Se estima que las epidemias de gripe provocan al año entre tres y cinco millones de casos de enfermedades graves, y más de 200.000 muertes por infección respiratoria en todo el mundo. Múltiples estudios han demostrado que la vacunación contra la influenza, el virus que produce la gripe, disminuye el riesgo de tener una evolución más grave de la enfermedad, reduce la hospitalización y el número de ingresos en las unidades de cuidados intensivos.
Por otro lado, la neumonía es la principal causa infecciosa de mortalidad a nivel global, especialmente en niños menores de 5 años, personas mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas. Esta enfermedad está causada principalmente por la bacteria Streptococcus pneumoniae (neumococo) que, cuando afecta a personas con enfermedades crónicas aumenta notablemente su riesgo de hospitalización. Por ejemplo, en un paciente con una enfermedad crónica previa como la diabetes, una enfermedad hepática o con alguna inmunodepresión, el riesgo de tener una neumonía neumocócica puede aumentar hasta un 60%. Se estima que en España cada año la neumonía neumocócica causa 10.000 ingresos hospitalarios.
Durante la pandemia de COVID-19 se han registrado aproximadamente entre un 7% y un 11% de casos de coinfecciones en pacientes con COVID-19, en los que el virus de la gripe era uno de los más frecuentes.
Las personas mayores, especialmente aquellos que viven en residencias, han sido una población muy vulnerable en la pandemia de COVID-19, principalmente por la rápida propagación del virus, que se asoció con un número elevado de muertes. Los pacientes mayores de 80 años que recibieron ventilación mecánica tuvieron una mortalidad del 90%, lo que demuestra la vulnerabilidad de esta población.
La Organización Mundial de la Salud recomienda mantener activos los programas de vacunación de gripe, neumococo y tos ferina, al mismo tiempo que se implementan medidas para evitar el contagio de COVID-19. Estas medidas pueden ayudar a reducir la ocupación del sistema sanitario y disponer, así, de más recursos para tratar pacientes con COVID-19.
La vacunación contra la gripe es especialmente importante en los profesionales de la salud ya que hay estudios que muestran que reducen aproximadamente un 80% las infecciones sintomáticas y asintomáticas. La vacuna se convierte, especialmente este año, en una estrategia esencial para mantener la integridad de las plantillas de trabajadores de la salud.
La vacuna de la gripe se administra durante la estación de gripe de forma anual, mientras que la vacuna de la neumonía puede administrarse en cualquier momento del año. La población a la que se aconseja vacunarse de la gripe es: personas de más de 65 años, personas inmunosuprimidas, personas con enfermedades crónicas consideradas factores de riesgo, personal sanitario y mujeres embarazadas. En cuanto a la neumonía, la recomendación va dirigida especialmente a los adultos mayores de 60 años y las personas con factores de riesgo entre las que se incluyen las personas inmunodeprimidas.
¿Tienes dudas sobre la campaña de vacunación de la gripe de este año? Envíalas aquí
Autora: Catia Cillóniz, coordinadora de la Línea de Investigación en Neumonía del Grupo CIBERES, Investigación Aplicada en enfermedades Respiratorias, Profesora Asociada de la Universidad de Barcelona