2 de diciembre del 2024
Preguntas frecuentes sobre el VIH
¿Qué me pasa?
El sida o síndrome de la inmunodeficiencia adquirida es la fase tardía de la infección por el VIH, cuando las defensas han disminuido por debajo de una cifra de seguridad (CD4 por debajo de 200 células/mm3 de plasma) y ya no son capaces de proteger contra infecciones y neoplasias. A esta situación se llega a los 7-10 años de la infección aguda o primoinfección, en el caso de que antes no se haya administrado el tratamiento.
Cuando el VIH entra en el organismo, siempre se desencadena una respuesta inmunitaria para producir anticuerpos dirigidos a neutralizarlo. Sin embargo, estos anticuerpos no son totalmente neutralizantes, por lo que no son capaces de eliminar al VIH. La detección de estos anticuerpos significa que la persona tiene el VIH de forma activa, es decir, que es seropositiva.
La carga viral es la cantidad de virus, cuantificado por el número de copias de ácido ribonucleico (ARN) de VIH, por mililitro de plasma. La carga viral permite saber cuál es la actividad de replicación del virus. También se utiliza como marcador pronóstico y para monitorizar la eficacia del tratamiento antirretroviral. Las técnicas actuales de determinación de la carga viral son muy sensibles y tienen un límite de detección de 20 copias/ml. Cuando el tratamiento es eficaz, el virus se multiplica por debajo de esta cantidad (replicación residual), y las técnicas no son capaces de detectarlo. Se dice entonces que la carga viral es indetectable (que no es sinónimo de ausencia de virus). La carga viral está en relación con la cifra de CD4.
El VIH se transmite de forma exclusiva de madre a hijo, por contactos directos con sangre o a través de las relaciones sexuales.
El método más eficaz para evitar la transmisión maternofilial es el tratamiento de la madre durante la gestación. La determinación rutinaria en bancos de sangre del VIH ha eliminado la transmisión del virus por esta vía.
Además, los programas de metadona y el uso individual de las jeringuillas han reducido de forma drástica la transmisión entre drogadictos.
Asimismo, el uso de preservativos reduce la transmisión sexual.
Cabe recordar que una carga viral indetectable, debida al tratamiento antirretroviral, reduce de forma significativa la transmisión del virus.
Las vías de contagio son las expuestas anteriormente. La vida cotidiana y la convivencia familiar no conllevan un riesgo de transmisión del virus.
¿Qué pruebas me van a hacer?
Cuanto antes se sepa si la persona tiene el VIH, antes podrá beneficiarse del tratamiento médico y, por lo tanto, mejorar su calidad de vida, adoptar medidas para evitar una reinfección y evitar la transmisión del virus.
Cualquier persona que se ha expuesto al virus puede tener el VIH. Por lo que es recomendable que se hagan la prueba las personas:
Que hayan tenido relaciones sexuales con penetración o relaciones orales o contacto con semen y secreciones vaginales sin preservativo. Y que las hayan mantenido con una o varias parejas de las que desconoce si tienen el virus o no;
Consumidoras de drogas inyectables y que hayan compartido el material;
Mujeres embarazadas o que quieran tener un hijo;
Que hayan padecido infecciones de transmisión sexual;
Que quieren dejar de utilizar el preservativo y no tienen otras relaciones.
En el momento que se tenga la sospecha de infección. De todas formas, para que el resultado sea totalmente fiable, hay que esperar tres meses desde la posible infección. Si se ha producido contagio, probablemente se sabrá antes de este período.
Una persona a la que le detectan anticuerpos en sangre significa que tiene el VIH en su organismo, por lo tanto, puede trasnsmitir el virus a otras personas.
No obstante, que el resultado sea positivo, no implica tener el sida ni que éste se vaya a desarrollar. De ahí, la importancia de detectar a tiempo la infección y realizar el tratamiento.
El hecho de que el resultado sea positivo, obviamente, puede provocar cambios emocionales, por lo que es recomendable acudir al médico para obtener información y recibir toda la atención necesaria. Contactar con otras personas afectadas, también puede ser de gran ayuda.
Para mejorar la salud de la persona que vive con el VIH se deben seguir unas pautas sencillas; tener relaciones seguras para evitar la transmisión y reinfección; no compartir jeringuillas ni objetos de higiene personal y consultar con el ginecólogo en caso de querer tener un hijo.
Un resultado negativo a los tres meses de la sospecha de infección (y sin que haya otra exposición de riesgo durante este período) confirma que la persona no tiene el VIH.
¿Qué tratamientos hay?
Las recomendaciones, en general, indican que en todos los casos se debe iniciar el tratamiento y lo antes posible. Se puede aconsejar el inicio del tratamiento en cualquier momento de la enfermedad, siempre que el paciente esté dispuesto a realizarlo de por vida y de forma correcta.
El perfil de toxicidad de los fármacos ha mejorado de forma sustancial.
En la actualidad, se toleran bien y la lipodistrofia ya no suele ser un problema en los pacientes que inician el tratamiento. La disponibilidad de varios fármacos de la misma familia permite realizar cambios terapéuticos en caso de intolerancia a cualquiera de ellos y adaptar el tratamiento a cada persona.
Se realizará una extracción de sangre para calcular la cantidad de VIH en el cuerpo (carga viral) y la salud del sistema inmunitario (recuento de células CD4). También el médico pedirá algunas pruebas para detectar otras enfermedades como la tuberculosis y algunas infecciones de transmisión sexual. A veces, se recomienda la administración de alguna vacuna
El tratamiento evita que el virus se reproduzca en el organismo y que el sistema inmunitario se deteriore. En la mayoría de los casos, se recomienda iniciar el tratamiento antes de que el recuento de células CD4 (aquellas a las que ataca el virus) descienda por debajo de 500 células/mm3.
Es muy importante tomar la medicación tal y como la ha pautado el médico. Esto significa tomar las dosis adecuadas cada día en el momento apropiado y tener en cuenta las restricciones alimentarias (si las hubiese).
El tratamiento consiste en una combinación de 2 o 3 medicamentos diferentes que el médico adaptará a las necesidades de cada persona.
Es conveniente medir la carga viral en sangre a las 4 semanas del inicio del tratamiento contra el VIH para comprobar si este funciona o se está tomando de forma adecuada. Después, la prueba de carga viral se hará cada 3-6 meses. Si la carga viral es indetectable y el recuento de células CD4 se mantienen elevados (o en aumento) significa que el virus se encuentra en los niveles esperados y el tratamiento funciona.
Los más frecuentes son dolor de cabeza, mareos, molestias gastrointestinales, trastornos del sueño, entre otros. La mayoría son leves y se producen al inicio del tratamiento. En el caso de que un efecto adverso sea grave y/o duradero, es importante comunicárselo al médico. Los análisis rutinarios también permiten detectar la presencia de efectos secundarios a medio y largo plazo.
Vivir con el VIH
El tratamiento antirretroviral es muy eficaz, siempre y cuando el paciente lo realice de forma correcta, ya que se consigue reducir la replicación del virus. Esto conlleva una mejora del sistema inmunitario.
La esperanza de vida de las personas que viven con el VIH (tratados de forma correcta con terapia antirretroviral de alta eficacia y que mantienen cargas virales indetectables) es similar a la de la población general sin el VIH o solo ligeramente inferior. Y todo ello, con una buena calidad de vida.
La persona que realice la cura de las heridas debe utilizar guantes en todos los casos, tanto si sabe que la persona herida tiene el VIH como si no lo sabe. Antes de colocarse los guantes y después de quitárselos debe lavarse las manos con agua y jabón o con una solución alcohólica.
Los guantes deben utilizarse siempre que se manipule sangre, fluidos corporales, secreciones, mucosas o pieles no intactas y objetos que puedan estar contaminados.
Todo paciente tiene derecho a recibir información sobre el proceso asistencial y su estado de salud. Además, la ley contempla el derecho a acceder a la historia clínica cuando el paciente lo solicite.
Todo paciente tiene derecho a recibir información para la elección de médico y de centro hospitalario y, por consiguiente, a cambiar de médico y/o de centro si lo considera necesario.
Los datos de cada paciente son confidenciales y deben estar protegidos por el centro hospitalario para que nadie pueda acceder a ellos sin previa autorización legal.
El médico debe informar al paciente de todas las pruebas y el procedimiento diagnóstico o terapéutico que le van a hacer para que de su consentimiento.
Participar en un ensayo clínico es un acto voluntario y, por lo tanto, nadie puede obligar a hacerlo. La decisión de participar debe contar con el consentimiento del paciente por escrito a quien se debe haber informado de forma previa.
Se puede presentar una queja ante el servicio de atención al paciente del hospital, ante el defensor del paciente de la comunidad autónoma o emprender acciones legales. Ningún paciente puede ser discriminado por su origen étnico, por razón de género, orientación sexual, discapacidad o cualquier circunstancia personal o social.
Información documentada por:
Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 5 de diciembre del 2022
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