Vivir con la enfermedad

La endocarditis infecciosa es una enfermedad que se puede curar en la mayor parte de los casos. El momento más complicado para los pacientes es el tiempo ingresado en el hospital recibiendo terapia intravenosa, así como los cuidados postoperatorios en aquellos pacientes que necesitan cirugía cardiaca.  

Una vez el paciente es dado de alta, en caso de que se confirme la curación en los meses posteriores al tratamiento, puede ir progresivamente recuperando su vida normal.  

Pueden existir secuelas de la enfermedad, que para tratarlas se activarán dispositivos de rehabilitación funcional y recuperación.  

Es importante que los pacientes sigan las estrategias de prevención de nuevos episodios. Para ello, se les hacen visitas de seguimiento periódicas con los especialistas implicados. Por ejemplo, se revisa que mantengan una correcta higiene dental si la puerta de entrada es la boca, o se les realiza una colonoscopia para quitar pólipos si el origen es digestivo.  

Además, se formará los pacientes en estos temas:

• Reconocer los signos de alarma (como, por ejemplo, la fiebre) que deben motivar una consulta médica rápida.  
• Medicación: No tomar antibióticos antes de realizar los cultivos de sangre para evitar que sean negativos.
• Adecuada higiene oral.
• Cuando tomar antibióticos preventivos ante procedimientos invasivos (por ejemplo, una extracción dentaria).