Preguntas frecuentes sobre el Cáncer de Piel
¿Qué me pasa?
El cáncer de piel incluye una serie de tumores diferentes y no todos tienen las mismas causas. La combinación de factores genéticos, factores externos y la radiación ultravioleta durante la exposición solar, son las causas del cáncer de piel en la gran mayoría de casos.
La exposición al sol no es suficiente para causar un cáncer de piel y no todos los tumores se producen por el sol. Cada persona tiene una piel más o menos resistente a los efectos del sol, por lo que en este sentido hablaríamos de factores genéticos.
Las pieles más oscuras en poblaciones, por ejemplo en África, no padecen prácticamente cáncer de piel. A pesar de su adaptación, toda piel tiene un límite de tolerancia a la radiación solar. En ocasiones, el cáncer aparece en áreas de la piel que no se expone al sol, como las uñas, las zonas cubiertas del cuerpo o la planta del pie.
El riesgo no depende solo del lugar donde se vive sino de la exposición al sol. Si vives en lugares con más sol, la dosis de la radiación acumulada seguramente será más elevada. De todas formas, en países como Suecia con poco sol, comparado con España, existen más casos de personas afectadas con cáncer de piel porque la piel es más clara y se quema con más facilidad, especialmente en primavera y verano. También hay que tener en cuenta las visitas que hacen a otros sitios con mucho sol.
Las cremas autobronceadoras que tienen un efecto de tinción de la piel con productos, como la dihidroxiacetona o la eritrulosa, no tienen un efecto nocivo, en general, y no causan cáncer de piel. Son productos cosméticos que se fijan en la capa córnea y se eliminan en unas semanas de forma natural. Hay que tener en cuenta que no protegen del sol, por lo que hay que usar un filtro solar.
Se sabe que algunos productos químicos, como el arsénico, pueden producir cáncer de piel en forma de carcinomas. También las radiaciones, como la radioterapia que se usa para el tratamiento, en algunos casos, puede producir un carcinoma en la piel, aunque suele ser muy infrecuente y se puede prevenir.
También algunos virus pueden causar tumores en la piel en las zonas genitales. En cuanto a la radiación ultravioleta, aparte de la proveniente del sol, cabe recordar que también está presente en las cabinas de sol artificial o en exposiciones laborales, como en el caso de los soldadores o las imprentas. Los trabajadores, en estos casos, se tienen que proteger de manera adecuada.
El cáncer cutáneo no melanoma incluye una serie de tumores malignos de la piel, como son los carcinomas. Este tipo de tumores son los más frecuentes y a diferencia del melanoma se originan en las células de la piel llamadas queranocitos y no en los melanocitos.
El melanoma, como todos los cánceres, tiene diferentes grados o etapas que dependen de factores como la extensión del tumor, si ha afectado a los ganglios o a otros órganos del cuerpo. En general, un melanoma diagnosticado en etapas iniciales (tumores de poco volumen) tiene un buen pronóstico.
Si el melanoma está avanzado es porque otros órganos, aparte de la piel, están afectados, como los ganglios, el hígado o los pulmones, entre otros.
¿Qué pruebas me van a hacer?
Para diagnosticar el cáncer de piel el médico realiza un examen físico para observar el tamaño, la forma, el color y la textura del área en cuestión, así como si sangra o forma una costra. También se examina el resto del cuerpo para ver si hay lunares (nevus) u otras manchas que pueden estar relacionadas con el cáncer de piel.
Además, también se pueden examinar los ganglios linfáticos (pequeños nódulos de células inmunitarias de la medida de una judía) situados bajo el cuello, las axilas o las ingles. Cuando el melanoma se propaga, a menudo llega primero a los ganglios linfáticos adyacentes que aumentan en tamaño.
Si el médico de atención primaria sospecha de un melanoma, derivará al médico especializado en enfermedades de la piel, el dermatólogo, quien examinará el área con más detenimiento.
Durante el examen clínico se aplica una técnica llamada dermatoscopia. Es una prueba que permite visualizar de manera directa estructuras del tumor, a través de la piel, de forma indolora. Con un dermatoscopio se diagnostican de forma muy precisa los tumores de la piel en la mayoría de casos. Este procedimiento es muy importante para detectar el melanoma y estudiarlo antes de su extirpación. Además, si el paciente tiene muchos lunares se valora la posibilidad de realizar una dermatoscopia digital y un mapa corporal para detectar nuevos lunares o cambios en alguna de las lesiones.
En algunos centros especializados, se dispone de otras técnicas más avanzadas, como la microscopia confocal, indicada para detectar el cáncer de piel en casos difíciles, o la ecografía de alta definición, para estudiar los límites del tumor antes de extirparlo.
¿Qué tratamientos hay?
El cáncer de piel se trata de diferentes formas según el tipo de tumor, el lugar del cuerpo, su tamaño y otros factores. Muchos, afortunadamente, se curan con una simple cirugía con anestesia local. Otros, en cambio, necesitan cirugías más complejas y pueden dejar cicatrices importantes que pueden representar un problema estético, especialmente, en la cara.
Otro tipo de tratamientos muy efectivos son la radioterapia, la criocirugía o el láser.
También existen procedimientos, como la terapia fotodinámica que destruye el tumor con la luz, y el tratamiento con imiquimod, que es un producto que se aplica en forma de crema sobre el tumor y que activa la inmunidad antitumoral.
En el caso de cánceres con afectación más avanzada hay que tratar al paciente con tratamientos de inmunoterapia o de quimioterapia.
El mejor tratamiento del cáncer es la prevención. La prevención primaria, es decir, aquellas causas conocidas del cáncer de piel, como son las exposiciones solares inadecuadas, tanto las exposiciones acumuladas (horas de sol durante la vida) como las exposiciones intermitentes agudas (quemaduras del sol). La prevención secundaria consiste en detectar el tumor cuando se está iniciando para asegurar su curación. Por eso, es importante educar a la población para que reconozca una lesión sospechosa para que consulten con el médico lo antes posible.
El diagnóstico del melanoma debe ser realizado mediante biopsia, por lo que es el primer procedimiento quirúrgico que se realiza al paciente. En función del tamaño y grosor del melanoma pueden ser necesarias cirugías adicionales para ampliar los bordes de la biopsia y obtener un adecuado margen de seguridad, o la biopsia del “ganglio centinela”, ya que en un primer estadio las metástasis se localizan en los ganglios linfáticos. El primer ganglio al cual llegan las células del melanoma es el que se denomina ganglio linfático centinela. De estar afecto se deben quitar los ganglios de la zona mediante una intervención quirúrgica llamada linfadenectomía.
Los tipos de tratamiento farmacológico más utilizados hasta la actualidad para el abordaje de la enfermedad metastásica son la quimioterapia y la inmunoterapia. La quimioterapia consiste en el uso de fármacos o productos químicos para destruir las células cancerosas, por ello se caracteriza por tener bastantes efectos secundarios, la mayoría reversibles y que desaparecen cuando finaliza el tratamiento.
La inmunoterapia tiene como objetivo estimular al sistema inmune para que luche contra la enfermedad. No es inocua, es decir, puede provocar también efectos secundarios, como fatiga, cansancio, vómitos, diarrea, pérdida de apetito…
En el caso de que el melanoma haya llegado a los ganglios y que se haya extirpardo en su totalidad, es necesario un tratamiento complementario, ya sea farmacológico, de manera exclusiva o asociado a radioterapia. Si el melanoma no se ha podido quitar en su totalidad o ha desarrollado metástasis, el tratamiento será farmacológico.
El médico le explicará los efectos secundarios del tratamiento farmacológico y cómo afectarán a su día a día. Es importante que no se quede con dudas y pregunte todo lo que crea que le pueda interesar.
El tiempo entre revisiones se decidirá en función del estadio del melanoma, de forma que serán más frecuentes cuanto más avanzado esté el melanoma inicial. Con el paso del tiempo, al ir disminuyendo el riesgo de recaída, estas revisiones se irán espaciando.
Los melanomas iniciales serán revisados por el médico especialista que los diagnosticó y trató de manera quirúrgica. En el caso de los cutáneos, el especialista será el dermatólogo y en los melanomas situados en otras localizaciones como pueden ser las mucosas, los ojos,… puede ser otro especialista.
Si el paciente precisa de otros tratamientos, por estar más avanzado el melanoma, también le revisarán los especialistas implicados en esos tratamientos, como el oncólogo, si el tratamiento recomendado es farmacológico.
Vivir con cáncer de piel
Si tienes o has tenido un cáncer de piel tienes que disfrutar de una exposición al sol saludable igual que todo el mundo. Esto no quiere decir evitar el sol, ya que es impracticable y perjudicial, sino hacerlo de manera adecuada. Por ello, se recomiendan unas medidas de conducta saludable que tienen en cuenta las horas, la época del año y el uso de ropa, gafas y cremas solares.
Las cremas solares son muy eficaces para evitar las quemaduras si el factor de protección es superior al 15. Cabe recordar, pero, que son recomendables filtros solares de protección total UVA y UVB. Es muy importante remarcar que hay que aplicar de manera correcta las cremas solares para que funcionen. Además, ninguna crema solar es segura si estamos demasiado tiempo al sol.
Las personas con tatuajes no tienen más riesgo de padecer un cáncer de piel.
La fotodepilación no causa cáncer de piel. Se ha de evitar aplicar el láser de depilación encima de los lunares para evitar que se quemen. Por eso, se han de proteger antes del tratamiento.
Las cremas de protección solar igual que todas las cremas tienen una caducidad. Normalmente pierden su eficacia de un año para otro.
Las posibilidades de tener segundo melanoma están alrededor del 3-10%. De las personas que desarrollan un segundo melanoma, hasta un tercio pueden tener un tercer melanoma. El segundo o sucesivos melanomas serán tratados de acuerdo al estadio de la enfermedad. Hay que tener en cuenta que se detecta en pacientes concienciados, por lo que se suelen diagnosticar en fases tempranas y que son curables mediante cirugía.
En general, no hay más riesgo para los familiares, sin embargo un pequeño porcentaje de los melanomas tienen un componente hereditario. Se estima que alrededor del 10% de los melanomas pueden ser hereditarios. Su médico evaluará las características de su piel, los antecedentes personales y familiares, y la presencia de lunares (nevus displásicos), aquellos que tienen alguna característica atípica, como tamaño de más de 6mm, para evaluar el riesgo de sus familiares.
Existen diversos métodos para intentar mejorar el aspecto de una cicatriz. Hay tratamientos no quirúrgicos a base de cremas, esteroides o geles de silicona. A veces, son necesarios tratamientos quirúrgicos para mejorar el aspecto de la cicatriz. Si los tratamientos anteriores no son capaces de mejorar su aspecto, el tratamiento psicológico puede ser de gran ayuda.
La autoexploración de la piel puede ayudar a diagnosticar el melanoma en fases más iniciales y mejorar la posibilidad de curación. Se deben inspeccionar todas las áreas de la piel ayudándose, si es necesario, de un espejo. En caso de presentar muchas lesiones pigmentadas (lunares o manchas), la fotografía puede ser de utilidad para compararlas de manera evolutiva. Las lesiones sospechosas suelen ser asimétricas, de bordes irregulares, con un color no uniforme y tamaño superior a 6 milímetros.
Información documentada por:
Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 20 de febrero del 2018
Mantente al día sobre este contenido
Suscríbete para recibir información sobre las últimas actualizaciones relacionadas con este contenido.
¡Gracias por tu suscripción!
Si es la primera vez que te suscribes recibirás un mail de confirmación, comprueba tu bandeja de entrada.
Noticias relacionadas con Cáncer de Piel
19 de septiembre del 2024