Dormir es una función imprescindible para el cuerpo humano. La ausencia de sueño a corto plazo puede dar lugar a cambios de humor y cansancio. Pero, si se mantiene en el tiempo, dormir poco puede propiciar la aparición de enfermedades graves como la depresión.
De forma habitual se dice que una persona necesita dormir, más o menos, ocho horas al día para tener una buena salud. Aunque esto suele ser cierto en la mayoría de los casos, si se pregunta a profesionales expertos en este ámbito la respuesta probablemente será distinta: no hay un número de horas concreto que sea el idóneo para toda la población. Depende de los hábitos y ritmo de vida de cada uno, su genética y, sobre todo, la edad de esa persona.
Las horas de sueño en función de la etapa vital
Depende de en qué momento de la vida se encuentre cada persona, necesitará dormir una cantidad de horas distintas. El Dr. Carles Gaig, del Servicio de Neurología del hospital Clínic Barcelona, explica cuáles son las necesidades de sueño según la etapa de la vida:
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Bebés recién nacidos: necesitan dormir entre 20 y 22h al día.
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Niños y adolescentes: suelen dormir entre 9 y 10 horas.
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A partir de los 18 años: con dormir 8 horas diarias suele ser suficiente.
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Personas adultas: entre 7 y 8 horas de descanso.
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Personas de más de 70 años: entre 6 y 7 horas.
La excepción que confirma la regla
Sin embargo, estas cifras generales no son válidas para todo el mundo, ya que hay un pequeño porcentaje de la población que puede dormir menos horas sin que esto tenga ninguna repercusión en su salud. El Dr. Carles Gaig puntualiza que “Un 3% de la población están dotados con una genética que les permite dormir seis o incluso cinco horas de forma sostenida sin que eso tenga ningún efecto adverso: sin que al día siguiente queden cansados o con sueño, ni más torpes mentalmente. Sin efectos a la larga, para su salud.”