El glaucoma es una enfermedad crónica, es decir, el nervio óptico dañado no se puede regenerar. El objetivo del tratamiento, por lo tanto, es frenar la evolución del glaucoma y reducir la presión del ojo, incluso en aquellos pacientes en los que la presión es normal en el momento del diagnóstico.

Las opciones terapéuticas son gotas para los ojos, tratamiento o cirugía láser. Es importante el trabajo en equipo entre el paciente y el profesional sanitario para que el tratamiento sea eficaz.

Pirámide de la alimentación

Alimentación. Una alimentación variada rica en vitaminas y antioxidantes (especialmente vegetales de hoja verde) puede ser beneficiosa para evitar que se dañen las fibras del nervio óptico.

Gafas de sol

Ejercicio y sol. Se recomienda proteger los ojos del sol, realizar ejercicio con moderación y mantener un peso saludable.

Bote de vitaminas

Suplementos vitamínicos. Como el gingko biloba o el magnesio y la citicolina han mostrado algunas evidencias a la hora de reducir el daño de las fibras del nervio óptico. Se deben utilizar con supervisión médica porque en dosis elevadas pueden tener algunos efectos secundarios como, por ejemplo, hemorragias.

Medicamento o tratamiento en gotas para los ojos

Medicamentos en gotas. En la mayor parte de los pacientes, el glaucoma se controla con medicaciones en gotas que se aplican cada día en el ojo y que reducen la presión intraocular hasta controlar la enfermedad. Algunas gotas reducen la cantidad de líquido que el ojo produce y otras disminuyen la presión aumentando la cantidad de líquido que sale del ojo.

No hay una presión perfecta para todos los pacientes. En función del grado de glaucoma y del nivel de presión que tenga el paciente en el momento del diagnóstico se busca una presión más o menos baja. La presión ideal para cada paciente se debe individualizar y es aquella que asegure que la pérdida de visión no continúe avanzando.

La aplicación de las gotas varía en función del medicamento que se aplique. Algunas gotas se aplican 1 vez al día y otras 2 o 3 veces al día. A veces, es necesario hacer un tratamiento con más de una medicación para conseguir controlar la presión del ojo.

El tratamiento con gotas del glaucoma puede producir algunas reacciones adversas que pueden ser leves o severas. Los efectos secundarios más frecuentes:

  • Sensación de quemazón en el ojo.
  • Enrojecimiento del ojo o de la zona de alrededor del ojo.
  • Cambios en la frecuencia cardíaca (pulso).
  • Cambios en el nivel de energía general (sentirse más "cansado").
  • Cambios en la respiración (especialmente en pacientes con asma o bronquitis).
  • Boca seca.
  • Visión borrosa.
  • Crecimiento de las pestañas.
  • Cambios en el color de los ojos y en el color de la piel alrededor de los ojos.

Si se nota cualquier efecto secundario debido al tratamiento se debe consultar con el médico antes de retirar las gotas.

El tratamiento con láser suele ser de segunda línea y ayuda a mejorar el sistema de filtración del ojo. Estos procedimientos suelen hacerse en la consulta oftalmológica y puede hacerse vida normal desde el mismo día de la intervención. Hay dos tipos principales de láser para tratar el glaucoma.

Trabeculoplastia

Trabeculoplastia. Este láser es para pacientes con glaucoma de ángulo abierto. Se realizan impactos de láser en el filtro del ojo para mejorar el sistema de drenaje para que el fluido ocular salga mejor y la presión se reduzca.

Iridotomia

Iridotomía. Este tipo de láser es para el glaucoma de ángulo estrecho. Se realiza un pequeño agujero en el iris (la parte de color del ojo) para mejorar la salida del líquido. De esta manera se amplía el espacio de la parte delantera del ojo y se evita la posibilidad de una subida brusca de la presión del ojo.

Cuando el tratamiento farmacológico no es suficiente para conseguir reducir la presión del ojo, a veces se debe realizar una intervención quirúrgica. La cirugía de glaucoma no sirve para mejorar la visión de los pacientes, ya que el nervio óptico dañado no se puede regenerar, sino para bajar la presión del ojo a los niveles necesarios para mantener la visión.

Los procedimientos más frecuentes son:

Tratamiento quirúrgico de cirugía filtrante

Cirugía filtrante. La trabeculectomía o la esclerectomía profunda no perforante son los procedimientos más utilizados. Se realiza una pequeña ventana en la esclera (parte blanca del ojo) a través de la que se crea otra vía para que el líquido del ojo pueda salir. Se hace un bolsillo en la conjuntiva (piel más externa del globo ocular) donde este líquido se acumula (ampolla de filtración) y queda resguardada bajo el párpado (por tanto invisible a simple vista). En la ampolla, el líquido del ojo se absorbe a través de los tejidos de alrededor y así se reduce la presión.

Tratamiento quirúrgico de sistemas de drenaje ojo

Sistemas de drenaje. Se implanta un tubo de drenaje en el interior del ojo que envía el líquido a una zona más amplia llamada reservorio. Este queda por debajo de la conjuntiva (la piel más externa del globo ocular) y la esclera (la parte blanca del ojo). Este líquido es absorbido por las venas que hay alrededor.

Las cirugías del glaucoma requieren cuidados postoperatorios y visitas continuadas durante algunos meses para su correcto funcionamiento. En el tratamiento postoperatorio, a menudo, se incluyen tratamientos con medicaciones antiinflamatorias y maniobras anticicatrizantes para prevenir el cierre del nuevo sistema de filtración creado o para evitar que funcione excesivamente.

Que el paciente esté operado no significa que esté curado, y se deben hacer controles periódicos para asegurar que la enfermedad siga avanzando.

  • Cirugía mínimamente invasiva del glaucoma. En los últimos años han aparecido nuevos implantes de glaucoma que son muy pequeños y que se aplican con incisiones mínimas que permiten una recuperación más rápida y con menor número de complicaciones. Estos implantes se introducen directamente en la zona transparente del ojo y con un aplicador se colocan en el sistema de filtración. En estos momentos se reserva para pacientes con glaucomas leves-moderados.
  • Sistemas de liberación retardada. Existen ciertas medicaciones de liberación retardada que pueden aplicarse cada 3-4 meses a los pacientes en la consulta. Este tratamiento está en proceso de investigación, pero bastante avanzado.

Información documentada por:

Elena Fraga Pumar
Elena Milla Griñó
Marta Pazos López

Publicado: 19 de octubre del 2018
Actualizado: 19 de octubre del 2018

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