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Causas y factores de riesgo de la Esclerosis Múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad de causa desconocida en la que, probablemente, un factor ambiental induce una respuesta inmune anormal en una persona genéticamente predispuesta.
El sistema inmune reconoce como extraña una proteína del propio paciente por lo que destruye la mielina (sustancia grasa que recubre y protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal), los oligodendrocitos y, de forma secundaria, las fibras nerviosas (axones).
Recientemente, un estudio ha demostrado que el virus de Epstein-Barr (VEB), que causa a mononucleosis entre otras enfermedades, tiene un papel clave en el desarrollo de la esclerosis múltiple. Así, se ha visto que el riesgo de tener esclerosis múltiple aumenta considerablemente en personas que han tenido una infección por VEB. Sin embargo, el hecho de haber tenido una infección por este virus no es suficiente para que se desarrolle la enfermedad, pues existen datos que confirman que hasta el 95% de la población general ha tenido la infección por VEB pero no desarrollan esclerosis múltiple. A día de hoy, se desconoce si la relación entre ambos es o no una relación causal, y lo mismo sucede respecto al posible mecanismo implicado.
La esclerosis múltiple y el sistema inmune
El sistema inmune es el sistema de defensa contra infecciones, tumores y otros elementos extraños. Está constituido por distintos órganos y tejidos, células, y proteínas (anticuerpos). De entre todos los componentes del sistema inmune y de forma muy esquemática, podríamos decir que las células más importantes de este sistema son los glóbulos blancos (leucocitos). Estos a su vez se dividen en:
- Fagocitos. Son células capaces de captar microorganismos y restos celulares (en general toda clase de partículas inútiles o nocivas para el organismo) e introducirlos en su interior con el fin de eliminarlos, en un proceso conocido como fagocitosis. Forman parte del sistema innato y actúan como primera barrera frente a agentes patógenos.
- Linfocitos. Son células encargadas de la regulación de la respuesta inmunitaria adaptativa o específica. Distinguen las células del propio cuerpo de las extrañas y producen sustancias químicas para destruir ese material. Además, memorizan ese agente para impedir que cause de nuevo el mismo proceso. Los linfocitos se dividen en T y B y disponen de receptores específicos de agentes que el sistema inmune reconoce como extraño (antígenos).
Inicialmente, en la esclerosis múltiple hay una respuesta del sistema inmune adaptativo (linfocitos). La predisposición genética de la persona y la exposición a un factor ambiental desconocido, induce que aparezcan linfocitos T autorreactivos (autoinmunes).
Tras la activación de estos linfocitos, se produce una cascada de eventos que conducen a la liberación de mediadores inflamatorios, sustancias nocivas que dañan la mielina, y el oligodendrocito. Este daño a su vez, activa nuevamente el sistema inmune, amplificando esta reacción anómala.
Por otra parte, también se pone en marcha la acción del sistema inmune innato (macrófagos) activando mecanismos de fagocitosis. Esto provoca la destrucción de la vaina de mielina. Esta desmielinización de las neuronas, en parte, es la responsable de la degeneración de las fibras nerviosas (axones) y de los cambios degenerativos asociados a la enfermedad.
Factores de riesgo de la Esclerosis Múltiple
El porqué se desencadenan los cambios inmunológicos que terminan produciendo la esclerosis múltiple no son, todavía, totalmente comprendidos. Sí que se ha demostrado que tiene que haber una conjunción entre factores genéticos y ambientales para que se produzca la enfermedad.
Factores ambientales en la Esclerosis Múltiple
Gradiente norte-sur. Cuánto más alejado del ecuador, mayor frecuencia. Las personas de raza blanca, en especial aquellas que tienen antepasados del norte de Europa, tienen mayor riesgo que las personas con ascendencia asiática, africana o indígena.
En personas inmigrantes, la frecuencia de presentación difiere de la de sus progenitores. Si una persona emigra antes de cumplir los 15 años de edad de un país con baja frecuencia a otro de alta frecuencia, el riesgo es el mismo que tiene la población autóctona.
Niveles altos de vitamina D y luz solar.
Infecciones víricas. Diversos estudios epidemiológicos asocian el virus de Epstein-Barr, que provoca la mononucleosis infecciosa, con la esclerosis múltiple.
Tabaco. Se relaciona con el riesgo de desarrollarla y con la aparición más temprana de la forma secundaria progresiva de la enfermedad.
Factores genéticos en la Esclerosis Múltiple
La esclerosis múltiple no es hereditaria, pero sí que existe una cierta predisposición genética. Para la población general sin familiares afectos, el riesgo es de 1 caso por cada 1.000 habitantes; para familiares de primer grado de una persona afecta tales como hijo, hermano o gemelos no idénticos, el riesgo es de 2,5 a 5 casos por cada 100 habitantes, y en caso de ambos padres afectos asciende a 20 por cada 100 habitantes.
Información documentada por:
Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 20 de febrero del 2018
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