El invierno ha empezado con temperaturas muy benignas, hasta esta semana, que ya ha llegado el frío. El VRS (Virus Sincitial Respiratorio), causante de la bronquiolitis, y la gripe han superado el pico epidémico. En cambio, de momento la COVID se mantiene estable. Debido a esta combinación de virus en el ambiente, el sistema sanitario lleva semanas bajo tensión, especialmente los servicios de Urgencias.
En este momento, las miradas de los expertos se dirigen a China, que ha acabado bruscamente con su política de “COVID-cero” y hacia los EE.UU., donde una nueva variante de Ómicron es objeto de preocupación. La variante XBB apareció a partir de la recombinación (intercambio de parte de su material genético) de dos variantes Ómicron. Ahora, una mutación ha dado origen a la variante XBB.1.5 o Kraken, detectada por primera vez en octubre de 2022 en los EE. UU. Esta variante es nueva, pero sigue siendo Ómicron.
En los EE. UU., esta variante ha mostrado mayor transmisibilidad y más reinfecciones. Según datos de laboratorio, es más resistente a los anticuerpos monoclonales empleados habitualmente como tratamiento, pero los antivirales parecen mantener su eficacia.
Gravedad y capacidad de propagación de Kraken
De momento se comporta clínicamente como las variantes Ómicron que han dominado el panorama reciente. Al ser más transmisible, si se incrementara mucho el número de casos se podría producir un aumento proporcional de hospitalizaciones, lo que se traduciría en una mayor carga para el sistema sanitario. Kraken se ha detectado ya en varios países de la UE, aún en muy baja proporción. En los EE. UU. se extiende rápidamente. Algunos modelos predictivos indican que existe una probabilidad moderada de que se convierta en la variante dominante en la UE en un periodo de 1 a 2 meses, pero los escenarios son distintos para cada país e inciertos en este momento.
Efectividad de las vacunas y medidas de protección
Todavía no hay datos suficientes para saber la eficacia de las vacunas actuales frente a la variante Kraken, pero son eficaces para mantener la inmunidad, especialmente con la dosis de refuerzo bivalente. Permiten reducir las formas graves y muy graves de la COVID.
Las medidas que se pueden tomar en este momento son: seguir la evolución del virus e identificar las variantes que estén circulando, mantener la calma y reforzar el muro de inmunidad que ha construido la población a través de las vacunas, así como seguir con las medidas básicas de prevención.
Es especialmente importante la vacunación (dosis de refuerzo) en las personas de más riesgo: más de 60 años de edad, embarazadas, pacientes con enfermedades graves de base y personal sanitario. Recibir la segunda dosis de refuerzo, con una vacuna bivalente actualizada, supone menos riesgo de contagio, menos riesgo de ingreso en el hospital y menos riesgo de presentar formas graves de la COVID.