La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoimune que se caracteriza por un aumento de los niveles de azúcar en la sangre debido a que el páncreas no produce insulina. El propio sistema de defensa (inmunológico) del organismo inactiva la parte del páncreas que produce la insulina.

La diabetes tipo 1 representa un 5%-10% de todos los casos de diabetes. Hay que remarcar que es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en la infancia. Se inicia en niños y adultos jóvenes, de aquí el nombre de diabetes juvenil. La edad de inicio más frecuente es entre los  11-14 años. También es posible, aunque menos frecuente, que este tipo de diabetes se inicie a partir de los 40 años. Se pueden consultar las características del tratamientos en edades inferiores a los 18 años en la web del Hospital Sant Joan de Déu, el hospital pediátrico de nuestra área sanitaria.

La causa de la diabetes tipo 1 todavía es desconocida, aunque los factores genéticos y ambientales tienen una gran influencia. El riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 1 es bajo (1 de cada 10.000 personas el año) y presentan más riesgo:

Hombre y mujer

Los hermanos de personas que tienen diabetes tipo 1.

Familia compuesta por un padre, una madre y una niña

Los hijos, de los cuales el padre o la madre tienen diabetes tipo 1. Si, además, son los dos, el padre y la madre, el riesgo de padecer diabetes es mayor. 

Los síntomas iniciales por los que una persona consulta con su médico y que están asociados a tener niveles de azúcar altos son: 

Persona con ganas de orinar junto al WC

Muchas ganas de orinar (poliúria) 

Persona bebiendo un vaso de agua de pie

Mucha sed (polidípsia) 

Persona comiendo en una mesa

Mayor sensación de hambre (polifagia) 

Báscula con una flecha hacia abajo indicando un pérdida de peso

Pérdida de peso

Hombre cansado, sudando

Otros síntomas menos frecuentes son el cansancio, rampas en las piernes y somnolencia. 

Todas las personas con diabetes tipo 1 saben que tienen esta enfermedad, es decir, están diagnosticadas, porque los síntomas son muy claros y  consultan al médico, con lo cual se puede hacer el diagnóstico e iniciar el tratamiento.

El diagnóstico de la diabetes se hace mediante una analítica de sangre para conocer cuáles son los valores de azúcar (glucosa) en la sangre. Los valores normales de glucosa en la sangre oscilan entre 70 y 100 mg/dl. 

Si el resultado de la analítica se corresponde a una de las siguientes situaciones, indica que la persona tiene diabetes:

  • En ayunas, igual o superiores a 126 mg/dL, en dos determinaciones.
  • A cualquier hora del día, valores iguales o superiores a 200 mg/dL acompañados de síntomas característicos, como son tener con frecuencia ganas de orinar y mucha sed.
  • Hemoglobina glicosilada (HbA1c) igual o superior a 6,5%.

Las personas con diabetes tipo 1 tienen que inyectarse insulina para poder vivir, realizar glucemias capilares antes de las comidas y seguir un plan de alimentación equilibrado.

Hay 2 sistemas de tratamiento con insulina:

  • Múltiples dosis de insulina:
    • Insulina rápida que se administra antes de las comidas (entre 3 – 4 veces al día).
    • Insulina lenta para cubrir las necesidades basales del organismo (1-2 veces al día).
  • Infusores de insulina. Consiste en administrar insulina, a través de infusión continúa subcutánea de insulina (bomba de insulina)

Hay varios tipos de insulinas que se diferencian por el tiempo que tardan en actuar o por el tiempo de inicio de acción y por la duración del efecto. Según las necesidades se recomienda inyectar:

  • Superrápida (Análogos de insulina rápida)
  • Regulares
  • Intermedias (NPH y NPL)
  • Lentas (Análogos de insulina lenta)
  • Mezcla de insulina rápida e intermedia. El primer número significa el porcentaje de rápida, y el segundo, la proporción de intermedia.
  • Mezcla de insulina superrápida e intermedia a diferentes proporciones.

Hay varias marcas, tanto de cada tipo de insulina como de instrumentos de administración. El equipo médico le indicará el tipo de insulina, la marca comercial, las unidades que tendrá que inyectarse, el tiempo recomendado entre la inyección y el inicio de la comida y las zonas de punción más recomendables en cada caso.

La insulina solo se puede administrar a través de inyecciones, pero se están investigando nuevas formas de administración. En función de cada persona y situación se aconseja un instrumento u otro: 
 

La insulina se inyecta en el tejido subcutáneo. Puede inyectarse en las zonas indicadas. Es necesario cambiar la zona para evitar, con los años, hipertrofias o endurecimientos que pueden provocar que la insulina no actúe bien. Las zonas de punción son: 

  • Brazos. La insulina tiene que inyectarse en la zona externa del cuadrante superior lateral, y dejar 4 dedos desde el hombro.
  • Muslos. La insulina tiene que inyectarse en la zona del cuadrante superior externo y lateral.
  • Abdomen. Se puede utilizar la zona abdominal y se tiene que dejar dos dedos alrededor del ombligo.
  • Nalgas. Hay abundante tejido subcutáneo, tanto en los adultos como en los niños y, por lo tanto, las inyecciones son muy seguras. Se tiene que inyectar al menos a 10 centímetros bajo del hueso de la cadera.
Jeringuilla

Inyección

Inyección de insulina

Bolígrafo de un solo uso

Bomba de insulina

Infusores de insulina

Todas las agujas están preparadas para un solo uso, aunque su reutilización es frecuente a pesar de las recomendaciones. Siempre se tiene que valorar la edad del paciente y el número de inyecciones al día. En ningún caso, se tienen que reutilizar las agujas más de 3 veces. Una persona que reutiliza las agujas tiene un 30% más de riesgo de tener hipertrofias.

Actualmente, en el mercado español existen agujas con longitud variable, que oscila entre:

  • 4, 5, 6, 8 mm para plumas
  • 8 mm para jeringuillas

Valorar la longitud de la aguja, la zona de inyección y la técnica de administración de insulina son puntos clave para asegurar la absorción subcutánea de la insulina. El grueso subcutáneo puede variar según las zonas de inyección (abdomen, muslo, nalga o brazo), el sexo del paciente, el índice de masa corporal y la morfología y distribución de la grasa abdominal.

Se han realizado diferentes estudios que han demostrado que las agujas más cortas de 4 o 5 mm son válidas para todas las personas.

La técnica de administración de insulina con o sin pliegue, en ángulo de 90° o 45° tiene que personalizarse para conseguir una correcta absorción de la insulina.

  • Lipohipertrofias. Abultamiento del tejido celular subcutáneo que aparece debido a las repetidas inyecciones en la misma zona durante mucho tiempo. Hay factores que predisponen su aparición como la insulina inyectada, los microtraumatismos repetidos en las zonas de inyección y la reutilización de las agujas. La prevalencia es alrededor del 30-51%. Su presencia repercute de manera negativa en el control metabólico, puesto que produce una absorción errática de la insulina, además de requerir aumentar las dosis de insulina. Por este motivo, se tiene que prever desde el inicio una rotación correcta y sistematizada de las zonas de inyección y no reutilizar las agujas.
  • Lipoatrofias. Pérdida del tejido subcutáneo en las zonas de punción. Su aparición se debe a una reacción de tipo inmunológico producida por la misma insulina. Con las nuevas insulinas su prevalencia es baja.
  • Infecciones. Poco frecuentes con la utilización de las plumas o jeringuillas. Una buena higiene resulta suficiente para prevenir infecciones. En cambio representa un riesgo importante en personas que utilizan sistemas de infusión continua de insulina, a quienes se les recomienda extremar las medidas de higiene y utilizar sustancias antisépticas en las zonas donde se colocará la cánula. 

En general, todas las personas, con diabetes o sin ella, deben seguir un plan de alimentación sano, equilibrado y variado. El plan de alimentación se ha de personalizar según la edad, la actividad física, los horarios, el peso corporal y las preferencias de cada persona. 

La actividad física adaptada a las posibilidades de cada persona y practicada de una manera regular puede contribuir de manera muy positiva a controlar bien la diabetes, a reducir los factores de riesgo vascular (obesidad, colesterol...) e influir de manera positiva en la sensación de bienestar físico y mental. En el caso de la diabetes tipo 1, el ejercicio es sencillamente recomendable para mantener un buen estado físico. Algunos consejos: 

Antes Durante Después
Comprobar la glicemia capilar y actuar según lo pactado con su equipo médico.

Llevar siempre hidratos de carbono de absorción rápida para solucionar una posible hipoglucemia.

Si va acompañado, es recomendable informar sobre cuál debe ser la actuación ante una hipoglucemia grave.

Comprobar la glucemia capilar.
 
Si se administra insulina previa al ejercicio puede:
- Reducir la dosis previa
- Aumentar la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono.

Hidratarse correctamente 

En el caso de ejercicio prolongado, disminuir la dosis de insulina posterior o aumentar la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono.
     

Diabetes tipo 1 y deporte. Para niños, adolescentes y adultos. Serafín Murillo. 2012 jóvenes

 

La colaboración entre la persona con diabetes y la familia y el equipo de salud es imprescindible para optimizar el tratamiento y, al mismo tiempo, para poderlo integrar en la actividad cotidiana de hábitos dietéticos, horarios y actividad habitual.

La educación terapéutica en diabetes es un proceso de aprendizaje que facilita los conocimientos y las habilidades necesarias a las personas con diabetes, y a la familia, para poder tomar decisiones sobre el tratamiento.

Los sistemas de infusión subcutánea continua de insulina (ISCI) permiten la infusión de insulina por vía subcutánea de manera continua. Esta infusión se realiza a través de un catéter que se inserta bajo la piel del paciente, y que se tiene que cambiar cada 3 días, para evitar la infección y/o saturación del tejido subcutáneo. El infusor es un instrumento que facilita un mejor control de su diabetes. Hay cánules para infusores de 6, 9 mm para inyección en ángulo de 90°, y de 13 y 17 mm para inyección en ángulo de 45°.

El suministro de insulina se realiza mediante 2 sistemas claramente diferenciados:

  • Línea basal. La insulina se administra a través del infusor de forma continua y programada a lo largo de las 24 horas del día. Cada hora o bloque de tiempo tiene una cantidad determinada de insulina que se ajusta según las necesidades del paciente a las diferentes horas del día. Se corresponde con la insulina lenta que se administran los pacientes con el boli una o dos veces al día.
  • Bolus. La insulina que se administra en cada comida, o bien la que se administra para corregir una hiperglucemia. Se corresponde con la insulina rápida que se administran a los pacientes antes de las comidas.


Conceptos básicos asociados a la terapia con infusor de insulina.

  • Bolus comer. Insulina que se administra en cada comida
  • Bolus corrector. Insulina que se administra puntualmente de manera extra según la glucemia capilar y el Factor de Sensibilidad.
  • Bolus ayuda o bolus Wizard. Prestación que incluyen los infusores que ayudan en la toma de decisión a la hora de administrar los diferentes tipos de bolus.
  • Factor de Sensibilidad. Mg/dl de glucemia que hace bajar 1 unidad extra de insulina cuando se utiliza el bolus corrector. Por ejemplo, si el Factor de Sensibilidad es de 50 mg/dl, significa que una unidad extra hará bajar 50 mg/dl. Si antes de la comida esta a 200 mg/dl y el objetivo es estar a 150, se necesita un bolus corrector de una unidad extra.
  • Línea Basal. Insulina que el infusor administra de manera continua y programada a lo largo de 24 horas del día.
  • Línea Basal Temporal. Insulina que se puede aumentar o disminuir de manera temporal sobre la línea basal ya programada.
  • Ratio o índice insulina/carbohidratos. Insulina necesaria para 1 ración de hidratos de carbono

Consejos para prevenir y tratar las irritaciones y/o infecciones en el lugar de la inyección con pacientes con infusor de insulina

  • Extremar las medidas higiénicas durante el proceso de inserción del catéter.
  • Cambiar la aguja cada 2 o 3 días.
  • Observar diariamente cualquier anomalía, enrojecimiento, irritación o dolor en la zona de la inyección. Si, todo y la prevención, estos signos aparecen:
    • Cambiar el catéter y la zona de inyección.
    • Contactar con el equipo médico para un posible tratamiento. Hay que recordar que puede provocar hiperglucemia aunque se haga todo de manera correcta.

Consejos para prevenir/o tratar la hipoglucemia con pacientes portadores de infusor de insulina

Para prevenir que el nivel de azúcar baje por debajo de 70 mg / dl (hipoglucemia), hay que realizar el número de controles que el equipo médico indique, como mínimo 3 o 4 veces al día, y procurar que los niveles:

  • Antes de las comidas no sean inferiores a 80 mg/dl.
  • Antes de ir a dormir, antes de conducir y a las 03:00 horas de la madrugada no sean inferiores a 120-140 mg/lun. Si hay una historia de hipoglucemias severas o muy frecuentes, estos niveles pueden ser superiores.
  • Si se realiza ejercicio físico extra, tomar una ingesta extra de hidratos de carbono (HC) o utilizar la basal temporal.
  • Si se quieren comer menos raciones de HC, adaptar el bolus de la insulina a la comida.

Consejos para familiares y/o amigos ante una hipoglucemia severa con pacientes portadores de infusor de insulina

  • No dar nada por la boca a personas que se hayan desmayado.
  • Inyectar Glucagón-Gen-Hypokit 1mg (guardar en la nevera) o bien administrar gucagón nasal (dosis única de 3mg)
  • Desconectar el infusor o cortar el catéter por la zona más cercana al lugar de la inyección. 
  • Cuando la persona vuelva en si, darle un zumo de fruta o algo equivalente y contactar con su equipo médico.

Qué hacer para prevenir y/o tratar la hiperglucemia con pacientes portadores de infusor de insulina

  • Vigilar y/o detectar precozmente cualquier obstrucción en la infusión de la insulina: burbujas de aire, obstrucción del catéter/aguja ...
  • Controlar la aportación de hidratos de carbono de las comidas. Si se quieren comer más raciones, adaptar el bolus de insulina.
  • Utilizar la basal temporal, si se realiza menos ejercicio físico.
  • Recordar que cualquier infección puede provocar una hiperglucemia importante aunque se haga todo de manera correcta.

Si, todo y la prevención, se observan valores superiores a 250 mg/dl antes de las comidas o media noche

  • Mirar siempre la acetona en la orina. Si la acetona es negativa, administrar un bolus corrector de insulina extra según el Factor de Sensibilidad o la utilización del bolus ayuda.
  • Comprobar si el sistema de infusión funciona correctamente. Si se observan burbujas, hacer un purgado o cambiar la aguja.
  • Si en 1 o 2 horas los valores son superiores a 250 mg / dl o no han bajado respecto a los anteriores, administrar insulina rápida o análogo con bolígrafo. No realizar un segundo bolus corrector con el infusor si el primero no ha dado la impresión deseada. A continuación, cambiar el set de infusión.
  • Si en 1 o 2 horas la glucemia se mantiene alta, la cetona es positiva y se ha realizado las indicaciones previas, contacte con su equipo médico.

Información documentada por:

Daría Roca Espino
Enrique Esmatjes Mompo
Irene Vinagre Torres
Margarida Jansà Morató
Mercè Vidal Flor

Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 24 de noviembre del 2021

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