Dra. Sonia Anglès Acedo: “Tener una salud sexual positiva se traduce en una mejor calidad de vida”
La salud sexual es una parte importante en la vida de cualquier persona y tiene un impacto en la salud global de ésta. A menudo, cuando existe un proceso de enfermedad la salud sexual se ve afectada, por lo que es necesario atender problemas de este tipo. Hoy, con motivo del Día Europeo de la Salud Sexual se ha querido hacer visible que el Clínic también tiene en cuenta este aspecto, gracias a la reciente formación del grupo de trabajo de Sexología Clínica, un grupo multidisciplinar que engloba a profesionales de la salud de diferentes especialidades.
Dra. Sonia Anglès Acedo, ginecóloga especialista senior del Instituto Clínic de Ginecología, Obstetricia y Neonatología (ICGON), y máster en Sexología Clínica y Salud Sexual. Ella es miembro y secretaria del grupo de Trabajo de Sexología Clínica y profesora asociada de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, donde imparte cursos de salud sexual femenina.
La salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad, que requiere la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, tanto con uno mismo como con otras personas. Se trata de que la persona pueda disfrutar de forma satisfactoria de su actividad sexual, por tanto, no es sólo la ausencia de enfermedad (síntomas sexuales que preocupen).
Es importante atenderla porque se ha demostrado en varios estudios que una mejor salud sexual está relacionada con una mejor calidad de vida y con mayor bienestar en la vida. Evidentemente, todo depende de cada persona y cada uno puede decidir si ejerce su sexualidad o no, sea con otras personas o de forma individual. Nosotros prestamos una atención desde un punto de vista biopsicosocial, que incluye los aspectos biológicos, psicosociales y también socioculturales. Vemos qué herramientas les podemos facilitar para que tengan una salud sexual positiva.
Cuando defino la sexualidad a las pacientes, les digo que es un mecanismo de recompensa fisiológico inherente a los seres humanos, con el objetivo de obtener placer sexual. Entendemos placer como “gozo”, no como orgasmo exclusivamente, sino como una experiencia satisfactoria. Por tanto, una sexualidad positiva es aquella basada en actividades o conductas, tanto individuales como compartidas, que hacen sentir placer y facilitan una vida sexual satisfactoria. Gozar de una sexualidad positiva es un derecho. El placer sexual es uno de los 11 derechos sexuales que tenemos las personas junto con el derecho a la atención sexual. En consulta trabajo con mis pacientes para identificar qué formas de expresión de la sexualidad garantizan esta sexualidad positiva. Por ejemplo, mejorar la propiocepción sobre la musculatura del sol pélvico, trabajar la autopercepción de la imagen corporal o técnicas de focalización sensorial en pareja.
“Prestamos una atención desde un punto de vista biopsicosocial, que engloba los aspectos biológicos, psicosociales y también socioculturales. Miramos qué herramientas podemos facilitar a las pacientes para que tengan una salud sexual positiva”.
Suelen ser mujeres que tienen alguna enfermedad ginecológica y que refieren algún síntoma que les preocupa relacionado con la sexualidad. Nos encontramos con mujeres que perciben una falta de interés sexual y eso les preocupa, puesto que ven afectada su lubricación y capacidad para excitarse. Atendemos a mujeres que consultan porque sienten dolor durante la conducta sexual... Otras que no tienen orgasmos, o tienen dificultad en conseguirlos o refieren que han disminuido en intensidad. También puede haber una afectación de la salud sexual por alteraciones en la imagen corporal que a veces pueden tener un impacto negativo en la identidad y feminidad de la mujer, de sentirse atractiva hacia otras personas, hacia ella misma, hacia la sociedad...
Cuando surge un problema en la salud sexual generalmente la paciente tarda bastante en consultar, y nosotros, los profesionales, no acostumbramos a preguntarlo de forma sistemática. Los problemas suelen ser multifactoriales, por ejemplo, síntomas físicos, como cambios en la piel de la mucosa vaginal, cambios en la lubricación por estados hormonales que han variado, por ejemplo, en el postparto, cirugías que han dejado un área cicatricial. Pero también existen otros aspectos, como físicos, emocionales o de percepción de la imagen de la persona, por ejemplo, cuando tienen incontinencia o prolapso y la zona genital se ve afectada. Por ejemplo, mujeres que han sufrido un cáncer de mama, que han experimentado cambios físicos a raíz de la cirugía, y su percepción de feminidad se ve afectada lo cual tiene un impacto en su sexualidad.
"Cuando surge un problema en la salud sexual generalmente la paciente tarda bastante en consultar, y nosotros, los profesionales, no acostumbramos a preguntarlo de forma sistemática".
Hay barreras de pacientes, profesionales y entorno. En el ámbito institucional quizás los recursos no sean los suficientes, posiblemente en la consulta necesitemos más tiempo de lo que habitualmente disponemos para abordar el aspecto de la sexualidad. Es necesario establecer una confianza con un tiempo que quizás no tienes.
Se habla poco del tema porque hay una serie de barreras tanto en relación con la paciente, como al profesional como del entorno/instituciones. Por parte de la paciente, porque es una parte íntima de la vida y a veces cuesta manifestar lo que les ocurre en este ámbito. A menudo tampoco saben si el profesional de la salud a quien se dirigen es el adecuado para realizar la consulta y, además, con frecuencia se cree que no hay tratamientos disponibles. Además, los profesionales de la salud carecen de la formación específica y entonces no se pregunta de forma sistemática. Sin embargo, nosotros estamos contribuyendo a la formación. Hace cuatro promociones que impartimos cursos de salud sexual femenina en la asignatura de ginecología de la Universidad de Barcelona, para que los alumnos al salir de la carrera de medicina tengan un mínimo de conocimientos sobre estos temas. Hablamos de salud sexual positiva, de violencia sexual y de placer sexual... También en el hospital cada vez se hacen más sesiones sobre sexualidad positiva y se realizan cursos formativos y congresos que aportan herramientas y recursos a los profesionales para abordar estos temas.
“Esperamos que en un futuro podamos crear una Unidad Multidisciplinar destinada a tratar problemas de salud sexual. Por ahora estamos poniendo los cimientos para atenderla desde un punto de vista positivo, para garantizar el placer y la satisfacción de las personas”.
Educativamente debería promoverse una enseñanza que contemplara la sexualidad en cada momento vital, desde la educación infantil hasta las Universidades, con las necesidades de cada grupo de edad. En las escuelas, por ejemplo, las charlas van enfocadas a reproducción, seguridad y planificación familiar, pero deberían enseñar lo que es una buena afectividad hacia los demás y hacia uno mismo, y cómo sentir satisfacción con la vida sexual que cada uno quiera tener.
Frecuentemente en la consulta aparte de evaluar y tratar el síntoma sexual concreto, es necesario identificar mediante un abordaje biopsicosocial qué mitos erróneos sobre la sexualidad expresa la paciente y realizar el tratamiento de forma paralela. Hablamos de “mitos erróneos” o creencias que se generan a lo largo de la vida fruto de dudas y desconocimiento.
Hace un año y medio que el Hospital Clínic de Barcelona aprobó la formación del Grupo de Trabajo de Sexología Clínica. Un grupo multidisciplinar que engloba a profesionales de la salud de diferentes especialidades con la misión de atender de manera integral a personas con alteraciones de la actividad y/o función sexual en el momento del diagnóstico, el tratamiento y seguimiento de su problema de base, focalizando el esfuerzo en promover una sexualidad positiva. Aún no está en marcha a escala asistencial porque primero deben establecerse unos circuitos globales para planificar toda esta asistencia y eso requerirá un tiempo. Esperamos que en un futuro podamos crear una unidad destinada a tratar todo esto, por ahora estamos encaminados a realizar una atención desde un punto de vista positivo, para garantizar el placer y la satisfacción de las personas.
Estamos realizando el estudio Eros que pretende conocer el efecto de la menopausia sobre el deseo sexual femenino mediante resonancia magnética funcional (RMNf) cerebral, que nos permite observar las áreas de activación del cerebro cuando una persona tiene deseo sexual. La menopausia es una de las etapas vitales en la que se produce un cambio destacable en el interés sexual, las mujeres suelen tener más falta de deseo, y no hay demasiados estudios al respecto. Ahora esperamos acabar de reclutar a todas las participantes y analizar los resultados. Cualquier persona interesada puede contactar a través del mail: ESTUDIOEROS@clinic.cat.