¿Qué fases tiene el Trasplante de Páncreas?

El día del trasplante de páncreas, la persona receptora es avisada por el doctor o doctora del equipo de trasplante renopancreático. La persona tiene que acudir al hospital lo más rápido posible para realizarle el trasplante de páncreas, que se suele acompañar de un trasplante renal.

Un equipo quirúrgico sale del hospital para ir a extraer el páncreas del donante. Puede ser que el equipo, que tiene que hacer la extracción del páncreas, detecte algún problema en el páncreas donante y se anule el trasplante. Pero, en el momento en que el equipo de donación da el visto bueno del páncreas, se pone en marcha todo el dispositivo para hacer el trasplante.

Se prepara al paciente receptor, se le saca sangre para saber cómo está analíticamente en aquel momento y se hace una prueba de compatibilidad con el órgano donante (crosmatch). Si el paciente necesita diálisis, se le hace antes de ir a quirófano. Una vez se han hecho todas estas pruebas al paciente y se ha comprobado la compatibilidad, se traslada a quirófano.

En el trasplante participan dos equipos quirúrgicos: los cirujanos y cirujanas que tienen que hacer el trasplante de páncreas y los urólogos y urólogas que hacen el trasplante de riñón. 

Una vez se ha confirmado que los órganos son aptos para hacer el trasplante, el médico coordinador de la intervención quirúrgica, que normalmente es el cirujano responsable del trasplante de páncreas, contacta con el resto del equipo. Este equipo está formado por anestesistas, urólogos, personal de enfermería y el médico nefrólogo de guardia. Este último es el que se encarga de llamar al paciente receptor para determinar la hora más adecuada para empezar el trasplante. 

Una vez está todo preparado, la persona que tiene que ser trasplantada va a quirófano, la recibe el médico anestesista, que la duerme y la prepara para la intervención quirúrgica. En primer lugar, se hace el trasplante de páncreas y, seguidamente, se hace el trasplante de riñón. La intervención quirúrgica total acostumbra a durar unas 6 horas. 

Cuando se acaba el trasplante de páncreas, que corresponde a la mitad de la intervención, el cirujano informa a la familia para que sepan cómo ha ido la cirugía. Al finalizar el trasplante de riñón, el médico urólogo vuelve a informarles de nuevo.

Una vez finalizado el trasplante de páncreas y riñón, el paciente se traslada a la UCI. Allí, una vez estabilizadas las constantes vitales, se le empieza a despertar. Cuando recupera la conciencia y puede respirar por sí mismo, se le extuba. El paciente receptor siempre está acompañado por el médico anestesista y el equipo de enfermería.

El paciente estará ingresado en la UCI de 2 a 3 días, para controlar su evolución y comprobar que no aparezcan complicaciones quirúrgicas inmediatas, que requieran una nueva intervención. Se realizan diferentes pruebas médicas para conocer el funcionamiento de los dos órganos trasplantados, páncreas y riñón. También se comienza el tratamiento inmunosupresor, para evitar el rechazo de los órganos.

Si no existe ningún problema, el paciente se traslada a la sala de hospitalización. El equipo de Nefrología controlará que la función renal y pancreática sean correctas. El paciente vuelve a comer, se quitan los drenajes, la sonda vesical y la persona puede empezar a andar. También se le explica la pauta de medicación que debe tomar para evitar el rechazo de los órganos y posibles infecciones. La duración media del ingreso hospitalario es de unos 15 días.

Finalmente, una vez la persona trasplantada ya no necesita apoyo médico ni de enfermería, se le da el alta y se le hace seguimiento en la consulta externa de Nefrología y con el equipo de trasplante renopancrático. En estas visitas se controlará el funcionamiento del riñón y del páncreas y el estado de salud del paciente.