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La ecografía ginecológica es una prueba diagnóstica donde se visualizan los órganos de la pelvis (útero o matriz, ovarios, vejiga y recto o porción final del intestino grueso), mediante una sonda ecográfica que se coloca en el interior de la vagina (intravaginal). 

La sonda intravaginal permite explorar los genitales internos de forma muy cuidadosa, ya que se acerca mucho. Además, de forma intravaginal se consigue una mejor resolución que con una sonda abdominal (como las que se colocan sobre la barriga utilizadas durante el embarazo).  

Una ecografía utiliza ultrasonidos para conseguir una imagen, no emite ningún tipo de radiación. Por tanto, se pueden realizar tantas ecografías como sea necesario sin ningún efecto negativo para la paciente.  

Por otro lado, es una prueba dinámica: se realiza y se interpreta en tiempo real. Permite observar el movimiento de los órganos y ver la relación entre ellos (si están adheridos o no, por ejemplo), así como identificar zonas dolorosas.  

¿Cuándo es necesario hacerse una ecografía ginecológica?

Una ecografía ginecológica se realiza cuando hay sospechas de tener una enfermedad visible a nivel de los órganos genitales internos (útero o matriz, trompas de Falopio u ovarios)  

Primera menstruación de una niña

Por ejemplo, si una mujer tiene un sangrado menstrual muy abundante, una ecografía ginecológica permitirá descartar la presencia de pólipos o miomas (tumoraciones benignas en el útero), o bien sospechar de una tumoración maligna uterina. 

Mujer con dolor abdominal

Ante un dolor abdominal sobre el pubis o en los dos laterales, con una ecografía se puede identificar si hay presencia de tumoraciones ováricas (tanto benignas como malignas). 

Mujer con dolor menstrual

Si las menstruaciones son muy dolorosas, esta prueba permitirá ver si esto es provocado por enfermedades como la endometriosis. 

Símbolo de la mujer y un reloj

Si las menstruaciones son irregulares o muy espaciadas, la ecografía ayuda a diagnosticar la causa (alteraciones hormonales o bien un ovario envejecido de forma prematura).

Sistema reproductor femenino con un DIU

Los dispositivos intrauterinos (DIU) también son visibles i la ecografía sirve para comprobar su localización. 

Banda vaginal libre de tensión para la incontinencia urinaria

Algunas enfermedades ginecológicas también afectan la vejiga urinaria, uretra o la pared del intestino, y también se pueden identificar. La ecografía permite evaluar también, por ejemplo, como está colocada una malla debajo de la uretra para tratar la incontinencia urinaria, o algunas características anatómicas de mujeres con un prolapso (descenso) de los órganos por la vagina. 

Ecografía en un monitor

A veces las realizamos para descartar patología en mujeres sin síntomas de enfermedad, pero con riesgo de padecerla, como cribado. Por ejemplo, en mujeres que tienen alguna alteración genética que augmenta el riesgo de tener algún cáncer de útero u ovarios.

¿Cómo prepararse?

Normalmente, la ecografía ginecológica no necesita ningún tipo de preparación. Para evaluar el útero con una sonda abdominal, sí que es necesario tener la vejiga llena de orina para facilitar su identificación; pero por vía vaginal, la vejiga es preferible que esté vacía.  

En algunos casos, cuando interesa explorar con detalle las paredes de la parte baja del intestino grueso, el recto, se pide hacer la prueba con una sencilla preparación intestinal: una dieta baja en fibra y una lavativa el día antes de la ecografía. Se solicita solo en algunas pacientes y siempre se proporciona información detallada previa a la prueba. 

Otras veces, se introduce algún tipo de sustancia por el útero para visualizar el recorrido de las trompas. En estos casos se indica tomar un antibiótico algún día antes o después de la prueba, de forma preventiva para evitar posibles infecciones. 

¿Cómo se hace?

La paciente se desnuda de cintura para bajo, como cuando se hace una revisión ginecológica. La posición en que se coloca la paciente es: tumbada hacia arriba con las piernas separadas, colocadas en un soporte especial de la litera. Para mayor intimidad, la cintura está cubierta con una toalla o bata.  

A continuación, el profesional sanitario, habitualmente el ginecólogo, introduce la sonda por vía vaginal. La sonda es un instrumento alargado y estrecho (mide menos de 2 cm de diámetro) que emite los ultrasonidos y que está conectado al equipo de ecografía. La sonda se introduce en la vagina con una funda de látex protectora (similar a un preservativo), y cubierto de un gel que sirve de lubricante y de conductor de las ondas de ultrasonido, para obtener una imagen de calidad. En estos momentos, aparecen los órganos de la pelvis en la pantalla, y el profesional va movilizando la sonda para identificarlos, evaluarlos y medirlos. 

Se entiende por ecografía ginecológica, una ecografía de genitales internos valorados desde la vagina. Si no se puede realizar por la vagina, se obtiene una imagen muy similar por vía transrectal. La imagen de los genitales que se obtiene con una sonda abdominal tiene mucha menos resolución.  

En algunos casos, durante una ecografía vaginal también es posible realizar biopsias o punciones de diferentes estructuras. Se coloca un dispositivo en la sonda que permite la entrada de una aguja, de esta forma al introducir la sonda ecográfica en la vagina, sirve de guía para pinchar/inyectar alguna sustancia en el útero, ovarios, o en los espacios entre útero y vejiga o recto. 

Una vez finalizada la prueba, la paciente se puede volver a vestir, el profesional sanitario interpreta la prueba, y suele hacer el informe en aquel momento.

¿Dónde se realiza?

Las ecografías ginecológicas se llevan a cabo en consultas de ginecología, donde disponen de las literas con los soportes para poder colocar a las mujeres en la posición adecuada.  

Muchas consultas de atención ginecológica disponen de ecógrafos para hacer una evaluación completa. Existen también consultas ecográficas especializadas, en las que personal más experto en esta prueba evalúa pacientes con sospecha de alguna patología concreta.  

¿Quién realiza la prueba?

A diferencia de otras pruebas radiológicas, los ginecólogos y ginecólogas son los que hacen las ecografías ginecológicas. También interpretan la prueba y hacen los informes.  

El aprendizaje de esta técnica es un aspecto clave durante la formación de un ginecólogo. 

¿Cuánto dura?

En general, la prueba no dura más de 5 minutos. En casos con patología compleja, puede alargarse durante 10 o máximo 15 minutos.  

Si se tiene que introducir algún tipo de contraste, o realizar alguna biopsia o punción, la prueba se puede demorar por la preparación de estos procedimientos.  

¿Qué sensaciones tendré durante la prueba?

Normalmente, la ecografía ginecológica no es una prueba dolorosa.  

En el primer contacto de la sonda vaginal con los labios vulvares, la paciente tiene una sensación de frío a causa del gel que se pone sobre la sonda. Durante la introducción de la sonda en la vagina, la paciente puede notar un poco de presión hasta que el instrumento pasa más allá de la entrada de la vagina (dependiendo del ancho de la vagina de cada mujer). Una vez la sonda está colocada en el interior de la vagina, si se hacen movimientos suaves para explorar los diferentes órganos pélvicos, normalmente no resulta doloroso.  

La presión sobre los dos ovarios para evaluarlos en detalle puede ser molesta. 

En el caso de mujeres con dolor durante la penetración en les relaciones sexuales, o bien en mujeres que tienen tumoraciones en el ovario o en el útero, o infecciones en la pelvis, la exploración de estas estructuras sí que puede ser dolorosa o molesta. Normalmente, se hace de forma suave y lo más rápido posible.  

En contra de lo que se suele pensar, la ecografía transrectal no es nada dolorosa, ya que la sonda vaginal es fina y el canal anal se adapta con facilidad.  

¿Cuáles son las posibles complicaciones?

En general, la ecografía ginecológica es una prueba prácticamente inocua, ya que los ultrasonidos que emite el equipo de ecografía a las frecuencias utilizadas y durante el breve tiempo de exposición no producen ningún efecto nocivo sobre el organismo. 

La introducción de la sonda en vaginas muy estrechas puede provocar alguna pequeña laceración en la entrada de la vagina; el contacto de la sonda sobre tumoraciones del cuello del útero puede provocar sangrados; y la exploración de los órganos pélvicos en mujeres con dolor en esta zona, puede intensificar el dolor de forma momentánea.  

La transmisión de infecciones con la prueba, teniendo en cuenta las condiciones de esterilización de sondas y cobertura con fundas de látex, es prácticamente inexistente.  

Si la ecografía se realiza para guiar punciones, introducir o inyectar sustancias, las complicaciones serían las propias de estos procedimientos (sangrados, infecciones). De la misma forma, estas complicaciones son muy infrecuentes e improbables.  

Información documentada por:

Cristina Ros Cerro

Publicado: 25 de enero del 2022
Actualizado: 25 de enero del 2022

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