Síntomas de la Hipertensión Arterial Pulmonar

Tiempo de lectura: 2 min

Habitualmente los primeros síntomas de la hipertensión arterial pulmonar son poco específicos. Esta situación facilita que la enfermedad pueda ser confundida con otras o que se diagnostique de una manera tardía.  

Los síntomas más frecuentes son:

Persona llevándose las manos al cuello, sudando, pálida, que no puede respirar, con sensación de falta de aire, ahogo o disnea

El ahogo (disnea) cuando se hace un esfuerzo.

Persona que acaba de desmayarse o perder el conocimiento

La pérdida de conocimiento durante o después de hacer un esfuerzo.

Hombre cansado, sudando

La fatiga.

Corazón con ritmo cardíaco o presión arterial altos

Las palpitaciones.

Pierna hinchada

Hinchazón causada por el exceso de líquido (edema periférico).

Dada la poca especificidad de estos síntomas y su aparición de forma gradual, a menudo se tarda en hacer el diagnóstico. La pérdida de conocimiento y el dolor torácico que aparecen cuando se hace ejercicio indican que se está produciendo una limitación del caudal cardíaco (reduciendo la cantidad de sangre que entra en el corazón).

Para poder detectar esta enfermedad es necesario tener presentes los factores de riesgo asociados a la hipertensión arterial pulmonar, así como los antecedentes familiares y el uso de fármacos.    

También es importante definir en qué medida la enfermedad limita las actividades de la vida diaria. Por eso, se utiliza la clasificación funcional de la New York Heart Association (NYHA) modificada, que es útil para determinar el pronóstico en el seguimiento clínico de los pacientes.

En las fases más avanzadas de la enfermedad pueden aparecer signos y síntomas de insuficiencia cardíaca derecha como:  

  • Acumulación de líquido a nivel abdominal (ascitis).
  • Prominencia marcada de la vena yugular a nivel del cuello (ingurgitación yugular).  
  • Coloración azulada de la piel y de la cama ungueal (tejido conectivo adherente que se encuentra bajo la uña y que la fija al dedo) por una falta de oxigenación de la sangre (cianosis).
  • Deformación indolora de la punta de los dedos y las uñas (acropaquía).  
  • Hinchamiento de los tobillos y de las piernas por acumulación de líquido causado por la mala función del corazón (edemas maleolares).

El ahogo (disnea) es el síntoma más frecuente de la hipertensión pulmonar. Para evaluar su severidad y la capacidad de actividad física de los pacientes se utiliza la escala de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la New York Heart Association (NYHA). Hay 4 grados:

  • Clase Funcional (CF) I: Pacientes con HP que no tienen limitación en la actividad física habitual. La actividad física regular no provoca: incremento de la disnea ni fatiga (cansancio), dolor en el pecho, ni pérdida de conciencia.  
  • Clase Funcional (CF) II: Pacientes con HP que presentan una limitación moderada en la actividad física. La actividad física normal provoca: aumento de la disnea, fatiga, dolor en el pecho o pre-síncope (pérdida de conciencia).
  • Clase Funcional (CF) III: Pacientes con HP y una limitación muy marcada de la actividad física.  
  • Clase Funcional (CF) IV: Pacientes con HP que son incapaces de realizar una actividad y pueden presentar signos de fallo ventricular derecho.

Información documentada por:

Isabel Blanco Vich
Joan Albert Barberà Mir

Publicado: 23 de noviembre del 2021
Actualizado: 1 de diciembre del 2021

La donaciones que pueden realizarse desde esta página web son exclusivamente en beneficio del Hospital Clínic de Barcelona a través de la Fundació Clínic per a la Recerca Biomèdica, y no para la Fundación BBVA, colaboradora del proyecto PortalClínic.

Mantente al día sobre este contenido

Suscríbete para recibir información sobre las últimas actualizaciones relacionadas con este contenido.

¡Gracias por tu suscripción!

Si es la primera vez que te suscribes recibirás un mail de confirmación, comprueba tu bandeja de entrada.

Ha ocurrido un error y no hemos podido enviar tus datos, por favor, vuelve a intentarlo más tarde.