Recomendaciones antes de practicar el buceo
Cada vez más viajeros se desplazan a zonas tropicales para la práctica de buceo. Aunque, en general, se trata de una práctica segura, los accidentes de buceo pueden llegar a ser de gran gravedad. Además, en algunos lugares puede no estar disponible la infraestructura o el personal especializado necesarios para atender de forma correcta a los accidentados.
Por todo ello, se recomienda mantenerse bien informado y actuar siempre con prudencia.
Los principales riesgos relacionados con el buceo son:
Lesiones. La principal lesión es el barotrauma, un daño físico que se produce en el cuerpo como consecuencia de la expansión y contracción de los tejidos por el cambio de presiones durante la inmersión. El barotrauma del oído es la lesión de buceo más frecuente. Puede provocar dolor, zumbido en los oídos, sensación de taponamiento y disminución de la audición.
Enfermedad descompresiva. Se debe a la formación de burbujas de gas en los tejidos o en los vasos sanguíneos. Los síntomas pueden ser variados según el grado y el lugar de afectación: dolor en el pecho, debilidad o parálisis, hormigueos, convulsiones, dolor en las articulaciones o dificultad para respirar. Se trata de una emergencia médica, ya que puede derivar en secuelas permanentes e incluso la muerte si no se realiza un tratamiento urgente con cámara hiperbárica.
Lesiones cutáneas por rozaduras con el coral, picaduras o mordeduras de medusas u otros animales marinos. Hay que tener en cuenta el riesgo de infección de la herida, la presencia de cuerpos extraños (como púas de erizos) o de veneno.
Quemaduras solares, hipotermia, ahogamiento.
Medidas de prevención para bucear
- Bucear de forma conservadora y dentro de los límites sin descompresión.
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Ser prudente y adecuar las condiciones de la inmersión al nivel de experiencia del grupo: profundidad y tiempo de inmersión, visibilidad, corrientes marinas, interior de cuevas o pecios, oleaje, etc.
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Evitar exponerse a la altitud después de bucear. Respetar los tiempos recomendados antes de coger un vuelo tras la inmersión.
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Mantenerse bien hidratado y descansar. Evitar inmersiones repetitivas o el ejercicio extenuante.
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Verificar que el centro o escuela de buceo cumpla con los estándares de seguridad. Se recomienda verificar el estado de mantenimiento de los equipos de buceo, la profesionalidad de los instructores, el estado de las embarcaciones y la disponibilidad de oxígeno.
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En caso de enfermedades crónicas o toma de medicamentos, consultar con un profesional sanitario para confirmar que no hay inconveniente para la práctica de buceo.
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Disponer de un seguro médico que cubra las posibles lesiones derivadas de la práctica de submarinismo.
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