Tratamiento de la Hipertensión Pulmonar
En el tratamiento de la hipertensión pulmonar se pueden destacar varios peldaños: el tratamiento no farmacológico, que serían las recomendaciones en los hábitos de vida, el tratamiento farmacológico de apoyo y el tratamiento farmacológico específico.
Limitar el grado de la actividad física. Los pacientes tienen que realizar actividad física no extenuante, hasta que puedan soportarla sin presentar síntomas.
Evitar fármacos que puedan empeorar la enfermedad (descongestionantes nasales, beta-bloqueantes...)
Seguir una dieta sin sal.
Tratamiento contraceptivo. Las mujeres tienen que seguir un tratamiento contraceptivo puesto que la sobrecarga hemodinámica que representa el embarazo y, sobre todo, el posparto inmediato, puede provocar la muerte de la madre y suponer un riesgo para el neonato.
Antagonistas del calcio. Estos medicamentos se usan para relajar los músculos de las paredes de los vasos sanguíneos. Los fármacos más utilizados son nifedipina, diltiazem y amlodipino. Entre los efectos secundarios se incluyen una bajada de la presión arterial al ponerse de pie (hipotensión arterial), hinchazón de los tobillos y las piernas por acumulación de líquido (edemas maleolares) y nivel bajo de oxígeno en la sangre (hipoxemia).
Anticoagulantes. Para prevenir coágulos de sangre en las arterias de los pulmones. Todos los pacientes con HPTEC tienen que tomar estos fármacos de por vida. Los más utilizados son acenocumarol y la warfarina que requieren un estricto seguimiento médico para garantizar una correcta descoagulación. Como efecto adverso se pueden producir sangrados de mayor o menor cantidad.
Diuréticos. Son útiles para disminuir la retención de líquidos, sobre todo la hinchazón causada por el exceso de líquido en las piernas (edema periférico), pero también la retención de líquidos más generalizada. Se tienen que utilizar dosis bajas por no dañar la función renal.
Oxigenoterapia. Se administra únicamente cuando existe hipoxemia severa (falta de oxígeno). Ha demostrado reducir la resistencia vascular pulmonar en pacientes con hipertensión pulmonar arterial.
El tratamiento farmacológico de la hipertensión pulmonar actúa sobre tres vías: la vía del óxido nítrico, la vía de la endotelina y la vía de la prostaciclina.
Se puede iniciar el tratamiento de una sola vía, pero actualmente se recomienda que se empiece con una terapia combinada. Es decir, se inicia el tratamiento específico con dos o más fármacos a la vez y se añade un tercer fármaco a la terapia previa, si este es insuficiente para controlar los síntomas de la enfermedad.
Vía del óxido nítrico (NO). Actúa a través de inhibidores de fosfodiesterasa-5 (iPDE-5) y activadores del guanilato ciclasa soluble. La fosfodiesterasa es una enzima que se encuentra incrementada en la circulación pulmonar de los pacientes con hipertensión pulmonar. Un exceso de esta enzima provoca constricción y, por lo tanto, su inhibición conduce a una relajación de las arterias pulmonares. Los principales inhibidores de la fosfodiesterasa son el sildenafilo y el tadalafilo; y los activadores del guanilato ciclasa soluble, el riociguat. Los tres se administran por vía oral.
Vía de la endotelina (ARE). Actúa a través de antagonistas de los receptores de la endotelina. Son fármacos que se administran por vía oral y bloquean los efectos de la endotelina (sustancia que promueve la constricción de las venas de los pulmones). Al impedir los efectos de la endotelina no se produce la vasoconstricción y, en cambio, si la vasodilatación. Con la consecuente bajada de presión en la arteria pulmonar. Dentro de este grupo hay bosentán, ambrisentán y macitentán.
Vía de la prostaciclina. Los fármacos que actúan sobre esta vía, son potentes dilatadores de los vasos de la circulación pulmonar y también intervienen en el proceso de coagulación como antiagregantes plaquetarios. Los principales fármacos son: epoprostenol, iloprost y treprostinil, que se administran por vía intravenosa, inhalada o subcutánea, respectivamente. Recientemente se ha introducido un nuevo fármaco, que actúa sobre el receptor de la prostaciclina, y que se puede administrar por vía oral, selexipag.
Los fármacos a utilizar en cada caso concreto dependen del tipo de enfermedad, la gravedad de la hipertensión pulmonar y la situación del paciente. La medicación empleada en el tratamiento de la hipertensión pulmonar no se puede interrumpir de forma brusca porque puede producir una agravación por efecto “rebote”.
Les técnicas quirúrgicas que se utilizan son:
Septotomía auricular: El septum es la pared que separa la parte derecha de la parte izquierda del corazón, y lo que impide que haya comunicación entre las aurículas y entre los ventrículos. La septotomía consiste al realizar una perforación en la zona de la pared que separa las dos aurículas. Se trata de un procedimiento paliativo para mejorar la sintomatología, pero no hace desaparecer la enfermedad.
Trasplante pulmonar o cardiopulmonar. Solo se hace en casos muy concretos, en estadios avanzados de la enfermedad.
En cuanto a la HPTEC:
- Tromboendarterectomía pulmonar: cirugía abierta y compleja para extraer los trombos que obstruyen las arterias de mayor medida, accesibles mediante cirugía.
- Angioplastia pulmonar con balón: procedimiento intervencionista, pero no cirugía abierta, que permite dilatar las arterias pulmonares de menor medida que están afectadas en la HPTEC.
Los adelantos en el conocimiento de la hipertensión arterial pulmonar han permitido elaborar nuevos fármacos. Su eficacia y seguridad se comprueba mediante ensayos clínicos en que los pacientes tienen la posibilidad de participar, siendo los primeros al obtener los beneficios de tratamientos futuros.
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Publicado: 23 de noviembre del 2021
Actualizado: 1 de diciembre del 2021
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