Actualmente, no se tienen suficientes datos fiables sobre las consecuencias a medio y largo plazo de la neumonía por COVID-19. Se ha descrito que más de la mitad de los pacientes que han necesitado ingreso hospitalario por el virus SARS-CoV-2 continúa presentado síntomas a los dos meses del inicio de la enfermedad, siendo la fatiga y la disnea (sensación de falta de aire) los síntomas persistentes más frecuentes.
A nivel pulmonar, un artículo reciente analiza pacientes dados de alta de las unidades de cuidados intensivos tras sufrir una enfermedad grave. Se observa que un 40% presenta alteraciones en la función respiratoria al mes del alta, aunque la gran mayoría de pacientes podían realizar sus actividades de la vida diaria sin limitaciones. Sin embargo, el estudio se realizó en un pequeño grupo de pacientes, con las limitaciones que esto conlleva.
En el estudio Pneumocovid, que incluye más de 200 pacientes ingresados en el hospital Clínic con una enfermedad COVID-19 grave, aproximadamente un 25% de los pacientes presentan alteración funcional respiratoria a los 3 meses del alta hospitalaria. Diversas investigaciones en este ámbito, que aún se están desarrollando, determinarán el impacto real de las secuelas de esta enfermedad. Especialmente para ver aquellas que persisten a medio y largo plazo, es decir, 6 y 12 meses después de la enfermedad grave provocada por la COVID.
Una de las principales preocupaciones de la comunidad científica respecto a las potenciales secuelas de la infección por COVID19 es el desarrollo de fibrosis pulmonar.
En las imágenes radiológicas de algunos pacientes ingresados por COVID se observan lesiones pulmonares, que pueden ser precursoras de fibrosis pulmonar. La hipótesis actual es que estas lesiones están causadas por la inflamación que produce el propio virus, junto con las consecuencias de la ventilación mecánica en pacientes que requieren intubación. Aunque se desconoce por el momento el impacto real las lesiones, varios centros están realizando el seguimiento de estos pacientes para poder detectar de forma precoz el posible desarrollo de fibrosis pulmonar, entre los cuales se encuentra la consulta post-COVID del Hospital Clínic.
En conclusión, las secuelas a medio y largo plazo de la COVID-19 aún no se conocen bien. Se ha documentado un elevado número de casos de persistencia de síntomas tras la fase aguda, sin una clara relación con la gravedad de la enfermedad. A nivel pulmonar, se sabe que un porcentaje importante de pacientes que han tenido una enfermedad grave presentan alteraciones en la función respiratoria tras 3 meses desde el alta hospitalaria. Determinar en los próximos meses tanto la incidencia real de las secuelas como su tratamiento, será de gran interés para conocer el impacto real que tiene en los pacientes la neumonía provocada por la COVID-19.
Autores: Jacobo Sellarés, director del Grupo de Trabajo de Enfermedades Pulmonares Intersticiales y Oriol Sibila, Jefe de Sección de Cuidados Respiratorios Hospitalarios. Servicio de Neumología del Hospital Clínic de Barcelona