Actualmente en la Unión Europea existen 4 tipos de vacunas aprobadas contra la COVID-19: vacunas de dos dosis (Pfizer, Moderna y Aztrazeneca) y una vacuna de dosis única (Jansenn). Estas vacunas preparan a nuestro sistema inmune para reconocer al virus SARS-CoV-2 y defenderse, evitando el desarrollo de la enfermedad de la COVID-19. Específicamente, generan respuesta inmunitaria ante la proteína S (toda o parte de ella), una proteína exclusiva de este virus.
Se considera que una persona está completamente vacunada si recibió la segunda dosis de vacunas como Pfizer, Moderna o AstraZeneca hace dos semanas; o aquellas personas que recibieron una vacuna de dosis única como la vacuna Janssen hace dos semanas. Esto significa que, si alguien está completamente vacunado y se infecta con el virus que causa la COVID-19, su sistema inmunológico reconocerá y atacará al virus. Esto protegerá a la persona de enfermar por la COVID-19.
Las vacunas COVID-19 son seguras y efectivas para prevenir la enfermedad de la COVID-19, especialmente los casos severos, sin embargo, las vacunas no son 100% efectivas. Por este motivo, se ha observado que una pequeña proporción de las personas que están completamente vacunadas se contagian de la COVID-19. Además, la aparición de variantes del virus del Sars-COV-2 ha contribuido a aumentar los contagios entre vacunados.
Es importante conocer la efectividad de las vacunas contra la variante Delta que es la variante más prevalente actualmente. La efectividad de las diferentes vacunas frente a la variante Delta es diversa: en el caso de Pfizer es de entre el 88% y el 96% si se reciben las dos dosis, la vacuna AstraZeneca con pauta completa tiene una efectividad del 67%, Janssen tiene una efectividad del 60% y la vacuna de Moderna tiene una efectividad entre el 72% y el 96%.
Las infecciones en personas vacunadas no significan que las vacunas no estén funcionando, ya que ninguna vacuna es 100% eficaz. De hecho, la eficacia de todas las vacunas COVID-19 autorizadas por la UE es muy alta, esto se puede comprobar por la reducción en gran medida la cantidad de personas hospitalizadas debido a la COVID-19 desde el inicio de la campaña de vacunación.
Las personas vacunadas están mucho mejor protegidas contra la enfermedad grave y la muerte por el SARS-CoV-2 que las personas no vacunadas, también en el caso de variantes como la Delta.
Además de proteger a las personas con mayor riesgo de enfermedad grave, la vacunación es importante para reducir la propagación del virus y prevenir la aparición de nuevas variantes en todo el mundo. Mientras el virus SARS-CoV-2 continúe circulando, continuaran produciéndose infecciones en personas que hayan completado la pauta de vacunación y es más probable que aparezcan nuevas variantes del virus.
Para evitar la infección, a pesar de estar completamente vacunados, es importante recordar que las medidas de prevención siguen siendo una de las mejores maneras de evitar la propagación del virus. Existen grupos de personas que no pueden vacunarse, ya sea por tener alguna enfermedad que no lo permita o por grupo edad. Especialmente en estos casos, usar mascarilla, mantener la distancia de seguridad y lavarse las manos puede salvar vidas.
Autora: Dra. Catia Cilloniz, Servicio de Neumología del Hospital Clinic, grupo Investigación aplicada en enfermedades respiratorias infecciosas, enfermo crítico y cáncer de pulmón del IDIBAPS, investigadora CIBERES.