarazadas
El control del VPH en mujeres en gestación debe equilibrar los riesgos para la madre con la seguridad del feto. Una revisión exhaustiva propone las siguientes medidas:
- Cribado prenatal: La detección del VPH y la realización de citologías cervicales son fundamentales para identificar lesiones activas y planificar la gestión.
- Seguimiento de lesiones cervicales: La mayoría de las lesiones de bajo grado no requieren tratamiento inmediato, ya que suelen resolverse espontáneamente tras el parto.
- Terapias quirúrgicas: En casos de lesiones de alto grado o sospecha de cáncer invasivo, se pueden considerar intervenciones quirúrgicas, pero estas deben evaluarse cuidadosamente para evitar complicaciones obstétricas.
Beneficios de un control adecuado
Una gestión clínica personalizada permite minimizar los riesgos tanto para la madre como para el feto, garantizando resultados óptimos. Comprender cómo el VPH afecta a las futuras mamás es clave para prevenir complicaciones y garantizar el bienestar de madre e hijo.