La uveítis no infecciosa (UNI) incluye un gran número de enfermedades que causan la inflamación de los tejidos intraoculares. En concreto, la uveítis es la inflamación de la úvea, la capa media del ojo, que causa dolor, visión borrosa y enrojecimiento. Pese a ser una gran desconocida, afecta a 47.000 personas en España y causa un 20% de los casos de ceguera en los países desarrollados. Además, esta enfermedad suele afectar población joven o de mediana edad, lo que causa un gran impacto en su calidad de vida y su bienestar.
El tratamiento habitual para esta enfermedad son los corticosteroides. Sin embargo, los efectos adversos a corto y largo plazo son muy frecuentes y aumentan sistemáticamente al incrementar las dosis. Controlar la uveítis manteniendo las mismas dosis de corticoesteroides no es posible debido a las frecuentes exacerbaciones y a la progresión de la enfermedad.
Para encontrar una alternativa a los corticosteroides se han llevado a cabo algunos estudios con Adalimumab (ADA), un anticuerpo monoclonal humano, en concreto una inmunoglobulina G1. Esta molécula ha sido aprobada como tratamiento biológico para diversas enfermedades inmunes y ha demostrado también cierta eficacia para el tratamiento de la uveítis en algunos ensayos clínicos. De momento solo se ha estudiado su efecto con pacientes que ya no respondían al tratamiento con corticosteroides y que nunca habían sido tratados con otro tratamiento biológico. También se ha visto que funciona en niños y adolescentes en estadios iniciales de la uveítis.
Sus efectos positivos, además de su buen perfil de seguridad, llevaron a su aprobación para el tratamiento de estos subgrupos tanto en EUA como en Europa en 2016 y 2017, respectivamente.
El proyecto BioÚvea, en el que han participado múltiples hospitales de todo el Estado, es un estudio observacional que pone a prueba los efectos del ADA a largo plazo para diferentes grupos de pacientes, nunca estudiados hasta el momento. Esta investigación ha sido coordinada por el Dr. Víctor Llorens del grupo de Inflamación ocular del Hospital Clínic-IDIBAPS, liderado por el Dr. Alfredo Adán. Otros de los objetivos del estudio era confirmar si cambiaba su eficacia cuando se administraban a la vez otros fármacos (como inyecciones localizadas de corticoesteroides o medicamentos inmunomoduladores), así como ver el efecto de los cambios de dosis de ADA, una práctica clínica habitual en los últimos años para adaptarse a la evolución de la enfermedad.
Para comprobar estas variables se utilizó como medida la tasa de retención del fármaco (DRT). Esta es una buena manera de medir el equilibrio entre la tolerancia de los pacientes al medicamento y su eficacia.
Se midió la tasa de retención de este fármaco en 392 pacientes con UNI, de los cuales 218 eran mujeres, con una media de edad de 39 años. Se siguió la evolución de estos pacientes durante 12, 24, y hasta 60 meses (1, 2 y 5 años).
Los resultados fueron que la tasa de retención del fármaco a los 12 meses era del 87%, a los 24 del 76% y a los 60 del 54%. Estos datos demuestran que el fármaco ADA es efectivo a largo plazo. Además, se observó una baja tasa de efectos secundarios, por lo que su perfil de seguridad es muy bueno.
Otras de las conclusiones que se obtuvieron fue que administrar ADA junto con otros fármacos no disminuía la retención de este fármaco. En cambio, el uso de ADA en pacientes que ya han recibido alguna bioterapia anteriormente puede estar relacionado con abandono del tratamiento debido a su ineficacia.
Todos estos resultados confirman que los corticoesteroides, el tratamiento de elección hasta el momento para la Uveítis no infecciosa, se está quedando en el pasado debido a su inespecificidad y efectos secundarios. Estos fármacos pasan a ser sustituidos por terapias biológicas como los anticuerpos monoclonales, que al ser más dirigidas tienen un mejor perfil de seguridad. Este tratamiento es un importante avance para las personas con uveítis ya que, a la vez que efectivo, es menos dañino que los corticoides y se puede usar en muchos más tipos de pacientes.
Fuente: Dr. Alfredo Adán, Director del Instituto Clínic de Oftalmología