Tratamiento de la Insuficiencia Cardíaca
No hay un tratamiento curativo de la insuficiencia cardíaca. En todo caso, el control de la enfermedad pasa por seguir las recomendaciones sobre alimentación, ejercicio y otros hábitos, para aligerar los síntomas, disminuir la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida, acompañado de un tratamiento farmacológico.
Suprimir completamente el consumo de tabaco o de alcohol, sea cual sea la causa del fallo cardíaco.
Si es necesario, perder peso.
Mantener una vida activa y evitar el sedentarismo. Se debe practicar un ejercicio físico adecuado a las capacidades de la persona y su estado cardíaco. Las actividades recomendadas más frecuentes son caminar, nadar o pasear en bicicleta. Es importante evitar aquellos ejercicios que supongan grandes esfuerzos y evitar las horas del día de más calor, humedad o frío.
Es recomendable seguir una alimentación equilibrada y suprimir o evitar la cafeína, así como moderar el consumo de grasas y sal porque provoca retención de líquidos.
Dormir al menos 7-8 horas. Es muy importante descansar.
El cardiólogo pautará los fármacos y las dosis a tomar que pueden ser modificados en función de la evolución de la patología.
Diuréticos. Ayuda a los riñones a expulsar el sodio y el agua en exceso, es decir, ayudan a eliminar el líquido acumulado. Suelen hacer efecto a las 2-3 horas de haberse administrado, si se toman vía oral. Normalmente, se toman a primera hora de la mañana y, si es necesario, se administra otra dosis al mediodía. Se desaconseja administrarlos por la noche para evitar la interrupción del sueño.
Inhibidores de la Enzima Convertidora de la Angiotensina. Evitan que el organismo cree una sustancia, la angiotensina, que provoca la contracción de los vasos sanguíneos y, por tanto, la hipertensión arterial. Este grupo de fármacos ha demostrado reducir los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca y aumentar la supervivencia.
Beta-bloqueantes. Reducen la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que permite al corazón hacer menos esfuerzo. Este grupo de fármacos también ha demostrado reducir los ingresos hospitalarios y aumentar la supervivencia.
Vasodilatadores. Dilatan o relajan las paredes de los vasos sanguíneos, por lo que la sangre circula más fácilmente y el corazón trabaja menos.
Digitálicos. Fortalecen la función de bomba del corazón e incrementan su contractilidad, lo que frena el ritmo irregular.
Algunos pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada, y que cumplen unas determinadas características, se benefician del implante de diferentes dispositivos:
Marcapasos tricameral. Es un marcapasos especial con capacidad de “resincronizar” la actividad eléctrica y mecánica del corazón.
Desfibrilador automático implantable (DAI). Algunos pacientes presentan arritmias cardíacas malignas que pueden causar su muerte. Este marcapasos especial, aplica un choque eléctrico en el corazón, que evita la muerte súbita.
Cuando el origen es una cardiopatía isquémica, el cardiólogo puede tratar la obstrucción de los vasos coronarios de dos formas:
Revascularización del vaso con la implantación de un muelle (stent coronario);
Procedimiento quirúrgico, en el cual se realizan puentes entre la arteria aorta y las arterias coronarias, de forma que se reconectan vasos para evitar la obstrucción.
Si el origen es una enfermedad de las válvulas del corazón, pueden ser reparadas de manera quirúrgica, o bien ser sustituidas por otras.
Trasplante de corazón. En casos muy seleccionados, la última opción terapéutica puede ser el trasplante de corazón. Tratamiento que solo se lleva a cabo en centros muy especializados y que requiere un seguimiento complejo.
Asistencia ventricular. Igual que ocurre en el trasplante, solo en determinados casos y cuando el cardiólogo lo decide, se implanta una máquina en el corazón que lleva un motor que se encarga de bombear la sangre hacia el resto del organismo.
El cateterismo coronario consiste en acceder a las arterias coronarias, aquellas que llevan sangre al corazón, para que trabaje con la ayuda de unos catéteres especiales. Puede tratarse solo de un cateterismo diagnóstico, o bien de uno terapéutico, en el cual se ponen “stents”, una especie de muelles metálicos, en las arterias para que permanezcan abiertas.
- Cateterismo derecho. Consiste en acceder al corazón a través de una vena, normalmente a través de la yugular (cuello), la femoral (ingle) o la basílica (brazo). Para su realización, se aplica anestesia local, de la que puede notar el pinchazo. Con un catéter se accede a las cavidades derechas del corazón, para medir las presiones, y a la arteria pulmonar principal y grandes ramas, para obtener información de las presiones de las cavidades derechas del corazón y del pulmón. El procedimiento también se usa para calcular la resistencia que el corazón debe superar para funcionar correctamente.
- Cateterismo izquierdo. Consiste en acceder a las cavidades izquierdas del corazón a través de una arteria, la radial en la muñeca o la femoral en la ingle. Este tipo de cateterismo sirve para medir las presiones de estas cavidades y las diferencias de presiones entre ellas, o bien realizar un cateterismo coronario.
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Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 20 de febrero del 2018
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