Preguntas frecuentes sobre el Trasplante de Páncreas

Sí, cualquier persona puede ser donante de órganos pero, el páncreas, por sus características, solo se acepta en personas que tengan una edad máxima de 55 años.

Sí, dado que hay pocos donantes de páncreas y teniendo en cuenta los riesgos quirúrgicos de la intervención, se ha consensuado que los enfermos candidatos a ser trasplantados de páncreas no superen los 60 años.

Los enfermos candidatos a un trasplante de páncreas son personas con diabetes de muchos años de evolución. Además, en todos los casos tienen la necesidad de hacer diálisis por la insuficiencia renal crónica como consecuencia de su diabetes. Por esta razón, se opta por hacer un trasplante doble, de forma que se corrija la insuficiencia renal al mismo tiempo que la diabetes.

El trasplante de páncreas podría también estar indicado en casos seleccionados de pacientes con diabetes mellitus tipo 1 lábil. Estos pacientes tienen episodios frecuentes de hipoglucemia (bajada de azúcar en sangre) que no se controlan con la optimización del tratamiento con insulina (incluyendo los monitores continuos de control de la glucosa y la bomba de insulina). También está indicado si tienen más de un ingreso hospitalario al año por hipoglucemia grave o bien una glucemia no controlada durante un ingreso hospitalario.

El control de la dieta después del trasplante de páncreas será fundamental para prolongar el funcionamiento del injerto, prevenir complicaciones asociadas al mal control metabólico y prevenir la ganancia de peso. A pesar de que el paciente se podrá relajar con el seguimiento de la dieta después del trasplante, es fundamental que mantenga un estilo de vida sano y una dieta equilibrada y orientada por un o una nutricionista.

El rechazo es frecuente después del trasplante de páncreas, afecta hasta 3 de cada 10 pacientes que reciben un trasplante. Es más frecuente durante los primeros meses, pero puede pasar en cualquier momento después del trasplante (hasta 20 años después). La mayoría de los rechazos se pueden tratar con dosis elevadas de cortisona y otros inmunosupresores, y la mayoría de los injertos siguen funcionando durante mucho tiempo después del rechazo.