Preguntas frecuentes sobre la Degeneración Macular Asociada a la Edad
¿Qué me pasa?
La DMAE o Degeneración Macular Asociada a la Edad es una enfermedad degenerativa de las células de la zona central de la retina, la mácula. Como consecuencia, se produce una pérdida de visión central.
Sí. Aunque en la actualidad se piensa que es una continuidad de la misma enfermedad, la DMAE avanzada tiene dos formas: la forma seca o atrófica y la forma húmeda o exudativa.
Este tipo de DMAE se caracteriza por el crecimiento de vasos sanguíneos anómalos que filtran fluidos y sangre a la mácula, provocando que se “encharque” la retina. Produce la pérdida brusca de la visión central. Este subtipo se considera una de las formas más avanzadas y graves de la enfermedad.
Es la forma más frecuente de la enfermedad. En la degeneración macular seca se produce una pérdida progresiva de las células de la mácula, lo que provoca que se vea la parte central borrosa. A medida que la enfermedad empeora, esta mancha borrosa se vuelve permanente, lo que provoca la pérdida de visión central. La progresión es lenta (años) y la pérdida de visión total puede llevar décadas.
Al inicio puede no dar síntomas y se diagnostica por controles oftalmológicos. Si además aparece solo en un ojo, es posible que la persona no se haya dado ni cuenta. Por este motivo, es muy importante revisar cada ojo por separado, y si experimenta visión borrosa, acudir de forma inmediata a tu oftalmólogo.
En general nos referimos como formas secas a la Maculopatía Asociada a la Edad (MAE), Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) precoz, intermedia y avanzada en su forma seca. Todas ellas pueden ocurrir en uno o ambos ojos.
- En la MAE y DMAE precoz se producen depósitos amarillentos de pequeño tamaño bajo la retina llamados drusas, que aparecen por lo general, a partir de los 50 años. En fases iniciales, no se producen síntomas ni pérdida de visión.
- En la DMAE intermedia, las drusas ya son de tamaño mediano o grande, y a veces se aprecia una zona borrosa central. En esta fase, es habitual necesitar más luz para poder leer y otras tareas.
- En DMAE avanzada seca, las células encargadas de detectar la luz están afectadas y se produce una mancha en la parte central de la visión. Con el tiempo, esta mancha puede hacerse más grande y oscura, que afecta en mayor medida la visión central, hasta el punto que puede dificultar leer o incluso reconocer caras.
Las drusas maculares son depósitos de residuos celulares que el cuerpo no es capaz de eliminar a través de la circulación sanguínea y que se almacenan hasta llegar a formar cúmulos en la mácula o alrededor del nervio óptico.
Las drusas aisladas, no. Sin embargo, la presencia de drusas y más en concreto, su número y tamaño, elevan el riesgo de que las formas secas y húmedas avancen, lo que sí puede causar pérdida visual grave.
Todos los pacientes que padecen DMAE húmeda han tenido antes la forma seca. Sin embargo, la forma seca puede progresar y causar pérdida visual por sí misma, sin desarrollar DMAE húmeda. Por otro lado, la forma seca puede pasar de forma brusca a forma húmeda, incluso desde estadios iniciales de MAE o DMAE precoz. No se puede predecir si este cambio de seca a húmeda se va a producir, ni tampoco cuando va a hacerlo.
Un síntoma precoz de DMAE es que las líneas rectas se vuelven onduladas. Si te das cuenta de que esto ocurre, de forma aislada o con otros cambios en la visión central, es importante acudir al oftalmólogo de forma urgente.
El síntoma más característico de la DMAE seca es la visión borrosa. Si te cuesta reconocer caras, necesitas más luz para leer o realizar cualquier actividad, consulta con tu oftalmólogo.
La DMAE es muy común en personas de edad avanzada, aunque puede aparecer en edades más tempranas. Los principales factores de riesgo de padecer DMAE son la edad, fumar, la obesidad, ser caucásico, ser mujer y tener historial familiar de DMAE.
¿Qué pruebas me van a hacer?
Es un análisis ocular de tipo rutinario que permite ver la parte posterior de los ojos (fundus) para ver la retina y se realiza en un entorno oscuro. En ocasiones, se pueden dilatar las pupilas.
Es una prueba visual de primer diagnóstico. En una tabla, a unos 6 m de distancia, hay letras de diferentes tamaños. El objetivo es determinar las letras más pequeñas que el paciente puede leer.
¿Qué tratamientos hay?
Para la DMAE seca no existe aún un tratamiento eficaz. Por este motivo es tan importante su detección precoz.
El tratamiento se basa en frenar el crecimiento de los vasos sanguíneos anómalos que la provocan mediante inyecciones intraoculares de fármacos antiangiogénicos. Estas inyecciones detienen el proceso de pérdida de visión y, en muchas ocasiones, logran incluso mejorar la capacidad visual del paciente. El inconveniente es que se trata de terapias a largo plazo que requieren acudir al oftalmólogo una o dos veces al mes.
Vivir con la enfermedad
Lista de algunos consejos y recomendaciones para pacientes con dificultad para ver por DMAE:
- Cambiar la pantalla del ordenador por una más grande, ajustar el tamaño de la fuente y aumentar el contraste. También puede ser una buena opción añadir sistemas de conversión de textos a audio.
- Utilizar alternativas a los libros de papel normal. Para leer, utilizar los libros con letras grandes, lectores electrónicos, tabletas o libros de audio. Algunas tabletas y teléfonos inteligentes tienen aplicaciones que se pueden agregar para ayudar a las personas con baja visión, como el aumento de texto.
- Existen aparatos especiales pensados para personas con baja visión. Algunos relojes, radios, teléfonos y otros aparatos ya traen incorporados números de tamaño “Extra Grande”. Existen también relojes que “hablan” para decir la hora u otra información importante.
- A la hora de ver la televisión interesa usar una pantalla grande de alta definición y acercarse a la misma en función de la pérdida visual.
- Tener una buena iluminación en casa ayuda con la lectura y otras actividades diarias del hogar.
- Buscar apoyo. Tener degeneración macular puede ser muy difícil de aceptar y es posible que las personas afectadas tengan que hacer muchos cambios en su vida. Es bueno que el entorno familiar conozca la situación y se involucre en ayudar en todos los aspectos.
La frecuencia de las revisiones depende de los antecedentes, factores de riesgo y aspecto de las lesiones en el fondo de ojo. El oftalmólogo le indicará cada cuanto tiempo debe realizarse una revisión, pero de manera orientativa un paciente con las formas iniciales (drusas) debe revisarse una vez al año, uno con DMAE seca cada 6-8 meses y uno con DMAE exudativa cada 1-3 meses.
Información documentada por:
Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 21 de septiembre del 2022
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