Tratamiento del Tumor de Parótida
Tras el diagnóstico, se realiza una estadificación del tumor para determinar su extensión y saber si se ha diseminado a ganglios linfáticos u otras áreas. La estadificación es crucial para determinar el tratamiento adecuado.
El tratamiento puede variar según el tipo de tumor y su naturaleza (benigno o maligno). Sin embargo, el enfoque más común es la cirugía para extirpar el tumor y, en algunos casos, la radioterapia complementaria para eliminar las células cancerosas residuales. El tratamiento farmacológico suele considerarse en situaciones más avanzadas o si el tumor es inoperable.
El tratamiento se personaliza según las necesidades de cada paciente, y se basa en las recomendaciones del equipo médico después de una evaluación completa.
Tratamiento quirúrgico
El principal tratamiento para el tumor de parótida (benigno y maligno) es el quirúrgico, ya que permite extirpar el tumor y, en muchos casos, proporciona un diagnóstico definitivo. El tipo de cirugía que se lleva a cabo depende del tipo de tumor, su tamaño, su ubicación y su naturaleza (benigno o maligno).
Tumorectomía ampliada. Se realiza a través de la asistencia de un neuroestimulador que localiza y avisa cuando se trabaja cerca del nervio facial. Si son tumores muy periféricos, se quita la tumoración sin disección de todo el nervio facial.
Extirpación de una parte de la glándula parótida (parotidectomía superficial). Se realiza cuando el tumor está en la parte superficial (lóbulo superficial) de la glándula, y se extirpa la parte que está por encima del nervio facial. El objetivo es preservar la función de la glándula y el nervio facial.
Extirpación de toda la glándula parótida (parotidectomía total). Cuando el tumor es maligno, es grande o se encuentra en una posición que hace que la extirpación parcial sea inadecuada, se extirpa la glándula parótida afectada. Se busca preservar el nervio facial para minimizar los cambios en la función facial, pero puede variar según la extensión del tumor.
Extirpación radical (parotidectomía radical). Este procedimiento se lleva a cabo en casos de tumores malignos avanzados que se han diseminado a estructuras cercanas, como los nervios o los ganglios linfáticos. Implica la extirpación de la glándula parótida (con el nervio facial en su interior), los ganglios linfáticos regionales y otras estructuras afectadas.
Técnicas reconstructivas. En algunos casos, especialmente después de una parotidectomía total o radical, se puede realizar una cirugía reconstructiva (de forma inmediata o diferida) para restaurar la función y la apariencia de la cara. Esto puede implicar la transferencia de tejidos, como un injerto de nervio o tejido muscular (microcirugía reconstructiva), para restablecer la función del nervio facial, o bien técnicas estáticas que buscan simetría facial, cosmetizar estas caras y disminuir el impacto funcional.
Es importante destacar que la elección del procedimiento quirúrgico específico depende de la evaluación del tumor por parte del equipo médico y de la planificación esmerada para minimizar los efectos secundarios y las complicaciones. La cirugía de parótida debe ser realizada por un cirujano experimentado en cirugía maxilofacial o de cabeza y cuello con experiencia reconstructiva, ya que la preservación de los nervios faciales y la función facial es un aspecto crucial.
Tras la cirugía, es posible que se requiera terapia de radiación o terapia de rehabilitación facial para conseguir una recuperación completa y minimizar las secuelas estéticas y funcionales.
Indicaciones para el Postoperatorio
Drenaje. Tras la cirugía, el paciente sale con un drenaje que se mantiene durante las primeras 24-48 horas y que se quita antes de darle el alta domiciliaria.
Puntos de sutura. Normalmente, se quitan a los 10-12 días coincidiendo con el control en el centro hospitalario.
Cuidados de la incisión. La incisión debe mantenerse limpia y seca. Se recomienda la limpieza con agua y jabón y después secar bien la zona. Puede aplicarse clorhexidina acuosa como desinfectante.
Inflamación. Puede experimentarse, según el paciente, un grado variable de inflamación en la zona intervenida que se controla con compresión. Las molestias suelen controlarse con antiinflamatorios y analgésicos convencionales.
Alimentación. Durante el ingreso en el hospital, se introduce una dieta normal de forma progresiva. Ya en casa, el paciente debe comer alimentos que no le provoquen molestias, con una dieta que le permita masticar fácilmente e incrementar la textura de los alimentos a medida que se vayan tolerando mejor.
Ejercicio. Se recomienda reposo relativo (sedestación, deambulación...) durante una semana después de la intervención, con reincorporación progresiva a su ritmo habitual después del primer control postoperatorio.
Hábitos de higiene. Desde el día siguiente de la cirugía el paciente ya puede ducharse.
Medicamentos. En ocasiones, es necesario que el paciente siga un tratamiento antibiótico profiláctico unos días después de la cirugía, así como antiinflamatorios (2-3 días después de la intervención después de las comidas), y analgésicos, en caso de tener molestias.
¿Cuándo debo llamar al médico?
En caso de que el paciente note un aumento importante de inflamación, enrojecimiento en la zona, si presenta fiebre o empeoramiento del estado general, se recomienda consultar con el especialista.
Tratamiento no farmacológico
El tratamiento no farmacológico de los tumores de parótida se determina en función de la naturaleza del tumor, de su estadiaje y de las características individuales del paciente. El enfoque de tratamiento se determina después de una evaluación completa por parte de un equipo médico especializado en oncología o cirugía de cabeza y cuello.
Radioterapia. La radioterapia utiliza radiación de alta energía para destruir o dañar las células cancerosas. Se utiliza como tratamiento principal en los casos en los que la cirugía no es una opción, o como terapia complementaria después de la cirugía, para destruir células cancerosas restantes o prevenir su reaparición.
Rehabilitación. Después de la cirugía, la terapia de rehabilitación facial y terapia del habla puede ser necesaria para ayudar a los pacientes a recuperar la función y la apariencia facial y tratar posibles complicaciones, como la debilidad del nervio facial. Cuando se realizan procedimientos de reconstrucción del nervio, es imprescindible la combinación con la rehabilitación posterior.
Seguimiento médico. El seguimiento médico regular es esencial para controlar la evolución del tumor después del tratamiento y detectar cualquier recurrencia temprana.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico de los tumores de parótida malignos no es la primera línea de tratamiento y, por lo general, se utiliza en combinación con otros enfoques terapéuticos, como la cirugía y la radioterapia, dependiendo del tipo de tumor y su estadiaje.
El tratamiento farmacológico incluye los siguientes enfoques:
Quimioterapia. La quimioterapia es un tratamiento que utiliza medicamentos para detener o frenar el crecimiento de células cancerosas. En el caso de tumores de parótida malignos, como el carcinoma de células escamosas o el carcinoma mucoepidermoide, la quimioterapia puede ser una opción adicional a la cirugía y la radioterapia. Sin embargo, no es el tratamiento principal dado que, en términos generales, los tumores glandulares no son muy sensibles a la quimioterapia.
Terapia dirigida. Algunos tumores de parótida expresan ciertas proteínas o marcadores que pueden ser la diana de medicamentos específicos conocidos como terapias dirigidas. Estos medicamentos están diseñados para bloquear vías de señalización específicas que son las que promueven el crecimiento del tumor. La terapia dirigida puede utilizarse junto con otros tratamientos.
Inmunoterapia. La inmunoterapia utiliza medicamentos que estimulan el sistema inmunológico del paciente para eliminar el cáncer de forma más efectiva. A pesar de eso, no es una terapia de primera línea para tumores de parótida, y se están investigando opciones para tratar ciertos tipos de cáncer de cabeza y cuello.
Es importante destacar que el tratamiento farmacológico de los tumores de parótida depende, en gran medida, del tipo de tumor, su estadiaje, el estado general del paciente y otros factores individuales. La decisión sobre el tratamiento se toma después de una evaluación exhaustiva por parte de un comité oncológico integrado por el equipo multidisciplinar que diagnostica, sigue y trata estas enfermedades (especialistas en radiología, medicina nuclear, anatomía patológica, oncología, cirugía...).
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Publicado: 9 de mayo del 2024
Actualizado: 9 de mayo del 2024
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