22 de enero del 2024
Preguntas frecuentes sobre Hipercolesterolemia
Con frecuencia se habla de un colesterol total inferior a 200 mg/dl como el nivel ideal. Si bien es cierto que pueda tratarse de un nivel ideal para prevenir enfermedades cardiovasculares, no siempre es el objetivo para todas las personas, y el mero hecho de tener un colesterol total superior a 200 mg/dl no implica obligatoriamente la necesidad de tratamiento farmacológico.
Los niveles de colesterol adecuados para cada persona dependen de muchos factores, sobre todo de los llamados factores de riesgo cardiovascular que tenga esa persona, de su edad, y de la existencia de enfermedades cardiovasculares u otras enfermedades crónicas. Teniendo todos estos factores presentes es aconsejable hablar con el equipo médico para saber los niveles de colesterol adecuados.
El colesterol no circula libremente por la sangre. Al ser una grasa no puede circular en un medio acuoso, al igual que el aceite no puede mezclarse con el agua. El colesterol puede circular por la sangre gracias a que va empaquetado en el interior de pequeñas esferas llamadas lipoproteínas. Estas lipoproteínas van y vienen desde el hígado al resto del cuerpo (los tejidos) o desde el resto del cuerpo al hígado, llevando y trayendo colesterol. El colesterol que va a los tejidos circula en el interior de las llamadas lipoproteínas LDL (del inglés Low Density Lipoproteins, o lipoproteínas de baja densidad). El colesterol que circula en las LDL es el llamado colesterol malo, pues, cuando está elevado, se deposita en las arterias. El llamado colesterol bueno circula en el interior de las lipoproteínas HDL (del inglés High Density Lipoproteins, o lipoproteínas de alta densidad), y circula desde los tejidos (como las arterias) al hígado para “vaciar” allí su colesterol. Por tanto, cuando el colesterol HDL o bueno es alto las arterias acumulan menos colesterol que cuando es bajo.
La hipercolesterolemia familiar es una enfermedad caracterizada por niveles elevados de colesterol que en adultos son muy cercanos o superiores a 300 mg/dl, y/o por la presencia de enfermedad en las arterias del corazón (infarto de miocardio o angina de pecho) en esa persona o en sus familiares próximos (padres o hermanos) antes de los 55 años (en el caso de los hombres) o 60/65 años (en mujeres).
Es una enfermedad de origen genético que hace que los niveles de colesterol sean elevados desde el nacimiento. Se recomienda preguntar al equipo de salud si se puede tener una hipercolesterolemia familiar, el diagnóstico de sospecha es sencillo. En caso de confirmarse o sospecharse esta enfermedad, además de ser necesario el uso de medicación para reducir el colesterol, toda la familia debe investigarse. Se trata de una enfermedad en la que la mayoría de las personas que la tienen no lo saben.
Los triglicéridos y el colesterol son dos tipos de grasas diferentes. Las grasas que comemos se absorben mayoritariamente en forma de triglicéridos que van desde el intestino al hígado, y este los “empaqueta” y los reenvía al resto del organismo como fuente de energía y para almacenarse en el tejido adiposo. El colesterol y los triglicéridos circulan por la sangre empaquetados en el interior de pequeñas esferas, llamadas lipoproteínas, que contienen distintas proporciones de triglicéridos y colesterol. Estas lipoproteínas “mixtas” que salen del hígado son perjudiciales si están elevadas. Cuando están formadas casi exclusivamente por triglicéridos, y se encuentran en concentraciones muy elevadas, pueden provocar inflamaciones de páncreas (pancreatitis), y cuando también tienen colesterol contribuyen a la producción de placas de ateroma. Por tanto, aunque no son lo mismo, muchas veces colesterol y triglicéridos están relacionados.
La hiperlipemia familiar combinada es una hiperlipemia (o hipercolesterolemia) mixta (existen al mismo tiempo niveles elevados de colesterol y triglicéridos) que afecta a varios miembros de la misma familia y que se asocia (cuando no está bien controlada) a problemas cardiovasculares a edad prematura en la persona que la tiene y/o en sus familiares próximos. Aunque su origen es genético, los niveles de colesterol y triglicéridos empeoran mucho si el estilo de vida es inadecuado (ganancia de peso, dieta inadecuada, falta de actividad física, etc.), por lo que la mejora en el estilo de vida, además de los fármacos, se considera imprescindible para el correcto control de esta enfermedad.
El embarazo es una situación en la que el colesterol asciende por encima de los niveles de normalidad. No se preocupe, es normal, y volverá a la situación previa tras el parto. No se recomienda determinar el colesterol de forma sistemática en una mujer embarazada. La dieta durante el embarazo debe seguir las recomendaciones habituales y, como en situación de no embarazo, ser cardiosaludable.
Los medicamentos para el colesterol están desaconsejados durante el embarazo y, por tanto, deben dejar de tomarse si se está embarazada. Si se están tomando fármacos para el colesterol, en edad fértil se aconseja poner los medios adecuados para no quedarse embarazada. Si se está planificando un embarazo es recomendable interrumpir los fármacos para el colesterol 2-3 meses antes del mismo.
Algunos anticonceptivos en algunas mujeres pueden provocar un ascenso, a veces importante, en los niveles de colesterol. Si tras una mejora en la dieta no se controlan de forma razonable se debe pensar en cambiar de método anticonceptivo o en valorar tratamiento para el colesterol en función de los antecedentes familiares y factores de riesgo.
Su hijo necesita en primer lugar saber por qué sus niveles de colesterol son elevados. Su pediatra le dará una explicación. En los niños, al igual que en los adultos, ha aumentado el sobrepeso, los hábitos alimentarios poco saludables y el sedentarismo. Estos pueden ser un motivo de colesterol y triglicéridos elevados. Sin embargo, en la infancia también han de identificarse los niños con hipercolesterolemia familiar, y si esta enfermedad se sospecha se debe evaluar a padres y hermanos, y si se confirma, se recomienda iniciar tratamiento farmacológico entre los 8-14 años según el caso. El tratamiento farmacológico también es seguro en niños de estas edades.
Ningún medicamento está exento de potenciales efectos secundarios. Sin embargo, cuando hablamos de medicamentos regulados y aceptados por las agencias oficiales del medicamento, se considera que los beneficios que han de aportar a las personas que los precisan superan con creces los potenciales perjuicios y efectos secundarios, y que estos últimos son poco frecuentes, leves o pasajeros.
Las estatinas son fármacos seguros, de los que se disponen de mucha experiencia, bien conocidos y que han demostrado un enorme beneficio en la reducción de enfermedades cardiovasculares. En algunas personas, menos del 5-10% según los estudios que lo han evaluado con precisión, pueden producirse molestias musculares, sobre todo al inicio del tratamiento, que remiten con una reducción de la dosis o cuando se cambia a otra estatina diferente. En cualquier caso, las molestias musculares no son persistentes o permanentes una vez se suspende la medicación.
Clásicamente se decía que las estatinas se debían de tomar por la noche porque aumentaban su eficacia. No obstante, lo que realmente importa es tomarlas todos los días, por lo que si el hecho de tomarlas por la noche puede ocasionar olvidos, se debería elegir el momento del día más adecuado para asegurar su cumplimiento.
Aunque un porcentaje pequeño de pacientes puede tener dolores musculares con las estatinas, la mayoría de los pacientes que las toman no presentan ningún tipo de síntoma, por lo que se puede practicar deporte con normalidad, incluido deporte de competición.
La evidencia científica más sólida, independiente, prolija, y desde hace más de 30 años, ha demostrado que los niveles elevados de colesterol incrementan el riesgo de tener infartos e ictus. Lo mismo se puede decir de los fármacos que reducen el colesterol (sobre todo las estatinas) y la reducción del riesgo de tener estos problemas cardiovasculares. De hecho, ante la aparición de estas noticias falsas muchas sociedades científicas, tanto nacionales como internacionales, han decidido pronunciarse mediante cartas oficiales de protesta. Nunca se debería dejar de tomar fármacos que reducen el colesterol por noticias “alarmistas” sin consultar antes con el equipo profesional sobre la su veracidad.
El incremento del nivel de azúcar en sangre ocasionado con las estatinas es muy pequeño y solo ocurre en un mínimo porcentaje de personas que las toman, y, en cualquier caso, queda ampliamente superado por los beneficios en la reducción del riesgo de tener infartos o ictus. Puesto que las personas con diabetes tienen un riesgo más elevado de tener eventos cardiovasculares que aquellas personas que no tienen diabetes, las estatinas están especialmente indicadas en su caso.
Se trata de alimentos naturales que contienen un componente que, más allá de su valor nutricional, tienen la capacidad de reducir el colesterol. Pueden elaborarse retirando del alimento un componente (p.e. leche desnatada), añadiendo otro (leche con esteroles vegetales o fitosteroles) o cambiándolo por otro (p.e. retirar la grasa de la leche y sustituirla por grasa vegetal). También los alimentos enriquecidos en fibra soluble (dosis diaria de al menos 3g al día) pueden disminuir la absorción del colesterol de la dieta.
Entre los alimentos “funcionales” más sencillos y naturales para reducir el colesterol, y que no requieren de ninguna manipulación, se encuentran los frutos secos, las legumbres, los cereales integrales y el chocolate negro.
Los nutracéuticos son suplementos dietéticos concentrados (en cápsulas o píldoras o polvo) de una o varias sustancias naturales que pueden tener, en dosis superiores a la existente en los alimentos en estado natural, un efecto favorable, en este caso, sobre los niveles de colesterol. El arroz rojo fermentado por cierta levadura contiene un principio activo llamado monacolina K que es muy similar químicamente a la lovastatina, un fármaco usado para reducir el colesterol. Este arroz rojo concentrado, solo o en combinación (p.e con coenzima Q10, polifenoles, ácidos grasos omega-3, berberina, policoxanol, y otras sustancias) se ofrece como producto para reducir el colesterol con una potencia moderada (reducción de hasta un 20-30%). Sus efectos beneficiosos o perjudiciales a largo plazo no son conocidos y no están exentos de efectos secundarios.
Son sustancias vegetales parecidas al colesterol presentes de forma natural en determinados alimentos como los aceites vegetales, las verduras y la fruta fresca, los frutos secos, los cereales y las legumbres. Por su similitud con el colesterol compiten con él en el proceso de absorción intestinal y, por tanto, hacen que más colesterol quede en el intestino y se pierda en las heces, reduciendo así la concentración de colesterol en sangre.
Usados como alimento funcional, es decir, en preparados que contienen entre 2-3 gramos de distintos fitosteroles o en alimentos suplementados (margarinas por ejemplo), y tomados durante o al finalizar una comida, pueden contribuir a una reducción moderada del colesterol total y colesterol LDL de entre un 7-10%. Este efecto es aditivo al de los fármacos hipolipemiantes.
La levadura de arroz rojo genera de forma natural una estatina (en este caso, lovastatina), por lo que no se puede tomar junto con las estatinas convencionales. Aunque estos compuestos se pueden comprar libremente en farmacias o herboristerías, antes de iniciarlo se debe consultar con el equipo médico. Los alimentos fortificados con esteroles vegetales (en nuestro medio son sobre todo productos lácteos de pequeño formato presentes en todos los supermercados) en general sí que se pueden tomar junto con los fármacos para reducir el colesterol.
Las cápsulas de omega-3 (principalmente compuestas por aceite de pescado) son unos productos que se pueden encontrar en muchos establecimientos de suplementos alimentarios, en parafarmacias y en farmacias. Principalmente reducen los triglicéridos (en dosis altas de 2 a 4 gramos al día), con muy poco efecto en la reducción del colesterol, por lo que nunca pueden sustituir a los fármacos que realmente reducen el colesterol: las estatinas o al ezetimiba. Tampoco se ha demostrado su eficacia en la reducción de problemas cardiovasculares.
Habitualmente se puede utilizar métodos para cocinar que requieran poca grasa como asar, hervir, cocinar al vapor, al horno o a la plancha y reservar los fritos y/o guisos para ocasiones especiales. Para freír se debe utilizar un aceite vegetal (de oliva mucho mejor) y no se debe reutilizar el aceite.
No hay alimentos prohibidos, pero es importante limitar el consumo de grasas saturadas en la dieta habitual. Estas se encuentran, entre otros alimentos, en productos lácteos enteros, mantequilla, nata, carne roja, embutidos, bollería y alimentos procesados.
El consumo de alcohol no es saludable, ni el personal sanitario ha de recomendarlo. Si se decide tomar alcohol, se ha de hacer de forma moderada (p.e. no más de una copa de vino al día) y evitar alcoholes de alta graduación. Las bebidas alcohólicas tienen un aporte calórico considerable (alcohol y azúcares) y su ingesta puede favorecer el sobrepeso y la obesidad. El consumo no moderado incrementa los niveles de triglicéridos.
- El colesterol es solo cuestión de cifras. El colesterol causa enfermedades cardiovasculares, pero una simple cifra de colesterol aislada aporta poco, el médico debe valorar el riesgo vascular de forma global en los pacientes con niveles elevados de colesterol.
- La arteriosclerosis es una enfermedad que afecta solo a las personas de mayor edad. En la actualidad, un alto porcentaje de la población tiene uno o varios factores de riesgo cardiovascular que favorecen la aparición de arteriosclerosis a una edad más temprana (40-50 años) de la que era habitual antes.
- Las mujeres están más protegidas frente a enfermedades cardiovasculares relacionadas con el aumento de colesterol. En España, la enfermedad cardiovascular es la responsable del 24,6% de los fallecimientos en hombres, y del 22,5% en mujeres. Los cuidados cardiovasculares, incluida la evaluación y tratamiento si precisa del colesterol, deben ser evaluados de igual forma en hombres y mujeres desde una temprana edad.
- No es seguro disminuir el colesterol hasta cifras muy bajas, va en contra de la seguridad cardiovascular. Alcanzar niveles muy bajos de colesterol malo o LDL mediante un tratamiento farmacológico, en especial en pacientes que ya han tenido una enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio, el ictus o la enfermedad de las arterias de las extremidades inferiores) no tiene efectos adversos y puede reducir el riesgo de repetir otro problema cardiovascular.
- La dieta mediterránea se circunscribe al aceite de oliva y el pescado, es cara e imposible de seguir y no disminuye el riesgo de arteriosclerosis. Es importante conocer que la dieta mediterránea está basada en un elevado consumo de diversos productos, y no solo en uno, y en la mezcla de los mismos: cereales no refinados, legumbres, frutas, verduras, frutos secos, bajo consumo de cárnicos, bajo consumo de lácteos, así como también del aceite de oliva y del pescado, principalmente. La dieta mediterránea previene las enfermedades cardiovasculares. Una prevención que hay que acompañar de otras medidas de estilo de vida cardiosaludables como el mantenimiento de una actividad física adecuada a las condiciones de cada persona.
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Publicado: 2 de octubre del 2018
Actualizado: 2 de octubre del 2018
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