La diabetes es una enfermedad crónica con la que el paciente tiene que convivir a lo largo de su vida. Esto puede comportar que la persona pase por diferentes etapas cíclicas en el ámbito emocional y que necesite apoyo.

El diagnóstico de una enfermedad crónica supone una ruptura con el estado de salud previo. Adaptarse a este nuevo estado de salud supone pasar por diferentes fases: choque o negación inicial, protesta, ansiedad, negociación y adaptación activa, "mejor no tener diabetes pero me tengo que adaptar". Este proceso adaptativo es muy variable en cada persona con diabetes y también para sus familiares.

A pesar de estas diferencias, la persona con diabetes, puede experimentar diferentes cambios de orden psicológico, familiar, social y económicos.

Los programas de educación terapéutica que integran intervenciones individuales y grupales (con otras personas con diabetes y familiares) son también una ayuda inicial en este proceso adaptativo. También hay personas que, a pesar de este apoyo, no se adaptan psicológicamente y requieren un apoyo profesional específico de psicólogo o psiquiatra. Actualmente, la figura del psicólogo no está integrada en la mayor parte de los equipos interdisciplinarios que atienden a las personas con diabetes en nuestro medio.

En las últimas recomendaciones de la Asociación Americana de Diabetes (ADA), resalta que el bienestar emocional es un aspecto importante a la hora de atender a las personas y/o familiares con diabetes y su autogestión. Los problemas psicológicos y sociales pueden poner en peligro la capacidad para llevar a cabo la autogestión diaria del tratamiento de la diabetes .

La ADA ha elaborado una serie de recomendaciones en relación a los aspectos emocionales:

  • Proporcionar atención psicosocial integrada y colaborativa a todas las personas con diabetes para optimizar los resultados de salud y la calidad de vida. 
  • Cribado psicosocial, en el que se incluyen: las actitudes sobre la enfermedad, las expectativas para el automanejo del tratamiento y los resultados, el estado de ánimo, la calidad de vida relacionada con la diabetes, los recursos disponibles (financieros, sociales y emocionales) y antecedentes psiquiátricos.
  • Los profesionales valoran síntomas como la angustia, la depresión, la ansiedad, los transtornos alimentarios y cognitivos a través de herramientas estandarizadas y validadas, de forma periódica. Se pueden incluir en esta valoración familiares y/o cuidadores.
  • Realizar un cribado en adultos mayores de 65 años, en relación con el deterioro cognitivo y la depresión.

Las asociaciones de personas con diabetes también ofrecen otro tipo de apoyo, como conocer a otras personas en la misma situación, facilitar apoyo a las escuelas, ofrecer asesoría jurídica, hacer charlas informativas, reivindicar una asistencia de calidad, potenciar la investigación de la diabetes, etc. Se aconseja pedir información sobre estas asociaciones en su centro de referencia.

Un paciente con diabetes puede viajar sin ningún problema, lo único que tiene que planificar el viaje.

Maleta que contiene fármacos

Llevar la medicación y los instrumentos de control.
 

Comida: patatas, zanahoria y guisantes

Llevar alimentos que aporten hidratos de carbono por si es necesario en caso de una hipoglucemia.
 

Carpeta con la historia clínica de un paciente

Informe clínico con el tratamiento y la evolución de la enfermedad.
 

Pirámide alimentaria

Se pueden probar nuevos alimentos, pero se tiene que controlar especialmente aquellos ricos en hidratos de carbono.
 

Vacuna correcta

Vacunas. Sirven para prevenir enfermedades infecciosas, que son la causa frecuente de la subida de azúcar en sangre (hiperglucèmia). No hay contraindicaciones. Solo se aconseja informarse si es necesaria según el país escogido.
 

Zapatillas deportivas

Escoger calzado preferentemente de piel suave, flexible, forrado y sin costuras interiores, que se adapte a la forma anatómica del pie.
 

Estuche isotérmico con una inyección y un vial de insulina

Es mejor llevarse todo el material que se necesite desde el propio país, duplicando o triplicando la cantidad y repartiéndola entre los compañeros de viaje.

La alimentación es parte fundamental del tratamiento de la diabetes. Tener diabetes no está reñido con el hecho de disfrutar de la buena mesa. Viajar supone también probar nuevos alimentos y nuevas maneras de cocinarlos. No hay que privarse de este placer, mientras también se controle la diabetes. 

Lácteo, zumo y fruta con un símbolo de peligro

Los alimentos que más se tienen que controlar son los ricos en hidratos de carbono. Hay que tener en cuenta el volumen que se toma de estos alimentos en casa antes de salir de viaje, para tener una buena memoria visual y tomar cantidades similares. Utilizar pan y fruta como comodines si el plato escogido tiene menos o más cantidad que la habitual, o para improvisar una comida en cualquier lugar o situación.
 

Trozo de pastel

Si se incluyen postres dulces, evidentemente se tienen que eliminar hidratos de carbono del total de la comida. Por ejemplo, si se prueba un trocito de pastel, se debe suprimir la fruta y el pan de la misma comida.

Dedo con la marca de un pinchazo y glucómetro indicando el nivel de glicemia

Durante el viaje, es importante aproximarse al aporte total de hidratos de carbono en cada comida, aunque se varie el tipo de alimento. La glucemia capilar ayuda a valorar el resultado de estos cambios.

Es mejor llevar todo el material necesario desde casa, duplicando o triplicando la cantidad si es necesario y repartiéndola entre los compañeros de viaje como medida de seguridad.

Concentración de la insulina

  • Las insulinas administradas con cartuchos (bolígrafos), tienen una concentración 1/100 en todos los países aunque la insulina de los viales puede no tener la misma concentración. En algunos países las insulinas de viales están concentradas todavía en 1/40. Es evidente que una jeringuilla de concentración 1/40 no puede utilizarse para extraer insulinas 1/100 y al revés, razón de más para recomendar llevar siempre 2-3 veces más insulina de la que se necesite y, todavía mejor, repartida entre varias personas y siempre en la bolsa de mano. 
  • Los rayos X de los controles aéreos no alteran los efectos de la insulina.

Conservación de la insulina

  • Evitar exponer la insulina en la luz y a temperaturas extremas, inferiores a 0 °C o superiores a 30 °C. Estos factores pueden alterar la eficacia de la insulina. En algunos casos, puede requerirse la utilización de una nevera o bolsa isotérmica.
  • La insulina rápida estropeada por efecto térmico puede adquirir un color amarillento. La insulina NPH o las lentas pueden no homogeneizar correctamente y quedar las partículas retardantes adheridas al vidrio del frasco.

Normas para el transporte aéreo de insulina

  • Los medicamentos que son líquidos, como la insulina, están exentos de la norma y está permitido llevarlos en el equipaje de mano para su uso durante el viaje.
  • Los medicamentos tienen que identificarse separadamente en los controles de seguridad, pero no es necesario que se transporten dentro de una bolsa de plástico.
  • Se recomienda que vayan acompañados de la receta o un informe médico.
  • Es también aconsejable contactar con las compañías aéreas, puesto que cada una tiene sus propios procedimientos para el transporte de estos artículos en el interior del avión. Se puede obtener más información en la página de AENA.

Algunos consejos y precauciones

Viajar en avión

Las bajas temperaturas de la bodega del avión, donde va el equipaje facturado, pueden estropear la insulina y/o los instrumentos de medición de la glucemia capilar.

Barco o crucero en el mar

El viaje en barco puede ser muy agradable si no te mareas. Si es así, evita este medio de transporte o utiliza medicación para el mareo antes del viaje o ante la aparición de los primeros síntomas.
•   Si tomas antidiabéticos orales o insulina para tratar la diabetes y vomitas debido al mareo, puedes tener una hipoglucemia. Avisa al compañero/a de viaje o al equipo profesional del barco de tu diabetes para que puedan administrarte glucagón en caso de necesidad.
•   En caso de vómito, comprueba tu glucemia capilar y valora si puedes esperar 15-30 minutos para poder ingerir y asegurar la digestión de alimentos que tengan hidratos de carbono: infusión con azúcar, zumo de frutas, tostadas, etc.
•  Si al comprobar tu glucemia capilar el valor es inferior a 80 mg/dl, toma agua con azúcar enseguida a pequeños tragos y asegúrate de la presencia de alguna persona que pueda ponerte el glucagón en caso de necesidad (pérdida de conocimiento).

Tren

Los viajes en tren pueden ser largos. Respeta el horario de la medicación y de las comidas para evitar descompensaciones en el control de tu diabetes. Asegúrate del horario de apertura y cierre del vagón restaurante.

Autocar, autobús

Los viajes organizados quizás no se adaptan a tus horarios de comer. Recuerda llevar en tu equipaje de mano alimentos para improvisar una comida: tostadas, galletas, fruta...

Si el paciente se inyecta insulina, además de seguir las recomendaciones generales, según las características del viaje, se debe consultar previamente al equipo de salud habitual para la adaptación de la pauta. Los cambios están en función de:

  • La pauta de tratamiento
  • La hora de salida y la duración del viaje
  • La diferencia horaria según la latitud del país de destino

En general, si la pauta es con múltiples dosis de insulina (insulina rápida antes de las comidas e insulina lenta 1-2 veces al día) es conveniente que mientras dure el viaje inyectarse insulina rápida cada 4-5 horas, porque al ser insulina de corta acción, es más fácil su manejo, y permite a la vez una mayor adaptación dietética.

Al llegar al país de destino se ajusta la insulina lenta según el horario habitual.

  • Si se viaja hacia el oeste, el día es más largo. Por ejemplo, cuando en España son las 20 h, en Nueva York son las 14 h. Por lo tanto, se necesita una dosis extra de insulina rápida, para adaptarse al horario del país de destino.
  • Si se viaja hacia el este, el día es más corto. Por ejemplo, cuando en España son las 20 h, en Bangkok son las 2 de la madrugada. Por lo tanto, se necesita suprimir una dosis de insulina rápida, para adaptarse al horario del país de destino.
  • En pacientes tratados con infusión subcutánea continua de insulina, es necesario cambiar la hora de la infusor cuando se llega al país de destino, según hora local, y realizar esta misma maniobra nuevamente cuando se vuelve del viaje.

Información documentada por:

Daría Roca Espino
Enrique Esmatjes Mompo
Irene Vinagre Torres
Margarida Jansà Morató
Mercè Vidal Flor

Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 24 de noviembre del 2021

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