Desde la Unidad de Salud Mental Perinatal del Clínic se ha hecho un estudio para saber cómo ha afectado la pandemia de la COVID-19 y la situación de confinamiento a las mujeres embarazadas o a las que tenían un bebé en este periodo y que habían sido atendidas en esta Unidad.
El estudio se hizo en forma de encuesta a través del correo electrónico. El objetivo era saber cómo había vivido este colectivo esta época, centrándose en el aspecto emocional, puesto que el embarazo y el posparto son etapas de la vida especialmente vulnerables para la salud mental de las mujeres.
Más de 90 mujeres respondieron la encuesta. Su media de edad era de 37 años y la mayoría tenían pareja estable y estudios universitarios. Gran parte de las encuestadas (un 70%) ya habían dado a luz mientras que el 30% restante estaban embarazadas en aquel momento.
Las preguntas hacían referencia a diferentes aspectos relacionados con las etapas del embarazo y el posparto y las percepciones de las mujeres en cada una. En el caso de las embarazadas durante la pandemia, un 40% de las encuestadas manifestaban tener mucha ansiedad y miedo respecto al momento del parto. Por otro lado, un 48% de las que habían tenido a su bebé durante el confinamiento calificaban la experiencia de parto como desagradable y traumática. Además, gran parte de las mujeres (40%) creían que el confinamiento había tenido una gran influencia sobre esta mala experiencia.
En cuanto al bienestar emocional, un 60% de las mujeres manifestó haber sentido más tristeza y más irritabilidad y, casi un 80% de ellas, más inquietud de lo habitual. También un 75% de ellas sentían mucha más preocupación por el futuro.
En caso de estar embarazada, la mayoría creían que la situación de confinamiento había empeorado el seguimiento de su gestación, reduciendo la oportunidad de hacerse pruebas y visitas, puesto que en muchos casos se tuvo que interrumpir el seguimiento presencial que se estaba realizando. En general, entre un 30 y un 40% de las mujeres sentían que habían recibido menos apoyo de lo que habrían necesitado por parte de los servicios de atención primaria y en general por el sistema de salud público (Seguridad Social).
Resultado de la escala de depresión
Las participantes en el estudio también respondieron el cuestionario de la Escala de Depresión postparto de Edimburgo (EPDS). La escala de Edimburgo es una herramienta que se creó para la detección de la depresión en la etapa perinatal.
La puntuación máxima de la escala es 30, pero si una persona obtiene una puntuación por encima de los 11 puntos durante el embarazo y por encima de 13 en el posparto, indica sospecha de depresión.
En el caso de las participantes de este estudio, un 40% de las mujeres obtuvieron una puntuación superior a 11 puntos y un 36% superior a 13. La mayor parte de las mujeres que obtuvieron puntuaciones altas se encontraban en el posparto, tenían una peor relación con la pareja, habían sufrido un empeoramiento de la situación en su hogar durante el confinamiento y percibían estar recibiendo menos ayuda por parte de la familia y pareja.
Aspectos positivos
En el último apartado de la encuesta se preguntaba a las madres participantes qué les había estado más útil y valoraban más positivamente durante este periodo. La mayoría mencionaron la posibilidad de haber mantenido el seguimiento tanto psicológico como de psiquiatría, como uno de los aspectos que más las había ayudado a controlar el malestar.
Aun así, muchas destacaban que hubieran querido hacer más visitas y controles presenciales, tanto en salud mental como en el resto de dispositivos de salud para el seguimiento del embarazo o el posparto.
Información documentada por: Dra. Alba Roca, psiquiatra, y Dra. Lluïsa Garcia-Esteve, Jefa de la Unidad Salud Mental Perinatal del Hospital Clínico de Barcelona.