Pruebas y Diagnóstico de la Neumonía

Tiempo de lectura: 2 min

El diagnóstico de la neumonía se basa en:

Estetoscopio, fonendoscopio

Exploración física. Para el diagnóstico de la neumonía deben evaluarse de manera cuidadosa los síntomas como tos, fiebre, producción de esputo, dolor torácico pleurítico y una auscultación pulmonar anómala que pueden indicar neumonía.

Persona a la cual le hacen una radiografía de tórax

Radiografia simple de tórax. En la neumonía, los alvéolos, que deberían estar llenos de aire, se llenan de líquido o tejido inflamatorio, por lo que en una radiografía esto se observa de color blanco, mientras que el espacio lleno de aire aparece de color oscuro. La presencia de este color blanco confirma el diagnóstico de la infección.

En algunos casos, es necesario complementar la radiografía con un TC. Esta prueba de imagen informa sobre la localización de la neumonía, su extensión, las posibles complicaciones (presencia de líquido en el pulmón o derrame pleural; presencia de cavidades o cavernas), existencia de enfermedades pulmonares asociadas y otros posibles diagnósticos alternativos. También, ayuda a confirmar su evolución hacia la progresión o la curación.

diagnóstico:  analítica de sangre general para diagnóstico

Analítica de sangre. Informa sobre el estado del paciente y la gravedad de la neumonía.

Medida de la saturación oxigeno en el dedo

Saturación de Oxígeno. La comprobación de la saturación de oxígeno también es un componente importante para determinar el estado del paciente.

Bacterias de la microbiota intestinal en una placa de Petri

Pruebas microbiológicas. Son necesarias y muy importantes porque permiten determinar cuál puede ser el microorganismo causante de la neumonía y su epidemiología. Además, permite saber las posibles resistencias antibióticas de estos microorganismos, lo que ayuda a seleccionar un tratamiento antibiótico adecuado.

  • Cultivo de esputo. Examen microscópico del esputo que sale de las vías respiratorias cuando se tose profundamente.
  • Antígenos microbianos en orina (neumococo y legionella).
  • Hemocultivo. Es un cultivo de su una muestra de sangre para determinar si hay algún microorganismo en ella.
  • Frotis nasofaríngeo para virus respiratorios. Es un frotis en la nariz y la faringe con un escobillón fino que permite detectar virus.
  • Estudios serológicos para la detección de bacterias atípicas.
  • Cultivo de líquido pleural (solo en caso de tener un derrame pleurítico).
  • Cultivo de broncoaspirado (indicado en casos de pacientes con ventilación mecánica y neumonía grave).

Información documentada por:

Antoni Torres Martí
Juan Roselló Sáncho

Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 20 de febrero del 2018

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