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En el Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil y juvenil del Hospital Clínic se ha llevado a cabo una investigación para valorar los resultados del tratamiento de la anorexia al cabo de 20 años de su inicio, en pacientes que desarrollaron la enfermedad durante la adolescencia. Los objetivos del estudio eran valorar qué porcentaje de pacientes se había recuperado de la anorexia nerviosa y si en la actualidad seguían presentando un trastorno de la conducta alimentaria u otro tipo de trastorno psiquiátrico. También se intentó averiguar qué factores contribuyen a un mejor pronóstico.
Las pacientes examinadas fueron exclusivamente mujeres, ya que la prevalencia de la anorexia nerviosa es mucho más alta que en hombres. El 61% de las pacientes tratadas entre 1987 y 1993 y que pudieron ser localizadas, se mostraron dispuestas a participar en el estudio, en total 62 pacientes. Entre estas, una había fallecido por malnutrición y otras dos no pudieron participar en el estudio por enfermedades graves.
La edad media de inicio de la anorexia fue a los 13 años y el periodo de tiempo entre el inicio de la enfermedad y el inicio del tratamiento fue de entre un mes y tres años. La mayoría de las pacientes presentaron un cuadro grave de anorexia nerviosa, con una pérdida de peso media de 12kg. El 66% requirió al menos un ingreso durante su tratamiento. El 32% había realizado al menos un intento de suicidio y el 68% había recibido tratamiento psicofarmacológico. La mitad de ellas presentaban uno o dos trastornos psiquiátricos adicionales a la anorexia en la evaluación inicial.
La duración media del tratamiento fue de dos años y medio. A la mitad de las pacientes se les dio el alta por haberse recuperado por completo, el 34% fue derivado a una unidad de adultos y un 18% abandonó el tratamiento.
La evolución de las pacientes al cabo de 20 años era la siguiente: el 26% de las pacientes evaluadas seguía presentando un trastorno de la conducta alimentaria en la actualidad, sobre todo anorexia y bulimia nerviosas. Un 8% se había recuperado parcialmente, ya que aún persistía el miedo a la ganancia de peso o distorsión de la imagen corporal. Finalmente, el 66% se había recuperado por completo de la anorexia nerviosa. De las pacientes totalmente recuperadas, 3 de cada 4 no presentaba ningún otro trastorno psiquiátrico. Mientras que, del grupo de las no recuperadas, la mayoría presentaban uno o más trastornos psiquiátricos.
La conclusión del estudio, después de comparar los resultados con un grupo control de mujeres sin anorexia y de realizar numerosos análisis estadísticos, fue que la duración del trastorno antes de recibir tratamiento tiene un gran impacto en la recuperación de las pacientes. Es decir, cuanto antes se empiece el tratamiento mayor es la probabilidad de recuperación.
Este estudio, que solo incluye pacientes con inicio de la anorexia nerviosa en la adolescencia, encuentra que las tasas de mortalidad son más bajas en comparación con otros estudios que también incluyen a pacientes que desarrollaron la enfermedad en la edad adulta. En este caso, solo el 2% de las pacientes falleció como consecuencia de la enfermedad, mientras que los estudios que incluyen a mujeres adultas se encuentran tasas del 15 al 18%.
La anorexia nerviosa es una enfermedad mental grave, con un alto riesgo de mortalidad, y que suele estar asociada a otras enfermedades mentales y físicas. Pocos estudios han explorado el resultado del tratamiento de la anorexia nerviosa a largo plazo, es decir, más de 15 años después del inicio del tratamiento. Además, los pocos estudios que hay obtienen resultados dispares.
Esta investigación demuestra que la edad de inicio del trastorno es decisiva a la hora de la recuperación, y muestra que las pacientes adolescentes suelen tener una mejor evolución. Una posible explicación es que las adolescentes llegan al tratamiento a través de sus padres y no por propia iniciativa. De esta forma, tienen la oportunidad de recibir la atención psicológica, psiquiátrica y nutricional necesaria para su recuperación de la anorexia nerviosa. Una atención que quizás ellas mismas en la edad adulta se hubieran resistido a solicitar, reduciendo así las probabilidades de recuperación completa.
Autora: Inés Hilker, Psicóloga Clínica, Servicio de Psiquiatría y Psicología Infanto-Juvenil del Hospital Clínic de Barcelona
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