Dr. Ramon Estruch: “La dieta mediterránea va bien para todo el mundo: el 95% de la población se puede beneficiar”

La dieta mediterránea es de las dietas más sostenibles que hay porque los vegetales tienen un gran protagonismo y se basa en productos locales y de temporada. También se ha demostrado que, a diferencia otros patrones alimentarios, es beneficiosa a la hora de prevenir varias enfermedades como por ejemplo las cardiovasculares, las neurodegenerativas, la diabetes, los ictus y algunos tipos de cáncer. Hablamos sobre todas estas ventajas con el Dr. Ramon Estruch, que lidera el grupo de investigación sobre "Riesgo cardiovascular, nutrición y envejecimiento" y es uno de los mayores expertos mundiales en este tema.

Antes que nada: ¿qué es la dieta mediterránea?

Es la dieta propia de los países mediterráneos, especialmente de los del sur de Europa, no tanto del norte de África. Su fama viene de la década de 1960 cuando se hizo un estudio donde se comparó la incidencia de la enfermedad y la mortalidad cardiovasculares en siete países diferentes. Se vio que esta incidencia era mucho más baja en los países mediterráneos - especialmente Italia y Grecia- incluso en comparación con otros países más ricos como por ejemplo los Estados Unidos o Finlandia. Y cuando se buscó la causa de estas diferencias se concluyó que era el estilo de vida y, concretamente, los hábitos alimentarios. A partir de aquí el Dr. Ancel Keys, un profesor de nutrición de Minnesota, publicó un libro sobre la dieta mediterránea que se hizo muy famoso y empezaron todos los estudios sobre este tema.

¿Por qué es tan beneficiosa?

Se han hecho muchos estudios comparándola con otros patrones de alimentación y se ha visto que realmente tiene un efecto muy franco de reducción de varias enfermedades. La más frecuente y estudiada es la cardiovascular, donde claramente se ha visto que es el patrón óptimo tanto para la prevención como para el tratamiento. Pero también es beneficiosa para la diabetes, enfermedades neurodegenerativas como por ejemplo el deterioro cognitivo y el Alzheimer y, también, en la prevención de algunos tipos de cáncer. Entre el 70 y el 80% de las enfermedades tienen que ver con el estilo de vida y los hábitos dietéticos de una manera u otra. Por eso la dieta es tan importante por la prevención de casi todas las enfermedades crónicas no transmisibles.

¿Qué tipos de cáncer se pueden prevenir con la dieta mediterránea?

Los que hemos estudiado más son los cánceres más prevalentes en las mujeres, que es el cáncer de mama, y los más prevalentes en los hombres, que son el cáncer de próstata y el colorrectal. En nuestros estudios hemos podido ver que las mujeres que seguían una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra tuvieron una incidencia de cáncer de mama muy inferior a las que seguían la dieta de control, que era baja en grasa. Ahora también lo estamos mirando con el cáncer de próstata y parece que la cosa va en la misma dirección. Pero lo que realmente nos dicen estos estudios es que la alimentación es muy importante en la prevención del cáncer. Lo que pasa es que como el tiempo de inducción del cáncer es mucho más largo que el de la enfermedad cardiovascular, los estudios son mucho más complicados porque significa que tienes que seguir a los pacientes durante mucho más tiempo.

Pero los beneficios no dependen exclusivamente de la alimentación, sino que es un estilo de vida.

La alimentación es lo que se ha estudiado más porque desde el punto vista técnico es más fácil, pero sí que se piensa que es todo el conjunto el que da gracia al tema: entran en juego la actividad física, que como que tenemos mejor clima, la gente puede salir más a pasear y hacer deporte. Y también son muy importantes los aspectos psicosociales como por ejemplo la sociabilidad, compartir comidas, salir a hacer aperitivos... todo esto pensamos que tiene un gran valor añadido.

Usted lidera el grupo de investigación sobre "Riesgo cardiovascular, nutrición y envejecimiento" del IDIBAPS.

La historia del grupo es que en los años 2002-2003 el Ministerio de Sanidad sacó ayudas para poder constituir redes temáticas, unas ayudas de gran cuantía para poder hacer grandes estudios y así competir en temas de investigación con otros países europeos y norteamericanos. En aquel momento nos juntamos personas que investigaban el tema del aceite de oliva, personas que investigaban los frutos secos como por ejemplo el Dr. Ros o mi grupo que estudiaba los efectos del consumo moderado de vino como protección de la enfermedad cardiovascular. Pensamos que todo esto lo englobaba la dieta mediterránea y presentamos un proyecto muy ambicioso: el PREDIMED. Nos dieron la financiación, no todo el que queríamos, pero así pudimos empezar el estudio.

¿Y a qué conclusiones han llegado?

Después se unieron hasta 12 grupos más provenientes de centros de investigación de todo el Estado español y en total incluimos 7.447 personas de alto riesgo vascular en el estudio PREDIMED. Una tercera parte recibían una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra, otro tercio seguía una dieta mediterránea suplementada con frutos secos y el resto era el grupo control, que hacía una dieta baja en todo tipo de grasa. Hicimos un seguimiento de una media de cinco años y vimos que las personas que seguían la dieta mediterránea, tanto la del aceite de oliva como la de los frutos secos, tenían un 30% menos de incidencia de infartos de miocardio, de ictus y de muerte cardiovascular que no el grupo control. Este estudio lo publicamos en 2010 a The New England Journal of Medicine y tuvo una repercusión brutal que superó todas las expectativas. A raíz de esto, la mayoría de guías clínicas tanto americanas como europeas sobre enfermedad cardiovascular e ictus han puesto la dieta mediterránea como una de las dietas más saludables del mundo. Por lo tanto, hemos conseguido un reconocimiento de la dieta mediterránea a escala mundial.

Pero seguro que se puede mejorar. ¿Cómo?

Siempre se puede mejorar: cuando empezamos el PREDIMED la gente tomaba sobre todo aceite de oliva común y ahora sabemos que el aceite de oliva virgen extra es mucho mejor. También está claro que se tiene que comer más pescado del que tomamos, sobre todo pescado azul. Y más legumbres, que son un elemento muy importante en la dieta mediterránea, y la gente no come bastante. La dosis recomendada es entre tres y cuatro veces por semana, pero por el motivo que sea – dificultad de cocinar…- se comen pocas.

Últimamente, se habla mucho sobre el consumo de carne. ¿Es excesivo en la dieta mediterránea?

En la dieta mediterránea original, la del sur de Europa de los años 1960, la gente comía carne una o dos veces al mes. Esto es demasiado poco, pero actualmente se come demasiada. Lo que recomendamos es comer más carne blanca que carne roja, pero no dejar de comer carne roja porque lleva proteínas y también vitaminas b-12 y hierro, entre otros nutrientes. Recomendar una dieta muy rica en vegetales está bien, pero si después te provoca déficit de vitaminas y es necesario suplementarla con pastillas no parece que sea la más saludable desde el punto de vista médico.

También dice que la dieta mediterránea es más sostenible. ¿Por qué?

La dieta mediterránea es de las más sostenibles que hay: un estudio europeo lo corrobora. Y esto es porque está basada sobre todo en el consumo de vegetales en lugar de la carne, que consume más huella de carbono, más efecto invernadero, consumo de agua... La clave de la dieta planetaria, para hacer nuestra alimentación más sostenible, sería reducir el consumo de carne y también el consumo de cereales ricos en almidón, como por ejemplo la patata. Y esto nos permitiría comer algo más de pescado, comer algo más de fruta, de verdura y de legumbres.

En un mundo globalizado y acelerado, ¿qué se puede hacer por no alejarse de este patrón alimentario?

La dieta mediterránea implica cocinar un poco. Es lo que decía antes de las legumbres, que la gente come pocos porque son más laboriosos de cocinar. Lo que recomendamos es planificar y comprar lo que se comerá durante toda la semana. De este modo compras en función de lo que necesitas y acabas economizado, porque escoges más productos de temporada que suelen ser más baratos y más sabrosos. Así mismo, cocinar sano no lleva mucho tiempo si lo tienes muy planificado, calculamos que en 10 o 15 minutos puedes hacer una comida o una cena muy equilibrada.

Otro de sus ámbitos de estudio es sobre cómo influyen las características genéticas de cada cual en la dieta. ¿A qué conclusiones ha llegado?

Lo que hemos podido ver en el PREDIMED es que la dieta mediterránea va bien para todo el mundo en el sentido de que el 95% de la población se puede beneficiar. Siempre hay alguna persona que no porque tiene alergia a los frutos secos, por ejemplo... pero hay poca gente. Incluso vimos que hay un polimorfismo genético que predispone a tener ictus y detectamos en los controles que la gente que no seguía la dieta mediterránea y tenían este polimorfismo tenían una incidencia de ictus muy superior. Pero en el grupo de la dieta mediterránea, las diferencias se igualaban. Esto me sorprendió mucho al principio, pero ahora ya está claro: la epigenética juega un papel muy importante y hace que si sigues una buena dieta, los genes que tú has podido heredar y que son perjudiciales no se expresen. Esto nos demuestra que la dieta mediterránea funciona, que no es un producto de hace tres días como lo puede ser la dieta vegetariana sino que hace muchos siglos que existe. Y gracias a esto se ha ido puliendo y el resultado final es el que tenemos hoy en día.