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Preguntas frecuentes sobre la Artritis Reumatoide
La artrosis es un proceso caracterizado inicialmente por una pérdida del cartílago articular que se va adelgazando y finalmente acaba afectando al hueso que forma parte de la articulación (hueso subcondral). Puede haber cierto grado de inflamación en la artrosis, pero es mucho menos evidente que en la artritis reumatoide. La artrosis es mucho más frecuente que la artritis reumatoide y está asociada claramente con la edad, siendo una enfermedad básicamente de personas de más de 45-50 años. Ocasiona dolor articular que aparece sobre todo tras el uso de la articulación y suele ceder en reposo (dolor de naturaleza mecánica). En la artritis reumatoide, en cambio, se produce primero una inflamación sinovial y posteriormente puede afectarse el cartílago y el hueso subcondral. El tipo de articulaciones afectadas, las características del dolor, la evolución clínica y el tratamiento de la artritis reumatoide y la artrosis son muy distintos.
Existe un componente genético que incrementa el riesgo de tenerla. Los genes más implicados están dentro del llamado sistema mayor de histocompatibilidad. Aunque los familiares de un paciente con artritis reumatoide tienen un poco más de riesgo de tener la enfermedad, no podemos decir que sea una enfermedad hereditaria, ya que la gran mayoría (>90%) de pacientes no tienen familiares de primer grado (padres, hermanos, hijos) afectados.
Sí. El antecedente de artritis reumatoide no contraindica el embarazo. Hay que tener precaución con algunos tratamientos de fondo (FAMEs o terapias dirigidas) que deben suspenderse meses antes del embarazo. Las pacientes con artritis reumatoide suelen tener una buena evolución de su enfermedad durante los meses de la gestación. Hay que tener precaución en el postparto porque puede producirse una reactivación de la enfermedad.
No. Existen otros procesos crónicos como las enfermedades autoinmunes (lupus, esclerosis sistémica, entre otras), las artritis microcristalinas (gota, condrocalcinosis) o la artritis asociada a la psoriasis (artritis psoriásica) que pueden producir síntomas articulares similares a la artritis reumatoide.
Sí, en la gran mayoría de casos. A fecha de hoy los pacientes deben mantener un tratamiento de fondo con FAME que mantenga el paciente sin inflamación articular y evite el daño articular. Casi siempre la retirada de este tratamiento provoca una aparición de la enfermedad. Si bien es cierto que un pequeño porcentaje de pacientes logra controlar su enfermedad con pequeñas dosis de los FAMEs.
Las terapias biológicas tienen una seguridad aceptable y son muy efectivos, pero no logran la curación de la enfermedad, por lo que no pueden retirarse y, en general, se deben mantener de forma crónica. Una vez conseguido el control de la actividad de la enfermedad (remisión) se pueden, en ocasiones, reducir o espaciar las dosis de los fármacos biológicos. En un porcentaje pequeño de pacientes se puede suspender manteniendo algún tratamiento con FAME.
Los medicamentos derivados de la cortisona (generalmente prednisona o prednisolona) pueden ser útiles en fases de empeoramiento de la artritis o ciertas complicaciones. En las fases iniciales de la enfermedad se utilizan con terapia puente en espera de que los FAMEs hagan su efecto con el objeto de retirarlos cuando se consigue la remisión, ya que tienen efectos adversos relevantes (sobrepeso, osteoporosis, infecciones, diabetes…). No obstante, algunos pacientes siguen recibiéndolos durante periodos prolongados. A dosis bajas no se observan efectos secundarios importantes y son efectivos.
En pacientes con artritis reumatoide se recomiendan los esquemas generales de prevención de infecciones como la vacuna de la gripe estacional y el neumococo. En caso de requerir vacunas vivas atenuadas debe consultar a su reumatólogo, ya que la gran mayoría de medicamentos contraindican su uso y deberían suspenderse mientras se actualiza el esquema de vacunación.
El control de la enfermedad requiere una exploración física, un seguimiento por reumatología y enfermería y un análisis periódico que no solo monitoriza posibles efectos adversos de los fármacos sino también la actividad de la enfermedad.
Sí, entre un 10 a un 25% de los pacientes no presentan los anticuerpos típicos de artritis reumatoide (FR y Anti CCP), pero presentan síntomas y signos sugestivos de la enfermedad y son lo que conocemos como artritis seronegativas. El tratamiento suele ser similar, aunque la evolución habitualmente es mejor que los pacientes que presentan los anticuerpos positivos.
En algunas ocasiones, las infiltraciones con glucocorticoides intraarticulares son muy útiles para el tratamiento de brotes en una sola articulación y evitan realizar cambios en el tratamiento de fondo. Si se hacen con las medidas de asepsia generales y por personal entrenado no suelen tener complicaciones.
La artritis reumatoide es una enfermedad incurable en el sentido estricto, pero tiene hoy en día un tratamiento muy efectivo, por tanto, es perfectamente tratable. Para que esta eficacia sea máxima es muy importante el diagnóstico precoz e iniciar el tratamiento lo antes posible, antes de que se haya producido la destrucción articular, que es irreversible.
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica con un curso persistente y episodios de empeoramiento de los síntomas de la artritis. Si no se controla la enfermedad, el paciente puede acabar desarrollando diferentes grados de deformidad articular y discapacidad. Algunos pacientes tienen que abandonar o cambiar su actividad laboral. Por lo tanto, la artritis reumatoide debe ser considerada como una enfermedad grave, aunque hay que decir que no hay dos pacientes iguales. No obstante, el pronóstico está cambiando en estas últimas décadas logrando que la mayoría de los pacientes tengan una buena calidad de vida y puedan hacer una vida normal. Esto ha sido gracias a la aplicación de las estrategias de tratamiento actuales que incluyen un control estricto de la enfermedad, objetivos ambiciosos (remisión), un diagnóstico y tratamiento precoz y el uso adecuado de las nuevas terapias antirreumáticas, que son muy efectivas.
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Publicado: 21 de enero del 2021
Actualizado: 21 de enero del 2021
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