Vivir con Tuberculosis

A una persona con tuberculosis se le recomienda que inicie su tratamiento de forma inmediata. A las pocas semanas de iniciar el tratamiento el paciente experimentará una mejoría notable de su estado físico y la desaparición de los síntomas. Esto se debe a que en poco tiempo se eliminan la gran mayoría de bacterias que causan la enfermedad.

Hasta que las pruebas de laboratorio no hayan confirmado la eliminación de las bacterias en secreciones respiratorias (en caso de tuberculosis pulmonar), es fundamental que la persona use mascarilla y vigile al toser para evitar contagios.

Igualmente, los pacientes con tuberculosis pulmonar han de mantenerse en condiciones de aislamiento: no compartir habitación, y ventilar con frecuencia las estancias donde vivan.

El retorno a la actividad física ha de producirse de manera progresiva. No obstante, los síntomas de la enfermedad son diversos, y el periodo de recuperación puede variar dependiendo de si la enfermedad se ha diagnosticado de forma precoz o en un estado más avanzado.

El retorno al trabajo debe retrasarse hasta que el equipo médico constate una mejoría clínica y bacteriológica.

No hay restricciones de dieta, aunque se recomienda una dieta equilibrada, rica en proteínas, especialmente en aquellos pacientes que hayan experimentado una pérdida evidente de masa muscular. El apetito se recupera rápidamente una vez se empieza el tratamiento.